Por Liliana
Franco - “Contento” así describieron en el Palacio de Hacienda
el estado de ánimo del ministro de economía, Martín Guzmán, tras un primer
análisis de las tres contrapropuestas que elevaron los principales acreedores del país
para la renegociación de la deuda externa. Las iniciativas fueron presentadas
el viernes a última hora por el fondo de inversión Black Rocky los grupos Ad
Hoc y Exchange.
El buen ánimo
oficial se explica, según comentan, porque la ofertas incluso de Black Rock
(uno de los más duros), “serían razonables” lo que permitiría llegar
eventualmente a un acuerdo.
Los precios de las
ofertas rondarían los 56 dólares, a distancia de los 48 dólares que estaría
dispuesta a ceder la Argentina, según comentan los especialistas. Es decir
que la diferencia entre ambos intereses no sería “insalvable”.
Las demandas de
los bonistas no
son uniformes ya que el grupo Exchange demanda paridades mayores que el resto
ya que las cláusulas de emisión de estos bonos son más favorables para los
acreedores.
Los fondos se
apresuraron en mandar sus propuestas porque recibieron un mensaje claro en
cuanto a la voluntad del gobierno por seguir negociando, según quedó explícito
en las últimas declaraciones del Ministro Guzmán.
Si bien los tres
grandes grupos de acreedores pensaban llegar a presentar una propuesta en
común, viendo que alcanzar este consenso les llevaría más tiempo, optaron por
dar una señal de interés por seguir negociando y se presentaron por
separado. “Se imaginan cómo hubieran abierto los mercados si al lunes no se
hubiera presentado nadie”, comentaba un analista de mercados.
Las
contrapropuestas de los bonistas contemplan la no quita del principal y la
capitalización de los intereses durante el periodo de gracia, según pudo
conocer Ámbito. “Se encuentra dentro del margen de negociación del
gobierno y hay espacio para un acuerdo mutuamente beneficioso”, explicó un
especialista en renegociación de deuda externa.
Se espera que en el
curso de los próximos días se lleven adelante intensas negociaciones. No existe
certeza en cuanto a que se pueda llegar a un acuerdo antes del próximo viernes,
fecha límite fijada por el gobierno argentino. De todas formas, se considera
que este plazo pasaría a ser “anecdótico” ya que nadie estaría dispuesto a
disparar la “aceleración”, es decir demandar el pago anticipado de los bonos,
en un marco, en que las negociaciones se encuentran encaminadas.
“Es alta la
probabilidad de un acuerdo ya que nadie iría a default por una diferencia de
dos o tres dólares”, sostienen fuentes del mercado, en tanto aclaran que
esperan que se supere la desconfianza inicial existente entre los bonistas y el
titular del Palacio de Hacienda.
Por otra parte, se
comenta que ni los bonistas ni el gobierno tienen interés, en la medida de lo
posible, de ingresar en un standstill (es decir un período de espera) ya que el
ánimo predominante es hacia un acuerdo y, por otra parte, decretar un período
de gracia demandaría consultas entre los bonistas que tornan dificultoso el
procedimiento.
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