Por Martín Kanenguiser - El comité de acreedores privados de la
Argentina más dialoguista expresó su decepción por la actitud del Gobierno de
no avanzar hacia un acuerdo, pese a que aseguran que técnicamente estarían muy
cerca de lograrlo.
El Comité de acreedores de la Argentina, que integran
Gramercy, Fintech, Greylock y Hans Humes, cuyo acuerdo de confidencialidad
expiró anoche, presentó una oferta que está a solo
tres dólares de lo que pretende el Gobierno.
Así lo informó a Infobae una calificada
fuente de este grupo desde Nueva York, que, sin embargo, se mostró disgustada por la actitud del
Gobierno de no querer seguir construyendo una propuesta de consenso, sino
recostarse solamente en el apoyo brindado ayer por el Fondo Monetario
Internacional (FMI).
“Estábamos acercando a un acuerdo y el
gobierno decidió no continuar”, indicó el ejecutivo.
“Es sorprendente lo complicado que se puede volver una situación en la que las
posiciones de las dos partes no son muy diferentes”, aclaró.
El líder de los bonistas
subrayó: “No tiene por qué ser tan complicado; hay tres
puntos porcentuales de valor presente neto de distancia entre nosotros y la
última oferta oficial. Y es un valor que Argentina no tendrá que
pagar por mucho tiempo”.
La fuente cuestionó, a tono
con los otros dos comités, la nueva nota técnica del FMI, al
considerar que “no tiene sentido calcular la oferta a una tasa de descuento del
10 por ciento”, como la que utilizó el staff del organismo para su segunda nota
técnica sobre la deuda en la que concluyó que el país no puede ofertar más de
50 dólares.
Para los bonistas, la tasa
correcta que debe utilizarse, al menos, es del 12 por ciento.
“No es lógico que el FMI esté
hablando en estos términos”, afirmó.
Si se utilizara la misma tasa
para el grupo de Fintech y Greylock, se podría estimar que la diferencia es de
53 a 50 versus la oferta “enmendada” que prepara el Ministerio de Economía
luego de la extensión por otros 10 días que decidió ayer.
Desde
los otros comités saben que, lógicamente, el Gobierno ha tratado de acercarse
más al grupo que presenta una menor pretensión económica, pero advierten que
corre el riesgo de volver a tener otro fracaso importante si realiza un canje
con el aval de este bloque “dialoguista”.
De todos modos, parece ser
que la declaración del FMI logró unir a los tres grupos, en contra.
Dennis Hranitzky, asesor
legal de Exchange Bondholder Group y jefe de la práctica de litigios soberanos,
del estudio Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan, LLP, dijo que “depende de
Argentina mostrar un serio deseo de cerrar la brecha restante, y será
desafortunado si Argentina endurece su posición en respuesta a la declaración
del FMI”.
“El FMI parece estar tratando de facilitar un
acuerdo. Las partes no están tan lejos, quizás el 1.5% del PIB se extendió en
20 años, y el FMI reconoce que hay espacio para que Argentina mejore su oferta.
Los tenedores de bonos han mostrado mucha flexibilidad al hacer una oferta
sostenible a Argentina”, afirmó.
En tanto, el comité Ad Hoc,
que integran BlackRock y Fidelity, entre otros fondos, sostuvo que “es tarea del Gobierno” superar las
diferencias entre las dos partes para lograr un acuerdo para reestructurar unos
66.000 millones de dólares en deuda pública.
“El Gobierno debería tomar
ahora acciones que lleven al país hacia una resolución pragmática que sería
bienvenida por la comunidad financiera internacional”, señaló el grupo.
Al respecto, subrayó, como
sus “socios”, que la declaración del FMI sobre Argentina indica que es posible
alcanzar una reestructuración de la deuda implementable y sostenible y que
Argentina mejore su posición actual.
“La diferencia entre la propuesta más reciente
del gobierno y la propuesta conjunta de nuestro grupo con Exchange Bondholders
Group es aproximadamente un 1,5 % del PBI distribuido en la próxima década
hasta 2030, y otro 1% del PIB desde 2031 hasta 2040. La tarea de superar esta diferencia y
asegurar un camino alejado del incumplimiento está en el gobierno”,
precisó.
En este sentido, el ministro Martín Guzmán señaló que
ayer se concluyó “otra ronda de negociaciones bajo un acuerdo de
confidencialidad”.
“Las partes se siguen acercando, aunque sigue
faltando una distancia importante por recorrer. Es necesario poder recorrer esa
distancia. No estaría bien apurarse para cerrar algo que no le sirva a
Argentina. Necesitamos un acuerdo que cuide a Argentina. Eso es lo que me
encomendó el Presidente. Y nosotros actuamos de forma firme sobre la base de
ese principio”, sostuvo Guzmán. Por esta razón, no necesariamente la fecha del
12 de junio será la de cierre del diálogo y podría haber una nueva extensión.
Sin embargo, Guzmán dijo que
el equipo económico trabaja por estas horas “en las enmiendas finales de la
oferta”.
“Tendremos en cuenta el
comunicado que hizo el FMI a la hora de decidir las enmiendas finales. El
margen que queda para enmendar la oferta es escaso, el mismo FMI dijo que está
‘marginalmente debajo’ del límite que permitiría restaurar la sostenibilidad de
la deuda, que es el mandato que también nos dio el Congreso de la Nación cuando
se aprobó la ley de restauración de la sostenibilidad de la deuda pública bajo
ley extranjera”, afirmó.
“La extensión de hoy es simplemente por una
razón técnica. Se extiende la oferta para tener unos días más para enmendarla.
Y una vez que se enmiende, se volverá a extender la fecha de cierre de la
oferta”, aclaró Guzmán.
Además, sostuvo que “luego de
enviar la oferta enmendada a la Comisión Nacional de Valores de Estados Unidos,
se planteará una reestructuración de la deuda en dólares bajo ley local en
términos equitativos”.
“Como siempre decimos, la
deuda es política de Estado. Y más en general, tener las finanzas públicas
saneadas debe ser política de Estado. El ordenamiento de las cuentas públicas
es un proceso que Argentina debe recorrer. Finanzas públicas saneadas le dan a
un país mayor capacidad para hacer políticas económicas para atender
contingencias”, finalizó.
La semana pasada, Economía
presentó una propuesta no formal para subir la oferta de 40 dólares -que
recibió un masivo rechazo de los acreedores- a 47, a lo cual podría sumar un cupón, que no
necesariamente estaría ligado al PBI. Podría ser el nivel de crecimiento o
“alguna variable de la economía real”, explicó a Infobae una fuente oficial
ligada a la negociación, como el precio de una materia prima o la variación de
las exportaciones.
Guzmán dijo que, una vez
preparadas “las enmiendas finales, es probable que volvamos a entrar en
negociaciones bajo acuerdos de confidencialidad para limar detalles que nos
permitan maximizar la participación de los acreedores”.
Tan lejos, tan cerca, el
Gobierno y los bonistas seguirán negociando, con recelo mutuo, pero, por ahora,
con la intención de no patear el tablero.
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