Por Daniel Fernández Canedo - - Las acciones y los bonos suben por dos
jornadas consecutivas, baja el riesgo país y
todo en un clima de incertidumbre que puede leerse como que la Argentina no irá
por novena vez a una cesación de pagos total.
El Gobierno prolongó hasta el 22 de mayo el período para seguir negociando con
los bonistas después del fracaso
del canje que venció el 8 y abrió una puerta para una
mejora de la oferta que posibilite una mayor aceptación por parte de los
acreedores y evite el default. Por lo menos para una buena parte
de los bonistas que detentan papeles argentinos por unos US$ 68.000 millones.
¿Es
lógico pensar que el Gobierno logrará 66% de adhesión de un canje de deuda
dentro de 9 días, cuando hace cinco habría obtenido en torno de 15%?
Una respuesta categórica es
difícil, y también lo es suponer que el Gobierno va a lograr de un plumazo
superar el problema de la deuda por más apoyo que reciba del Fondo Monetario (hasta ahora palabras de aliento de la
titular, Kristalina Georgieva) y de más de un centenar y
medio de prestigiosos economistas del exterior que, en su mayoría, tienen muy
poca idea de la situación argentina y que un posible default de un país
latinoamericano les pueda parecer políticamente correcto.
El presidente Alberto Fernández dejó
en claro que le importa evitar el default, insistió en que la Argentina no
puede pagar pero, a diferencia de su ministro Martín Guzmán que
habría cargado las tintas sobre el peso de la crisis de la pandemia, aseguró
que "el
problema de la economía del coronavirus es la economía" y
puso el foco en un problema histórico argentino.
En el tema de la negociación
con los acreedores, los analistas concentran la falta de acuerdo en tres números relacionados
al valor de los bonos una vez terminado el canje: el Gobierno ofreció 41% (por
lámina de 100), los bonistas reclamaron 51% y, se estima, el arreglo podría estar en 46/47%.
¿Se logrará? El Gobierno
pidió que los acreedores presenten una propuesta pero conocedores de los fondos
que detentan la mayoría de los papeles a canjear (como BlackRock, PIMCO y Fidelity)
dicen que ellos ahora tienen las de ganar y que perdieron la confianza en
Martín Guzmán después que el ministro hiciera pública una presentación
confidencial de BlackRock.
Pero las técnicas de
negociación pueden derrumbarse en casos como estos en los que se habla no es
otra cosa que de plata.
Y en términos de plata lo que
vive la Argentina es delicado. El Banco Central
viene y se prepara para una mega-emisión de pesos ante la nueva ronda
del Bono
de $10.000 para monotributistas y trabajadores en negro y
para financiar a las empresas que, en algunos casos están volviendo a la
actividad y en otros no, deben afrontar sueldos y capital de trabajo.
¿Cuántas rondas más de bonos
de asistencia habrá? Hasta ahora una pero el descongelamiento total de la cuarentena se
presenta lejano y la atención estatal de algunos sectores podría prolongarse.
La fuerte emisión de pesos no estaría impactando en la inflación
de corto plazo pero el dólar
"contado con liquidación" refleja que algo se le está yendo de manos
al Gobierno en materia cambiaria.
El "contado con
liqui" (CCL) cerraba este martes 12 en $121,96 con
una suba de 2,9% respecto al día anterior y ampliaba a 80,8% la distancia con el
dólar oficial mayorista.
En parte por esa brecha y en
parte por la sequía
de los ríos serían los argumentos que explican la menor
liquidación de dólares por parte de los exportadores, algo que Miguel Angel Pesce viene
siguiendo de cerca.
Pero la realidad del CCL,
según los operadores, se explica también por la fluidez de pesos dando vueltas por el
mercado que el Banco Central no capta por fijar una tasa baja de 15,20% anual
para los pases y el Tesoro
tampoco absorbe.
La importante emisión de
pesos de estos días adelanta un debate sobre cómo se sacará el dinero sobrante en
el regreso a una situación de cierta normalidad. ¿Volverán las polémicas letras
de liquidez, Leliq, o el Gobierno impulsará la creación de un mercado de
capitales?
Ese tema hoy equivale a discutir el sexo de los ángeles pero
ni el cepo al dólar ni el congelamiento de tarifas ni la baja de salarios ni el
cuidado de los pesos por motivo precaución por parte de la gente serán para
siempre. ¿Tendrá
definida el Gobierno una salida con o sin default?.
A nueve de dias de vencer el
plazo ampliado para llegar un acuerdo por la deuda, el Presidente afirmó:
"Nosotros hemos hecho una oferta, que es la que podemos hacer. Si hay una
contraoferta, cuéntenmela porque no la conozco".
Así dejó en claro que los
acreedores todavía no responden y que no hay negociaciones nuevas a la vista, a
pesar de que existe el consenso sobre que la declaración de default sería la peor salida y
la más costosa.
Parecen lejanos los tiempos
en los que se discutía sobre si la Argentina podría tener una recuperación
rápida tipo
"V" despues de largos años de estancamiento. Hoy
los economistas piensan que, con suerte, se podría dar otra de tipo "U" en
la que repunte aparece más lejano y no sólo por el violento cambio de las
condiciones económicas internacionales.
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