Por Liliana
Franco - Los
agentes que trabajan para el gobierno argentino en
la reestructuración de la deuda externa,
van a estar en estos días contactando activamente a los poseedores de bonos que no están agrupados
en los tres grandes clubes de acreedores buscando sumar
adhesiones a la propuesta oficial.
Según señalaron fuentes oficiales a Ámbito,
para estas gestiones de los agentes colocadores, los bancos HSBC y Bank of
American, son de importancia en la etapa final
de la negociación, dado que se estima que cerca
del 60% de los acreedores no forman parte de los tres grupos de bonistas.
Las agrupaciones de acreedores detentan una fracción de la
deuda. Como se recordará, son tres los clubes que se formaron. Uno es el
denominado Ad-Hoc Bondholders Group, constituido entre otros por los
fondos de inversión Black Rock, Ashmore y Fidelity. También están los Bondholders Group (bonistas
Argentina Creditor
Committe y los fondos Fintech y Gramercy)
y finalmente el Exchange Bondholders Group compuesto por 18 fondos
de inversión entre los que se encuentran ExBG, HBK, Monarch y Redwood.
Según sus propias declaraciones, el Grupo Ad Hoc
Bondholders, representa conjuntamente más del 25% de los bonos, en
tanto que Exchange
Bondholders Group sostiene detentar más del 15% de los bonos de
"Intercambio" de la Argentina.
Estos tres grupos rechazaron la propuesta argentina de
renegociación, pero según ha trascendido, en los últimos días han ido
reduciendo sus pretensiones, de un nivel inicial de 58 a 80 dólares por
cada lámina de 100 (a una tasa de descuento del 10%) a valores cercanos a 53
dólares. En paralelo, el gobierno argentino contempla una
mejora de su oferta de los 40 dólares iniciales a cerca de 45.
Confianza
En medios oficiales existe confianza en cuanto a que es
posible llegar a un acuerdo. El
presidente Alberto Fernández señaló
que "está cerca de resolverse el problema de la
deuda", en declaraciones al canal C5N.
En el mismo sentido, tuvo repercusión un artículo escrito
por Robert
Johnsson y publicado por el periódico Financial Times en
el que se señala que “hay un camino a seguir para Argentina y sus acreedores”. El
autor es asesor tanto de Argentina como de sus acreedores, preside el Instituto
para el Nuevo Pensamiento Económico y fue economista jefe del Comité Bancario
del Senado de los Estados Unidos.
Johnsson considera que las negociaciones entre
Argentina y sus acreedores son el primer capítulo de lo que se convertirá
en una
mirada de reestructuraciones de deudas soberanas desencadenadas por la
pandemia. Al respecto señala que las negociaciones
argentinas involucran u$s65.000 millones de deuda, pero el FMI estima que las necesidades de
financiamiento de los mercados emergentes superan los 2,5 billones de dólares.
Tras calificar al proceso de reestructuración como “un desafío abrumador”,
el economista afirma “he trabajado en estrecha colaboración con Martín Guzmán,
el ministro de Economía de Argentina, y con Philipp Hildebrand,
vicepresidente de Black Rock, miembro del grupo de acreedores, y los conozco
como hombres de integridad y visión”. Y concluye “eso me da alguna esperanza de
que estas
negociaciones puedan evitar un resultado calamitoso”.
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