Por Javier Blanco - El índice
líder de Bolsas y Mercados Argentinos (Byma), S&P Merval, cerró ayer con un
alza del 5%. La mejora le permitió borrar las pérdidas nominales en pesos que
venía sufriendo en el año, que habían llegado a ser del 47% el 18 de marzo
pasado, dos días antes de que se decretara el aislamiento social por el
coronavirus. El balance real, y también medido en dólares, sigue siendo
negativo.
¿Qué impulsa su recuperación, cuando la economía está atravesando
probablemente su peor cuatrimestre en largos años, muchas de las empresas
cotizantes están sin actividad o con operaciones mínimas y la enorme mayoría de
los agentes económicos se quejan de que no tienen un horizonte que les permita
hacer apuestas de negocios?
Diego Martínez Burzaco, de Inversor Global, explica que esta aparente
dicotomía obedece a que los inversores “siempre buscan adelantarse a los ciclos
económicos”.
En el caso argentino, los analistas coinciden en señalar que la
recuperación está sustentada en un vuelco de expectativas relacionado,
básicamente, con la creencia de que el país dejará atrás en breve su noveno
default tras arribar a un acuerdo con sus acreedores externos, que le daría a
la administración Fernández un tiempo prudencial para impulsar un plan de
recuperación económica.
Esa lectura parece más extendida en algunos despachos de Wall Street que
entre los analistas locales, preocupados por tratar de establecer cómo hará el
país para recuperarse sin acceso a los dólares necesarios para solventar
importaciones básicas para el proceso productivo o para neutralizar la
sostenida emisión monetaria.
Una prueba de ello fue el informe del banco Barclays, elaborado por el
economista argentino Sebastián Vargas, que sostiene que la economía argentina
podría ensayar un rebote del 9,3% en 2021, aunque tras una caída del 8,1%
durante este año, porque considera que el tejido productivo soportaría la
crisis.
Esto explica los generalizados avances que vienen mostrando las acciones
argentinas en la Bolsa de Nueva York (subieron hasta 15% ayer, como el caso de
Corporación América, o del 9 al 12% en el caso de los papeles bancarios), que
se replican aquí y son los que sostienen la mejora del S&P Merval, ya que
se trata a su vez de las acciones más operadas.
“El rebote tiene tracción externa, la plaza local solo lo acompaña. En
general deriva de un mejor humor en el mercado internacional y está apuntalado
además porque se evalúa que cada vez son mayores las chances de arribar a un
acuerdo con los bonistas”, explica Christian Reos, analista de Allaria Ledesma.
“La suba local deriva del tono positivo del S&P y las perspectivas
de un acuerdo con los bonistas. Parece haber un flujo de inversores buscando
aumentar exposición ala Argentina sin analizar en detalle el fundamento micro
económico o sectorial, básicamente de fondos de inversión que estén buscando
activos con mayorpotencial de suba ”, coincide Eze qui el Fernández, de Balanz.
La incidencia global es innegable. Las bolsas de Asia y Europa y hasta
Wall Street vienen en recuperación y, en particular, el dólar estadounidense
retomó una tendencia a la debilidad, lo que impacta positivamente en los
precios de las materias primas.
Martínez Burzaco apunta que el fenómeno global está estimulado por las
renovadas inyecciones de liquidez que se hicieron para tratar de atenuar el
impacto de la pandemia. “La Reserva Federal inyectó liquidez como nunca antes y
está comprando títulos del Tesoro, de estados, de municipios y de empresas, lo
que dio soporte a los precios de los activos financieros. Eso presiona el valor
global del dólar y derivó en un flujo de capitales que comenzó a volver a
mercados emergentes, lo que se nota en el caso de Brasil y derrama incluso
sobre la Argentina”, describe.
Para los analistas de la administradora Quinquela Fondos, el rebote
tiene un trasfondo global, pero también un componente local que deviene del
impacto que podría tener una renegociación exitosa de la deuda. “Eso mejora las
perspectivas de valuación de todos los activos locales, que se convierten
además en vehículos de reserva de valor en un contexto de tasas de interés
bajas en pesos y aumento de la brecha cambiaria. En especial, si consideramos
que, medido a dólar contado con liquidación, el Merval está aún 30% debajo de
los valores promedio de diciembre de 2019 y 65% por debajo de julio de 2019”,
apuntan.
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