Por Javier Blanco - El Banco Central (BCRA) cerró el mes en que instituyó una versión inédita del cepo (por lo restrictiva) con una pérdida de reservas mayor a los US$1600 millones por intervenciones sobre el mercado cambiario para mantener el ritmo de ajuste que busca darle al dólar oficial. Se trata del mayor monto en 11 meses, es decir, desde octubre de 2019. Aquel mes en que se definía la elección presidencial la entidad había sacrificado más de US$4100 millones, en un contexto de marcada incertidumbre por el impacto que podría tener el resultado electoral y con topes para la compra de dólares nimios comparados con los que entraron en vigor en la última quincena. Entonces, ya había cepo, pero se permitían compras de hasta US$10.000 por mes a las personas, cupo que se recortaría 98% solo un mes después. Lo curioso es que se calcula que entre el 45% y el 48% de la pérdida total del mes (unos US$700 millones) el BCRA la registró luego de haber bloqueado por ocho ruedas el acceso al mercado cambiario de las personas y de haber recortado la venta a muchas empresas para atender el pago de deudas financieras. Esto muestra que el desbalance que muestra la plaza cambiaria estuvo lejos de solucionarse reprimiendo más la demanda y sin que nada apunte a estimular la oferta privada de divisas, algo que el Gobierno se propondría corregir en los próximos días ofreciendo un recorte parcial de retenciones a algunos sectores para provocar una mejora real del tipo de cambio que perciben (ver aparte). Hay que recordar que, como ejemplificó el analista Christian Buteler, hoy un exportador sojero recibe $53 por cada dólar liquidado, pero paga $80 por los que destina a comprar insumos importados o con fuerte componente importador. Además, tendría que pagar más de $132 si quisiera recobrar alguno de esos billetes con fines de ahorro. Incluso el BCRA cerró ayer el mes vendiendo entre US$50 y US$80 millones de sus reservas y aumentando su intervención en el mercado de futuros, donde es contraparte de la enorme mayoría de las posiciones abiertas, que clausuraron septiembre en US$5492 millones (Matba/ Rofex). “La entidad realizó compras y ventas, pero otra vez terminó con un saldo negativo de al menos US$80 millones”, estimó Sebastián Centurión, de ABC Cambios. Los analistas explican que el temor a los efectos que podría tener la crisis de reservas no solo ralea la oferta de divisas, sino que alimenta la demanda, lo que provoca un “efecto pinzas” que recae sobre la castigada tenencia del BCRA. Los datos que dejó agosto son reveladores: el volumen de divisas demandadas para afrontar el pago de importaciones (pese a la aguda recesión y la caída en la actividad económica) fue mayor que en agosto de 2019: llegó a US$3709 millones. Y los pagos registrados por el BCRA no se condicen con el volumen de importaciones que reporta la balanza comercial, ya que mientras los primeros subieron 27% interanual en ese mes, las importaciones registradas por el Indec se contrajeron 20,4%. Ese fenómeno se agudizó con la brecha cambiaria volando e impulsando las expectativas de devaluación. Más aún tras las últimas medidas que dejaron a la vista la “crisis de reservas”. |