Por Jorge Herrera
- El presidente del BCRA,
Miguel Pesce, hace gala de sus dotes de equilibrista circense para que no se le
escape, demasiado, el exceso de pesos en una economía en recesión y bajo
cuarentena. Sobre todo, por el temor a un impacto inflacionario y/o de suba del
dólar. Sin embargo, apenas arrancó mayo un simple movimiento contable generó
una expansión de la base monetaria de más de $544.000 millones. Así la base
volvió a niveles de $2,46 billones.
¿Qué pasó?
Los bancos traspasaron
más de $509.000 millones de sus posiciones en pases pasivos a la integración de
encajes. Curioso, porque el sistema está en “negro” (cumple con los requisitos
de efectivo mínimo del BCRA)
y el stock de créditos privados se mantiene estable en poco más de $2 billones.
Salvo que los bancos estén pensando en que viene un boom de crédito
(“voluntario” o inducido), lo que por ahora no parece factible. Lo cierto es
que los bancos, como en todo principio de mes, usan esa nueva integración para
“hacer números” (acumulan integración) para luego ir desagotándola, ya sea
porque la canalizan en nuevos préstamos o bien la vuelven a pases (porque hay
límites en la tenencia de Letras de Liquidez, Leliq). A propósito, el stock de
deuda remunerada, que el pasado 29 de abril había llegado a $2,07 billones
($0,784 billones en Pases y el resto en Leliq) hoy sigue en niveles de $1,7
billones.
De modo que la
elevada liquidez que ostenta el sistema financiero (más del 64%, según el
indicador del BCRA) parece tener una gran porción encapsulada dentro del BCRA,
deambulando entre los Pases, las Leliq y los encajes. Así un día la base
registra un salto, positivo o negativo, de cientos de miles de millones de
pesos, producto de los vaivenes de la posición de pases. Ante la pasividad
de los demandantes y de los bancos, el BCRA intenta ir desagotando esa liquidez
excedente hacia las nuevas líneas de crédito promocionadas, para pymes,
minipymes, etc. Pero de nuevo, es el huevo o la gallina, los que los bancos
quisieran que pidieran créditos no lo hacen, más en la actual situación macro,
y a los que lo piden no están convencidos de otorgárselos. De ahí las nuevas
líneas subsidiadas, que terminan siendo un balde en medio del océano.
Pero volviendo al
tema de la expansión monetaria registrada en estos días,el BCRA también fue
protagonista de la nueva emisión con el fin de asistir al Tesoro. Esta vez
fueron otros $110.000 millones en concepto de Transferencia de Utilidades (el
día 4). Hasta el momento, el BCRA ya le giró al Tesoro $312.000 millones como
Adelantos Transitorios y otros $420.000 millones como transferencia de
utilidades. O sea, ya totaliza $732.000 millones. Por lo tanto, la expansión
monetaria se había elevado a casi $600.000 millones el martes pasado. Pero el
miércoles los bancos retornaron más de $96.000 millones a pases y así la base
recortó el crecimiento a $490.000 millones. Vale señalar que las Leliq, hoy el
stock supera los $1,2 billones, brindan un rendimiento de 38% anual mientras
que los pases reciben una tasa del 15,2%. En lo que va del año el BCRA ya lleva
pagados $203.000 millones y aún faltan dos cuatrimestres más.
Es difícil pensar
que toda la liquidez excedente en Leliq y pases se canalice en el corto plazo
en créditos al sector privado. Más aún cuando hoy la incertidumbre reinante no
deja traslucir qué empresas y comercios sobrevivirán a la pandemia y la
cuarentena. Por ende a quién prestarle, se cuestionan los bancos. Además no
debe soslayarse que detrás de esas Leliq están los depósitos de personas y
empresas. De modo que toda iniciativa que vaya en línea con el desarme de esta
deuda remunerada del BCRA, como por ejemplo, transformarla en deuda del Tesoro,
involucra indirectamente los ahorros o posiciones de liquidez de personas y
empresas. El desarme de esto sigue siendo un desafío.
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