Por Martín Kanenguiser - El ex presidente del Banco Central, Martín Redrado, elogió el acuerdo de la deuda con los bonistas para evitar problemas más importantes y consideró que el Gobierno debe utilizar el presupuesto 2021 para brindar una señal de reducción de déficit fiscal hasta fines del mandato del presidente Alberto Fernández. En una entrevista con Infobae, Redrado, egresado de Harvard con una Maestría en Administración, dialogó sobre los ejes de su nuevo libro, “Argentina Primero”, en el que plantea “poner en marcha el país tras la pandemia”. Entre otros ejes, plantea la necesidad de generar una revolución exportadora, que el país crezca al 3% anual en forma sostenida durante los próximos 10 años, invertir en innovación y conocimiento y dar paso a un profundo cambio en términos impositivos. En su obra, consideró que en el plano fiscal se deberían congelar las vacantes actuales de la administración pública sin echar empleados y diferenciar en el pago de jubilaciones a quienes hicieron aportes toda su vida de aquellos que no cumplieron con este requisito. Ex presidente de la Comisión Nacional de Valores (CNV), economista senior del Banco Mundial y vicecanciller, Redrado preside actualmente la Fundación Capital y este es su sexto libro. Entre zoom y zoom con sus clientes, el economista afirmó que el Gobierno debe ir con un programa propio a negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para no quedar preso de un modelo que solo busque recaudar y recomendó utilizar en el corto plazo los bonos que tiene el Banco Central para controlar el precio del dólar “contado con liquidación”, pero manejándolo en forma gradual para no deprimir el precio de estos títulos. —Aunque usted afirme que esta crisis no se puede comparar con las anteriores, ¿el aprendizaje, sobre todo de la crisis del 2009, no sirvió para que los gobiernos y bancos centrales actuaran más rápido y con mayor efectividad? —Lo que se aprendió en 2009 es que era necesario tener una red de seguridad. Así que la respuesta de los bancos centrales ahora para inyectar liquidez en los mercados y en las empresas es una consecuencia de lo que vivimos en 2009. Y sobre todo de lo que hizo la Reserva Federal desde la época de Alan Greenspan, que perfeccionó Ben Bernanke y profundizó Jerome Powell. En esta ocasión, lo innovador fue que los bancos centrales compraron lo que es equivalente al crédito al sector privado en la Argentina. La estrategia de Greenspan se transformó en una política permanente: si las cosas van mal, debe haber una red de seguridad. Y se agregó que este año hubo coordinación entre la política fiscal y monetaria, para que el dinero llegara directo a los bolsillos de la gente. Recuerdo que Bernanke en 2009 nos dijo que, en este tipo de crisis, hay que pensar en soluciones no tradicionales y no hay que mirar para atrás. |