Por Pablo Wende - El Banco Central decidió pasar a la “fase 2” en
su estrategia para enfrentar la cuarentena, aún cuando está en pleno desarrollo
la “fase 1”. Eso significa que mientras se ve obligado a emitir para hacer
frente al gran aumento del gasto, al mismo tiempo se apura por absorber esos
excedentes de pesos para evitar desbordes cambiarios y el peligro de un repunte
en la inflación.
La entidad que preside Miguel Pesce había indicado que retirar los excedentes de
liquidez era parte de la “fase 2” de su estrategia. Muchos interpretaron que se
pondría en marcha más adelante, cuando hayan pasado los peores efectos en la
economía de la cuarentena. Pero optó por “curarse en salud”, apurándose
a retirar una cifra récord del mercado.
En apenas tres días, retiró $
500.000 millones de la plaza, a través de la colocación de pases pasivos y
Leliq, pagando tasas de hasta el 38% anual. El Central adoptó así una actitud
de extrema prudencia, en momentos en que se busca reducir la brecha cambiaria y
calmar las presiones inflacionarias.
En las primeras semanas de
mayo, el BCRA se vio obligado a efectuar una
emisión récord de pesos a través de dos instrumentos: los adelantos
transitorios y la distribución de utilidades obtenidas en 2019. Pero
esa mayor emisión también alentó las expectativas de devaluación y el temor a
un fuerte repunte inflacionario en los próximos meses. No es casualidad que la
brecha cambiaria entre el dólar oficial y el informal se haya incrementado al
100% a mediados de mes.
Esta diferencia provocó fuerte presión sobre las reservas del Central, con
muchos inversores aprovechando para adquirir el "dólar solidario” a $90,
mientras que en el resto de los mercados cotizaba arriba de los $130. Las
últimas medidas de restricción para operar con “dólar Bolsa” y “contado con
liquidación” lo derribaron, al menos temporalmente, a menos de $ 110.
Prácticamente
toda la necesidad de pesos del Tesoro para afrontar el déficit fiscal proviene
hoy de emisión monetaria. El rojo de las cuentas públicas fue de $266.000
millones en abril y sería aún mayor en mayo. Se estima que el déficit del año
llegará a 5,5% del PBI.
La “monetización” de semejante agujero fiscal
ha sido históricamente inflacionario en la Argentina. Todas las miradas apuntan
a lo que podría ocurrir en el segundo semestre, cuando la economía empiece a
salir de los efectos de la cuarentena. ¿Se podrá mantener relativamente
controlada la cotización del dólar y la inflación?
“Los pesos que se retiraron
no eran parte de la circulación monetaria, sino que estaban en las cuentas de
los bancos. Pero muchos ya se habían adelantado ante la gran expansión que hubo
y eso se reflejó en una suba de la brecha”, explicó a Infobae el economista de
un banco local.
Aún luego de la “aspiradora”
que encendió el BCRA, el aumento de la base monetaria es del orden de $130.000
en mayo. La expansión en lo que va del año es de sólo $105.000 millones o 5%,
bien por debajo que la inflación acumulada en los primeros cinco meses.
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