Por Jaime Rosemberg - La cantidad de muertes por coronavirus en la Argentina saltó ayer con fuerza a 75, la cifra más alta desde el inicio de la pandemia (22 más que el peor registro anterior). El Gobierno confirmó 2632 nuevos contagios, de los cuales 1476 son pacientes de la provincia de Buenos Aires y 995, de la Capital. El dato se conoció al final de un día en que recrudeció la discusión por el futuro de la cuarentena, cuando el 17 de julio termine la actual etapa de restricciones en el área metropolitana. En la ciudad, donde la ocupación de camas se muestra estable y la curva de contagios, aparentemente amesetada, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta aspira a flexibilizar el confinamiento. El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, se resiste a anticipar una flexibilización y enfatizó ayer que, en relación con la cantidad de habitantes, “hay más contagios en la ciudad que en la provincia”. La provincia había mostrado la semana pasada un incremento constante de los casos, mientras que en la ciudad se habían mantenido en torno a los 840 diarios. Número de contagios: “estable”. Situación de ocupación de camas de terapia intensiva: “bajo control”. Circulación del virus: en reducción, por la baja del transporte público. Los datos de la batalla contra el coronavirus que se agolpan en el despacho del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, dan pie a cierto optimismo. “Si esto sigue así, vamos a desandar el camino. Salvo que nos lo prohíban”, afirmaron muy cerca del jefe de gobierno, en referencia a las diferencias entre el estado sanitario de la ciudad y el de la provincia de Buenos Aires. Diferente es la sensación que palpan en la provincia de Buenos Aires. El gobernador Axel Kicillof mostró ayer estadísticas que exhiben el impacto del virus cada 100.000 habitantes. “Hay más contagios en la Ciudad que en la Provincia”, desafió Kicillof la idea aperturista de su vecino (ver aparte). Junto al ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, Rodríguez Larreta ya se prepara para volver a la fase 3 –cuarentena administrada– a partir del sábado 18, es decir, con una flexibilización de las salidas y las aperturas comerciales. La decisión enfrenta con estrategias diferentes a la Ciudad y a la Provincia. “Esperamos llegar al 17 (de julio) con la curva lo más controlada posible, con el R debajo de 1”, dijo ayer Quirós, en referencia al índice que mide los potenciales nuevos contagios a partir de un caso. De lograrse esa baja, afirmó Quirós, el índice permitiría “desandar medidas” y “proponer a la ciudadanía algún cambio” con respecto a lo que tienen hoy, en relación con la cuarentena estricta, que reimplantó restricciones como el cierre de comercios que habían abierto sus puertas y la prohibición de las actividades deportivas a contraturno. Si se toma como base el domingo 28, inicialmente el último día de la cuarentena en fase 3, la ciudad acumuló hasta el domingo un promedio de 840 casos diarios. La provincia, en cambio, tuvo una media de 1527, con un pico de 1849, el viernes pasado. El porcentaje de cantidad de camas ocupadas de terapia intensiva (promedio de 58 por ciento en el AMBA, 236 de un total de 400 en la ciudad) también es un dato “alentador” para una eventual flexibilización. Ayer, las muertes registradas llegaron a un récord de 75 personas, mientras que los contagios en la provincia fueron 1476 y en la ciudad, 995. “Falta mucho, pero se ve claramente que la ciudad está empezando a contener, y la provincia está dónde estábamos nosotros hace un mes, cuando explotaron los casos en la Villa 31”, afirmaron desde un ministerio clave de la ciudad. Cerca de Rodríguez Larreta reconocen que no tendrían “autoridad moral para decirle a la gente que se siga quedando en su casa” si la actual situación se mantuviera. Sería, a la vez, un guiño a los votantes porteños, y un desafío a los deseos de varios funcionarios de Kicillof, como el jefe de asesores del Ministerio de Salud, Enio García, quien ayer habló de la utilidad de “volver a los niveles de circulación de marzo pasado” para controlar el virus. Entre Rodríguez Larreta y Kicillof, el presidente Alberto Fernández se manifestó prudente. “Vamos a ver después del 17. A mediados de esta semana (conoceremos los resultados), todos queremos flexibilizarlo, pero no a costa de la salud de los argentinos”, dijo el Presidente. De todos modos, también en el gobierno de Kicillof parecen haber tomado nota del “cansancio” de la ciudadanía luego de 109 días de cuarentena. “Después de esta fase estricta vamos a ir aflojando algunas actividades”, afirmó ayer la ministra de Gobierno, Teresa García, y agregó: “Vamos a tener una etapa como en todos los países, que después de la apertura empiezan a aparecer focos de contagio nuevamente, hay que volver a cerrar un poquito para volver a abrir”, dijo. Sin embargo, Kicillof enfrentó los señalamientos sobre el aumento de los contagios en la provincia y alegó que, en valores proporcionales, la ciudad tiene más casos. ¿Y si la Nación y la Provincia proponen continuar en fase 1? “No se puede ofrecer solo cuarentena, no es lo mismo el día 1 que el 100”, razonan desde el gobierno porteño, donde insinúan que resistirán, de continuar esta tendencia, cualquier intento de prolongar el endurecimiento de las medidas. |