Por Candelaria
de la Sota - Por si faltaban confirmaciones sobre las expectativas de volatilidad
cambiaria que hay en el mercado financiero, ayer un dato llamó la atención de los
analistas: en el mercado de futuro del Rofex se operaron contratos de
interés abiertos por 2.750 millones de dólares con vencimientos para
junio, un volumen que no se daba desde el 29 de agosto del año pasado, justo
cuando se aplicaron los controles al tipo de cambio.
El
dato es el síntoma definitivo de que muchos jugadores esperan que haya
una nueva devaluación, en este caso del dólar oficial, que según apuestan en el Rolex estaría a
$70 en junio y a $87 en diciembre.
Según informaron
operadores familiarizados con esta operatoria, el gran aumento en el volumen de
coberturas se dio en el último mes, cuando se agregaron casi 1.000 millones de
dólares. Un dato que es interpretado como típica actitud defensiva: mientras
esperan a ver qué movimientos hará el Gobierno, muchos eligen cubrirse
interviniendo en los mercados de futuros.
"La
verdad, es que hablar de interés abierto por 2.700 millones de dólares te hace
acordar a otras épocas", señaló Sebastián Centurión, analista de ABC Mercado de Cambios. Desde el Rofex recordaron que, tras
alcanzar un nivel similar en agosto de 2019, los contratos de interés abiertos
cayeron con fuerza entre diciembre y enero, y recién comenzaron a repuntar hace
poco más de un par de semanas.
Sin embargo, hacía
tiempo que no se veía este volumen de operaciones que revela mucha expectativa
sobre una posible nueva devaluación. "Realmente todo el mundo está
esperando que se devele la incógnita: si se achicará la brecha o intentarán
mantener el dólar planchado como en 2015", dijo Centurión,
reflejando la inquietud que hoy tiene todo el mercado.
En tanto, un
informe de la sociedad de bolsa Cohen observó: "La pérdida de reservas que
se viene registrando en forma diaria en el MULC en épocas donde estacionalmente
el BCRA es comprador de divisas, llevó a que varios inversores decidan cubrirse
con futuros de dólar aumentando el interés abierto de los futuros de
Rofex la semana pasada a u$s572 millones".
Otros
analistas vinculan directamente esta situación del mercado con la incertidumbre respecto del final que tengan las negociaciones sobre
la deuda. De hecho, eso sería lo que estaría justificando la gran
concentración de contratos a corto plazo, con vencimiento en junio.
Sobre ese punto, el
consultor Salvador Di Stefano observó: "Muchos inversores tomarán posición
precautoria sobre el dólar futuro, ya que una eventual ruptura lo dispararía a
la suba".
Y agrega que la
posición en junio, a una cotización de $ 71,12, es la más recomendable: "
Tiene una diferencia del 5,0% respecto de la cotización contado, y el Gobierno
viene devaluando a un ritmo del 3% mensual, con lo cual no generaría una gran
pérdida a futuro si hay acuerdo, y ante un eventual default tendría
una jugosa ganancia".
En
otras palabras, la lógica de esa apuesta es que si las negociaciones terminan
mal y, por ende, eso dispara una devaluación, el hecho de asegurarse el dólar a $71,12 es un buen negocio, porque quienes hayan
hecho ese contrato cobrarán el diferencial en pesos respecto del nuevo tipo de
cambio.
Y el hecho de que
una gran concentración de contratos esté en esa posición confirma que la
probabilidad que el mercado le asigna a una corrección cambiar en el corto
plazo sigue siendo alta.
Un mercado escéptico
El dato que los
jugadores de este mercado miran con más preocupación es la pérdida de
reservas a la que se ve obligado Miguel Pesce, ante la escasa oferta por parte
de los exportadores agrícolas. A pesar de que estacionalmente este es un
momento de ingreso de divisas, este año el Central tuvo que vender, entre el 15
de abril y el 11 de mayo, unos u$s722 millones.
"Hay
una percepción de que el
dólar oficial está atrasado. No sólo con
respecto a la inflación sino con respecto al resto de las monedas de la región
que se devaluaron más frente al dólar que el peso argentino", sostuvo un
experimentado operador del mercado cambiario. Y agregó: "Tal vez por eso,
todo el mundo está esperando que en algún momento el Gobierno suelte
al dólar oficial y se produzca una nueva
devaluación del peso".
Muchas fueron las
versiones que circularon en las últimas dos semanas: que el Gobierno
aplicaría microdevaluaciones, que permitiría que el dólar oficial aumentara de $5 por mes desde junio
próximo, que lo haría recién desde agosto, e incluso que comenzaría
apenas se cierre la negociación con los acreedores. De allí que muchas miradas
estén puestas en el comportamiento que el dólar tenga esta semana, teniendo en cuenta que es clave
en el avance de las negociaciones con los bonistas.
Se trata de una
combinación de factores, señalan en el mercado: el dólar oficial está retrasado si se lo mide contra la
inflación y más aún si se lo compara con el real brasileño, y todo esto ocurre
en un contexto de freno casi total de la economía y pobres liquidaciones de
dólares por parte de los cerealeros.
"Algo
va a tener que pasar con el tipo de cambio oficial. Este nivel de brecha parece
insostenible", señala
un operador del mercado mientras, como todos sus colegas, espera algún tipo de
gesto del Banco Central, que no sea limitar la compra de dólares contado
con liqui o MEP.
Por lo pronto, la
mirada es escéptica respecto de cuán efectivas pueden ser las últimas medidas
para estabilizar al mercado en el mediano plazo.
"A
este nivel de tipo de cambio a los productores no les cierra vender su cosecha,
y me parece que no están dadas las condiciones para que los productores
agropecuarios vendan",
sostuvo Rodrigo Alvarez, de la consultora Analytica, quien sin embargo sostuvo
que "tal vez se note cierta descompresión por ambas medidas al comienzo de
la semana".
La
emisión de pesos es una de las claves para la suba del dólar, al menos así lo consideró Santiago López Alfaro, de Delphos Investment. "Yo creo que el dólar sube por la emisión que se está haciendo, que
lamentablemente es la única fuente de financiamiento que tiene el Gobierno en
medio de la crisis del coronavirus, y también por la incertidumbre que tiene
que ver con el arreglo o no de la deuda". Y agregó:
"Claro que las bajísimas tasas que se ofrecen, -aunque el Central las haya
aumentado- no pueden competir con el dólar".
Para López Alfaro
"el resto de las medidas que toman desde el Gobierno son cuestiones
técnicas, como cuando limitaron las operaciones de dólares a los Fondos
Comunes de Inversión y el dólar bajó dos días pero después volvió a
subir". Y vaticinó que "ahora
puede pasar lo mismo, tal vez veamos que al comienzo de la semana bajen un poco
los dólares libres, pero finalmente volverán a subir".
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