El Gobierno, dispuesto a adoptar la "mano dura" para frenar al
dólar tras el fracaso del canje
Por Claudio
Zlotnik - El Gobierno parece decidido a jugar a fondo si el mercado
cambiario se pone más tenso, en medio de las negociaciones por la deuda. La cotización del "blue" a $125 escoltado de
cerca por los "dólares alternativos" -el "contado con
liqui" y el MEP- volvió a encender las alarmas en los despachos
oficiales.
El
hecho de que la cotización del dólar -en todas sus versiones- volviera a dispararse ayer
lunes, aun cuando se diera una recuperación pronunciada de los bonos de la
deuda argentina, volvió a preocupar a los funcionarios.
La tensión provocó,
incluso, roces internos. El ministro Martín Guzmán y Miguel Pesce no
terminan de acordar una estrategia común para sosegar la histeria de los
inversores.
Son
miradas distintas: el ministro de Economía luce convencido de que el armado de
una curva de la deuda en
pesos le abrirá la posibilidad -más
adelante- de consumar un mercado sólido en moneda local.
Sin embargo, ese
objetivo, a todas luces interesante e incluso audaz para un país que convive
con una inflación del 50% anual, choca contra el interés del banquero central
de mantener lo más calmo posible el mercado de los "dólares alternativos".
La evidencia, hasta
el momento, indica que cada vez que la mesa de operaciones del BCRA interviene
con la compra de bonos en el mercado, termina dándoles
"salida" a inversores que ya no quieren esos papeles y van en busca
de dólares para remitirlos a una cuenta del exterior.
Muchas
veces, esas intervenciones de la autoridad monetaria desembocan en un efecto "no deseado": el salto del "contado con liqui". Tal
como sucedió en el comienzo de la semana.
"En un
contexto como el actual, con las expectativas totalmente pinchadas y la
incertidumbre, los inversores sólo piensan en desprenderse de los bonos,
agarrar los pesos e irse al dólar", cuenta un "trader" habituado a esta
operatoria.
La
otra vía: la lupa sobre tres sociedades de Bolsa
Desde el Banco
Central, Miguel Pesce impulsa la identificación de quienes intervienen en esos
mercados "alternativos". Busca identificar si esos operadores cumplen
con las últimas regulaciones de la autoridad monetaria.
El scanner pasará
por los tres principales jugadores del mercado: se trata de sociedades de Bolsa
que, juntas, atraen aproximadamente la mitad (o más) de las operaciones de
"contado con liqui" y "dólar bolsa".
El
trío apuntado es: Allaria
Ledesma, Cohen Sociedad de Bolsa y
el Grupo SBS. La Comisión Nacional
de Valores (CNV) ya viene buscando la información de quiénes son los inversores que, a través de esas compañías, operan con el
"contado con liqui" y el "MEP". Hasta el momento no tiene
los detalles, y la demora en obtener la información está provocando irritación
en oficinas gubernamentales.
La realidad es que
las operaciones para dolarizar inversiones a través del mercado
bursátil son totalmente legales. Pero ante la escapada de esas
cotizaciones, la semana pasada, el Central tomó medidas para restringir el
acceso de los inversores a este nicho. En el Gobierno, volvieron a ganar
espacio las teorías conspirativas.
"Se manejan
volúmenes muy bajos pero impulsan las cotizaciones. Estamos seguros que son
grupos que, además de sacar una diferencia en las cotizaciones, también
buscan presionar al Gobierno para una devaluación", asegura
un funcionario que suele caminar los pasillos de la Casa Rosada y también de la
Quinta de Olivos.
Ese
funcionario, de máxima confianza de Alberto Fernández, afirma -en diálogo
con iProfesional- que las cerealeras exportadoras y también algunos fondos de
inversión ligados a la negociación de
la deuda forman parte de esos grupos de presión.
Por ese motivo
buscan identificarlos. Una fuente de buena llegada al Presidente comentó
a iProfesional que hay dudas sobre la eficacia de la gestión de Adrián
Cosentino, número uno de la CNV, quien hasta ahora no ha podido conseguir la
información que sería útil para detener lo que en el propio Gobierno denominan
una "ola especuladora".
"Un Gobierno
no puede vivir condicionado por los bancos y por operadores de mercado",
reafirma otra de las fuentes oficiales consultadas..
Uno
de los referentes del equipo económico va más allá: asegura que si en los
próximos días las sociedades de Bolsa mantienen su postura y no brindan los
nombres de sus clientes (los que dolarizan sus carteras), entonces habrá un
pedido vía judicial.
El
foco en la facturación de exportaciones e importaciones
Esta ofensiva del
Gobierno y del Banco Central -a través de regulaciones- se completó con otras
dos movidas de última hora.
Una fue el
desplazamiento de Lisandro Cleri -quien hasta ahora venía encabezando
la Unidad para reestructurar la deuda- hacia el FGS (Fondo de Garantía de
Sustentabilidad) de la Anses.
Según pudo
saber iProfesional, ese cambio estuvo directamente relacionado con el fracaso que hasta aquí tuvieron las conversaciones con
los acreedores extranjeros.
Sin embargo, el
paso de Cleri al FGS fue interpretado en el "mercado" como la llegada
de un funcionario con conocimiento de ese organismo -había transitado por esa
dependencia durante la gestión de Diego Bossio en la Anses-, justo en
momentos en que el Gobierno necesita disciplinar al dólar alternativo.
La
otra pieza clave que movió el Gobierno en relación al mercado cambiario fue la
reactivación de los denominados "precios de referencia" sobre
el comercio exterior, tanto de las importaciones como de las exportaciones. Un
monitoreo que estará a cargo de la Aduana.
La iniciativa es
muy relevante en el actual contexto de tensión cambiaria. Así como mediante
la subfacturación de importaciones se alimenta la evasión en el pago
de impuestos, la sobrefacturación es un reconocido mecanismo para
acceder a la compra de dólares a precio oficial, por un monto que
excede el precio de compra.
Un funcionario al
tanto de estos mecanismos relata: "En momentos de controles cambiarios y
brecha cambiaria, las operaciones de sobrefacturación buscan poder acceder al
mercado de cambios para comprar más dólares de los necesarios para la
importación".
"Hoy, directamente,
no hay valores referenciales, ya que en noviembre de 2017, bajo la
administración anterior, la Resolución 4161 de la AFIP derogó definitivamente
la normativa que establecía las referencias", completa el funcionario.
En definitiva, el
Gobierno no oculta su alarma por la brecha cambiaria, que en el inicio de
la semana ya escaló al 79 por ciento. Una diferencia con el dólar "oficial" que, más temprano que tarde,
terminará por distorsionar a la economía real.
Con
semejante brecha, los productores
y las exportadoras de cereales retienen
en las silobolsas toda la
producción que pueden: la historia económica reciente les da argumentos, ya que
un proceso de este tipo siempre desemboca en una devaluación.
Por ahora, los
funcionarios no le encuentran la salida a la situación. Para peor, Brasil también
aceleró el paso devaluatorio: el dólar allí ya vale R$5,80.
¿Un arreglo
por la deuda descomprimiría la situación? Algunos miembros del gabinete
económico sostienen que, al menos, evitaría un mayor ensanchamiento de la
brecha. A esta altura, no se ilusionan con mucho más.
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