Por Juan Strasnoy
Peyre - Comienza una semana clave de cara a la reestructuración de
USD66.200 millones de deuda externa con acreedores privados. Según
pudo confirmar BAE Negocios con fuentes oficiales, la enmienda final a la oferta de canje será
presentada entre el jueves y viernes. Antes de eso, el ministro de Economía, Martín Guzmán, encarará una nueva ronda de reuniones virtuales con los
grupos de bonistas con
el objetivo de conseguir algo más de respaldo para su propuesta definitiva en
torno a los UDS50 de valor presente neto (VPN), que aún guardaría una distancia
considerable con las pretensiones de los grandes fondos de Wall Street.
Además de
enviarse a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC), por normativa la enmienda deberá realizarse mediante un
decreto, como
ocurrió con la oferta original. A diferencia de las tres extensiones de plazo
que se sucedieron, esta vez no basta con una resolución ministerial. Una vez enmendada, la oferta estará
abierta durante otro período de diez días, el tiempo mínimo que establece la
SEC. “La intención es llegar a un acuerdo en ese
lapso pero está la posibilidad de extender por otros diez días, siempre con el objetivo de cerrar el
canje cuanto antes”, explicaron en Economía.
Finalmente, la oferta definitiva no se presentará a comienzos de la
semana, como especulaban algunas versiones. Bajo el paraguas del Fondo
Monetario Internacional, que avaló al Gobierno para ofrecer una mejora en los pagos
a los acreedores dentro del marco de sustentabilidad, Guzmán encarará una tanda de conversaciones
con los bonistas con un nuevo acuerdo de confidencialidad.
En ellas, el ministro discutirá las modificaciones que planea incorporar
para elevar el VPN desde los USD47 –a una tasa de descuento del 10%- de la última versión de la propuesta hasta
alrededor de los USD50, el límite que fijó el FMI para que sea compatible con su
análisis de sostenibilidad.
La razón principal de la dilación es que los clubes de tenedores aún no
se bajan de sus pretensiones que rondan los USD53. Y tal como contó este
diario, el Ejecutivo busca que la enmienda llegue a
la SEC con el mayor consenso posible. O, al menos, que los tenedores “la consideren dentro de
un marco de razonabilidad como para continuar negociando”, confiaron en el
entorno del ministro.
Guzmán dijo este domingo en una entrevista con Perfil que la declaración del
Fondo sirvió para “anclar expectativas” y afirmó que “hoy no estamos en
condiciones de enmendar la oferta pero sí apuntamos a enmendarla”. Allí,
también advirtió que algunos acreedores pueden querer trabar “una
reestructuración razonable” para Argentina como forma de aleccionar a otros
países en vías de renegociar su deuda a raíz de la coronacrisis. Con todo,
consideró que es necesario conseguir la adhesión de los principales bonistas,
como Blackrock, para arrastrar al resto: “Tenemos fondos de inversión muy
grandes en el mundo, que podrían generar un efecto si nos acompañan sobre el
resto”.
Entre las alternativas en estudio para intentar cerrar la brecha y
lograr las mayorías necesarias -66% en los bonos emitidos por Mauricio Macri y
85% en los surgidos del canje 2005 realizado por Néstor Kirchner- para avanzar
en un canje general sin riesgo de litigios en los tribunales neoyorkinos, que
en los últimos días con el fallo en contra del país en la causa por la
expropiación de YPF dieron una nueva muestra de su peligrosidad, están la inclusión de un cupón atado al PBI y
la posibilidad de capitalizar los cupones impagos.
Ya en la segunda versión se recortó un año el plazo de gracia propuesto,
se redujo la quita de capital en los bonos más cortos, se elevó un tato los
cupones, se acortó los vencimientos de la mayoría de los nuevos títulos y se
reconoció el pago de los intereses devengados a través de un nuevo bono.
Lo cierto es que para el Gobierno es una prioridad alcanzar un acuerdo
con los areedores para despejar el horizonte de la deuda, más aún en plena
agudización de la crisis a causa de la pandemia, y devolverla a un sendero
sostenible que le permita en el mediano plazo recuperar el acceso a los
mercados, luego de un proceso de endeudamiento récord en la era Cambiemos.
Como contó BAE Negocios, el propio Alberto Fernández les transmitió a los empresarios
que lo visitaron en Olivos el miércoles pasado: "Yo soy un presidente que
quiero arreglar la deuda".
En ese marco, el representante argentino en el directorio del FMI, Sergio Chodos, volvió a mostrarse optimista. En
diálogo con Radio 10, dijo: "Todo se define al final del período de
suscripción, tenemos que removernos de la idea de la ansiedad de cuándo, cómo y
quién acuerda. Estimo que haya acreedores que no digan nada
o tengan reservas y a último momento entren. En 2005 hubo una cantidad de
acreedores importantes que se pasaron todo el período de suscripción diciendo
que la oferta iba a fracasar y era un desastre, y a último momento entraron. Tenemos que tener una cierta cautela y ser no
pesimistas".
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