Por Leandro Gabin - Sobre el final de esta semana se
conocerá la última oferta por la deuda que presentará Martín Guzmán con la venia de Alberto Fernández. Lo que a priori podría despertar
expectativas positivas, fue cambiando de humor. En las últimas horas fueron
confusas en términos de lo que hará el gobierno.
La futura expropiación de vicentin es un giro para el
costado más duro del kirchnerismo estatista, algo que parecía que
Alberto iba a bloquear.
Algunos se preguntan si, finalmente, el sesgo pragmático del
presidente llegó a su final. ¿Será la antesala de una oferta que finalmente se
quedará corta para que los bonistas la acepten? La sorpresa llegó a los máximos
referentes del mercado local, tanto bancos como sociedades de bolsa que
venían analizando durante todo el fin de semana lo que sería una propuesta
definitiva por la deuda.
Los principales gerentes de bancos con oficinas en Buenos Aires creen que el nivel de adhesión
no será suficiente para alcanzar el umbral que las cláusulas de acción
colectiva necesitan para arrastrar al resto de los acreedores.
En los bancos locales ven un escenario con un nivel de
aceptación del canje de Guzmán entre el 50 y el 60 por ciento en términos
globales. "Van a quedar holdouts, es inevitable. Quizás sea más fácil
cerrar con los que tienen los bonos emitidos
por Macri que tienen cláusulas más fáciles de cumplir, pero los Par y Discount
quedarán afuera", dicen en las entidades.
Los números no van a cerrar
"La van a tener que remar y mucho, porque lo que viene es seguir
trabajando para eventualmente sumar a los que se quedaron afuera. Y obviamente
estos irán a litigar y el país seguirá en default por mucho tiempo", señalan.
Las famosos CACs para los bonos emitidos en la era
macrista tienen un umbral del 66% a nivel agregado entre la serie de bonos y
del 50% en cada bono individualmente. En caso de que se alcancen esos
porcentajes, los tenedores de esos títulos que no participaron del canje
recibirán el bono propuesto por el gobierno quieran
o no.
Sin embargo,
los bonos de
la reestructuración anterior tienen CACs con porcentajes más altos,
siendo necesarios un 85% a nivel agregado y un 66% por cada bono. Esto quiere
decir que requieren de una mayor participación para obligar al resto y cerrar
la oferta.
Claro que gran parte importante del partido se juega en
lo que haga BlackRock, que lidera un comité de acreedores
conjunto que entre todos tienen el 30 por ciento de los bonos Macri. Más allá
de eso, es el parámetro para el resto de los fondos de
inversión. Léase, si no entra BlackRock, tampoco entrarán esos fondos.
Se descuenta,
además por los contactos telefónicos de los últimos días, que los fondos que
tengan una necesidad de acordar porque tienen negocios en la Argentina lo harán. Ahí el cabecilla es Fintech con David Martínez, accionista de Telecom y de Genneia junto al banquero Jorge Brito del banco Macro. Este fondo intenta posicionarse como el más benévolo
ante Guzmán y Alberto por las obvias razones de sus negocios en el país.
"BlackRock es el faro para el resto de los
acreedores. Y ellos no se bajan de una oferta que valga 55 dólares de recupero.
Y eso tomando una tasa de descuento del 10 por ciento, que es generosa y le
hacen el favor a Guzmán. Porque en realidad ellos creen que deberían descontar
la oferta al 12 por ciento, por ende un número inalcanzable para cerrar con
este gobierno,
afirman los banqueros, que suelen chatear varias veces por semana entre ellos
mediante la app de moda, Zoom.
Vivir con lo nuestro
versión 2020
El tema de la exportadora
Vicentin también fue tema de revuelo entre algunos popes del
mercado. Creen que la movida de Alberto podría ser circunscripta en un
escenario temerario para la economía, donde se prolonga el default y el gobierno busca
quedarse activos que generen recursos hacia adelante. Un presagio del tan afamado
"vivir con lo nuestro".
"Si creo q vamos a la situación parecida a la del
2010-2015. La van a ir llevando como pueden, lo de vicentin es
una señal en ese sentido, van a ir quedándose con los activos para generar
flujo como hicieron con YPF y AFJPs. Todo así emparchado buscando cajas, controles,
congelamientos, discurso nacionalista, etcétera. Se preparan para administrar
la escasez", afirmaba otro banquero local.
Claro que el pesimismo de los gerentes de los bancos no
es público. Temen represalias por parte del gobierno y
todavía esperan que Guzmán empiece a colocarle bonos para financiar la post
pandemia. Saben que les va a tocar aportar para financiar el tremendo gasto
público que está realizando el Ejecutivo en medio de la pandemia por el COVID19.
"Va a seguir siendo una economía con muchos
problemas y realmente sin fuentes de financiamiento genuino. El mercado local
algo puede hacer, pero muy poco para las necesidades que habrá en los próximos
años", resumió un ejecutivo.
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