Aunque el
Gobierno profundizó el cepo sobre la compra de dólares, el titular del Banco
Central -Miguel Pesce- explicó que esas restricciones pueden llegar a
aliviarse. La situación está
atada a un acuerdo con los acreedores por la deuda soberana y que ese eventual entendimiento
tenga buena recepción en los mercados.
“Espero que podamos
liberar el mercado una vez que se resuelva esta negociación”, dijo Pesce en una entrevista
telefónica el jueves por la noche. “Tendremos que ver cómo responde el mercado
al estímulo si la negociación es exitosa”, dijo.
Pesce y el
directorio del Central implementaron más controles el jueves en la noche,
restringiendo el acceso de las empresas al mercado de divisas para pagar
obligaciones en el extranjero en dólares u otras monedas.
Las empresas
que liquidan bonos del Gobierno denominados en pesos para obtener moneda
extranjera deben esperar 90 días antes y 90 días después de cualquier
transacción. Las últimas restricciones forman parte de un mes de controles de
las tasas de cambio no oficiales del país. Según las empresas, la medida les
complicará sus operaciones de comercio y provocará una baja mayor de la
actividad, que ya está bastante golpeada por la cuarentena.
A pesar de
los estrictos controles, la suspensión de los pagos de la deuda y la cuarentena
nacional por COVID-19, la caída de dólares en las reservas es casi permanente. Las personas físicas tienen una limitación de US$
200 mensuales para atesoramiento. La balanza comercial muestra que las importaciones caen
más que las exportaciones, pero nada alcanza para mejorar las reservas.
Las reservas
del Central cayeron a un mínimo en cuatro años. La asistencia del FMI -fueron
pactados más de US$ 57.000 millones, pero llegaron US$ 44.000 millones- no fue
suficiente para calmar la desconfianza en la deuda del país. El riesgo pais,
que comenzó a subir durante la segunda parte de la gestión de Mauricio Macri,
volvió a escaparse y ya lleva varios meses por arriba de los 2.000 puntos. Ese
indicador marca la tasa que tendría que pagar el país para tomar nueva deuda,
que estaría -al menos- un 20% arriba de la deuda de los Estados Unidos.
|