El Banco Central mantiene el ritmo de su estrategia de devaluación a cuentagotas, a pesar de que la brecha cambiaria superó el 80% la semana pasada y se aceleró en agosto el drenaje de reservas. Tras el feriado del lunes, la entidad monetaria colocó hoy martes su postura de venta para el dólar mayorista en $73,40, 24 centavos por arriba del viernes. Es decir que mantiene el crawling peg en 6 centavos diarios. En las pizarras de los bancos, el dólar minorista avanzó hasta un promedio de $77,54, con lo que el solidario -que incluye el recargo del 30% del impuesto PAIS- alcanzó los $100,80. En algunos bancos privados, el dólar para ahorro y turismo ya superó los $101. En el Banco Nación, el dólar minorista hoy subió a $77,50 para la venta, 25 centavos por encima del viernes. En tanto, el dólar blue hoy se mantuvo estable en $132, mientras que el contado con liquidación y el MEP retomaron las subas. El sábado pasado desde el Ministerio de Economía tuvieron que salir a desmentir rumores respecto a posibles mayores restricciones sobre la compra de dólar ahorro, que cobraron mayor impulso luego de que el propio presidente Alberto Fernández reconociera que la demanda de los pequeños ahorristas "es un problema". "Continúa la operatoria de dólar ahorro vigente. No hay cambios. Los interesados en tales adquisiciones podrán continuar haciéndolo por hasta USD200 mensuales", aclararon desde la cartera que dirige Martín Guzmán. Economía confía en que luego de los canjes de deuda en dólares bajo ley Nueva York y ley argentina el frente cambiario se estabilizará. "No hay ninguna medida en estudio, por lo tanto, que vaya en la dirección de disminuir o impedir la compra de dólares ahorro", resaltaron. En el mercado, sin embargo, la incertidumbre continúa. El Banco Central tuvo que vender USD507 millones en los primeros siete días de agosto para contener el avance de la divisa en la plaza mayorista y se calcula que las reservas netas ya se ubican por debajo de los USD10.000 millones. Mientras tanto, se espera por el inicio de las negociaciones con el FMI (analistas dan por descontado que el organismo exigirá un ordenamiento de las cuentas públicas) y la presentación de un plan económico por parte del Gobierno que permita vislumbrar la estrategia de salida de la crisis generada por la pandemia de coronavirus y el aislamiento preventivo determinado por el Gobierno.
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