Por Natalia Donato - Daniel fundó una empresa hace 30 años dedicada a la fabricación de materiales de exhibición para puntos de venta. Tenía clientes corporativos que permanentemente le estaban demandando nuevos diseños para diferentes lanzamientos. Pero llegó la pandemia, los negocios cerraron y ya no había mercado para sus productos. La reconversión fue su salida, y lo que le permitió mantener en pie la pyme y los puestos de trabajo de unas 40 personas. “De un día para el otro, nos bajaron la persiana de nuestro mercado tradicional y tuvimos que dejar de producir. Pero reaccionamos rápido y empezamos a fabricar productos de protección para la pandemia. Fue un giro de 180 grados; un cambio rotundo que hicimos en cuatro meses”, contó a Infobae Daniel Vergani, fundador de Sponsor POP. Como este ejemplo, hay muchos otros, así como también están las firmas que no pudieron reinventarse y que tuvieron que cerrar sus puertas ante la imposibilidad de sostener una estructura sin ventas y sin espaldas financieras. De acuerdo con un programa de investigación que viene llevando adelante la Fundación Observatorio Pyme (FOP) desde el inicio de la cuarentena, con el objetivo de evaluar el impacto del COVID-19 en las empresas, la producción y el empleo, las pymes atravesaron por diferentes etapas de adaptación desde mediados de marzo. Primero, comenzaron a evaluar qué podían hacer desde los hogares -en home office- y cómo implementar medidas de higiene. Pero con el paso del tiempo y la extensión del aislamiento, empezaron a diagramar diferentes estrategias para enfrentar la caída de la actividad. Según precisó la coordinadora de análisis e investigación de la FOP, Ayelén Bargados, en lo que tiene que ver con el manejo financiero, muchas empresas recurrieron a sus propias reservas, pero también al programa de Asistencia a la Producción y Trabajo (ATP) del Gobierno, a la vez que solicitaron créditos a tasa preferenciales con garantía del Fogar. En cuanto a las relaciones laborales, la mayor parte de las pymes de sectores no esenciales cerraron acuerdos de suspensiones con los sindicatos, de forma tal de poder mantener los puestos de trabajo y que, una vez atravesada la pandemia, la firma pueda retomar su proceso productivo. Según la investigadora, el 15% de las pymes relevadas incorporó en este tiempo alguna nueva actividad o producto. El teletrabajo, como para todos los tamaños de empresas, fue una solución en algunos sectores, pero sólo el 60% de las firmas de hasta 800 trabajadores puede hacer una transición total o parcial de las funciones de su personal al home office y apenas el 6%, de acá a fin de año, según la FOP. “La gran salida del teletrabajo y el comercio electrónico es lo que puede hacer vivir a la mayoría de las pymes, pero el sector de los servicios es el que más rápido puede reinventarse”, aportó Nora D´Alessio, vicepresidenta de D’Alessio IROL. La consultora presentará el lunes, junto a Microsoft Argentina, un estudio realizado acerca de “Cómo las pymes se adaptan a la nueva normalidad?”, que indagó en cómo las pequeñas firmas locales atravesaron los primeros meses de la pandemia, qué medidas pusieron en marcha para seguir operando, cómo reaccionaron y cómo se recuperaron, qué rol juega la tecnología y cómo creen que será el escenario en el corto plazo. El estudio avanza en dos cuestiones fundamentales para la continuidad de la operación: el teletrabajo y el comercio electrónico. “La pyme ahora ha tenido la presión para avanzar con la venta online y ahora tiene que demostrar que puede seguir con eso. Como en cualquier crisis, algunos van a sobrevivir con la innovación y hasta pueden estar mejor que antes”, precisó D´Alessio, y ejemplificó: “Hoy una fábrica de punto de San Juan puede tener más visitantes locales e internacionales que teniendo un comercio a la calle en Once”. Por su parte, Marina Hasson, directora para socios, clientes corporativos y pymes de Microsoft Argentina, manifestó: “durante una primera etapa, hubo un proceso muy asociado a la reacción por parte de las empresas, es decir, una necesidad de buscar lo mínimo indispensable para poder seguir operando durante la cuarentena. Ahí aparecían soluciones que tenían que ver con la conectividad, que la gente pudiera tener conexión y acceso a herramientas para el trabajo en equipo. Y a medida que esta situación se fue extendiendo, comenzó a aparecer la necesidad de buscar una solución más permanente”. Según afirmó Hasson, “las empresas aceleraron su proceso de migración a la nube”. “El proceso de transformación digital de las empresas que venía creciendo de forma sostenida se aceleró y lo que pensábamos que pasaría en tres años ocurrió en dos meses”, enfatizó. Y así ocurrió. Empresas que no tenían armada una plataforma de comercio electrónico debieron diseñarla rápidamente para lograr canalizar ventas por ese canal, ante el cierre de los comercios físicos. “Tuvimos que cambiar nuestro target de negocios. Pasamos de venderle a empresas a hablar con el consumidor final a través de redes. Esta situación nos obligó a desarrollar el canal de venta online”, explicó el fundador de Sponsor Pop. Para la directiva de Microsoft, la situación actual generó una oportunidad para muchas pymes de repensar cómo se está manejando el negocio y qué otros tipos de negocios pueden realizarse. “Se ha roto una barrera que hay en algunas pymes sobre el proceso de cambio”, sostuvo Hasson, quien agregó que “hay mucho interés en el contacto con el cliente” a través de la tecnología, ya que “conseguir nuevos clientes es costoso y muchas empresas lo hacían de modo presencial”. Se ha roto una barrera que hay en algunas pymes sobre el proceso de cambio (Hasson) Cuando comenzó la pandemia, había 650.000 pymes, según datos de D’Alessio Irol. Hoy, esa cifra es sustancialmente menor. Varias quedaron en el camino, frente a la imposibilidad de poder continuar operando tras la fuerte caída de las ventas y el escenario incierto hacia adelante. Pero muchas hicieron el esfuerzo por mantenerse en pie y sostener los puestos de trabajo. Lo hicieron a base de esfuerzos financieros propios, ayuda del Gobierno, reconversión a otras actividades y mayor apertura tecnológica. Supervivencia para algunas, y una oportunidad de crecer para otras tantas.
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