WASHINGTON.–
Dos días antes de que venza el plazo para aceptar el canje de deuda que propuso
la Argentina, el ministro de Economía, Martín Guzmán, dijo en una conferencia
virtual de la Universidad de Columbia que el Gobierno todavía intenta llegar a
un acuerdo con los acreedores que rechazaron esa propuesta y se mostró abierto
a recibir una contraoferta, aunque insistió en que debe haber “realismo” sobre
la capacidad de pago del país.
Guzmán
compartió un panel virtual en Zoom organizado por el Instituto de América
Latina de la universidad junto con los economistas Jeffrey Sachs y Martín
Uribe, presidido por Victoria Murillo, directora del instituto. Guzmán abrió el
panel con una presentación en la cual repasó los últimos años de crisis y
resumió las medidas tomadas para hacer frente a la pandemia del nuevo
coronavirus y la oferta por la deuda.
“Afortunadamente,
algunos de los acreedores respaldan la oferta y aceptarán. Con algunos otros
todavía estamos tratando de llegar a un acuerdo”, admitió el ministro.
Guzmán se
mostró abierto a estudiar una contraoferta. “Siempre existe la posibilidad de
aprender, hay información incompleta en estas negociaciones, y si escuchamos de
los acreedores que existe una combinación diferente de parámetros que satisface
mejor sus preferencias y sus intereses, y al mismo tiempo respeta las
restricciones de sustentabilidad de la deuda, por supuesto que estaríamos
dispuestos a llegar a un acuerdo basado en tal alternativa”, agregó.
Guzmán
insistió en que el objetivo primordial del canje es lograr la sustentabilidad
de la deuda, a la cual definió como “una política de Estado”, y remarcó que el
gobierno de Alberto Fernández tenía “respaldo total” de la Argentina.
El jefe del
Palacio de Hacienda recibióunguiñoyunarecomendación. Sachs dijo que los
intereses actuales de la deuda (7%) son “impagables” y que los acreedores del
país están en una posición “incorrecta”. Uribe hizo de “abogado del diablo”,
como él mismo indicó: dijo que la oferta del Gobierno era poco creíble porque
traslada la carga de los pagos al gobierno siguiente, y le recomendó a Guzmán
que “reescribiera” la propuesta de forma tal que la administración actual “comparta
el esfuerzo” con los que vengan después.
La
presentación de Guzmán en Columbia, la universidad que hasta fines del año
anterior fue su casa, se dio tras el duro rechazo de los principales acreedores
del país, para quienes la propuesta oficial es una oferta unilateral, fallida,
confiscatoria porque impone pérdidas muy altas, y construida sobre
negociaciones que no tuvieron buena fe.
Como
contracara, el Gobierno mostró el apoyo de un grupo de casi 160 economistas de
20 países liderados por dos premios Nobel, Joseph Stiglitz –mentor de Guzmán– y
Edmund Phelps, y entre los que figuran Carmen Reinhart, el francés Thomas
Piketty, el propio Sachs y Kenneth Rogoff, execonomista jefe del FMI. “En este
momento excepcional, la propuesta de la Argentina también brinda una
oportunidad para que la comunidad financiera internacional demuestre que puede
resolver una crisis de deuda soberana de manera ordenada, eficiente y
sostenible”, indicaron (ver aparte).
El vínculo
entre los acreedores de la Argentina y el Gobierno pareció deteriorarse en la
recta final hacia el cierre del canje, mañana. Anteayer, Economía difundió
detalles de las negociaciones que mantuvo con los grupos que integran los
principales fondos de inversión, incluidos detalles de una propuesta que presentó
BlackRock. Antes, los tres grupos de acreedores que se formaron para el canje
volvieron a hacer público su rechazo a la oferta.
Uno de
ellos, el Grupo de Bonistas del Canje, formado por unos 20 fondos de inversión
(entre ellos, Monarch, HBK Capital Management, Cyrus Capital Partners LP y VR
Capital Group), organizó además un webinar en el que acusó al Gobierno de
presentar una oferta unilateral, fallida y confiscatoria, y si bien reiteró que
quería llegar a un acuerdo, dejó la puerta abierta a litigar.
“Si la
Argentina fallara, muchas cosas tendrían que suceder antes de que los tenedores
de bonos pudieran demandar. Dicho esto, si alguna vez nos encontramos en la
desafortunada situación en la que la gente está contemplando un litigio, no
debería tener dificultades para encontrar un abogado que pueda ayudarlo”, dijo
Dennis Hranitzky, abogado del estudio Quinn Emanuel & Sullivan, quien
trabajó para el estudio Dechert, representante del NML de Elliot Management,
que lideró el juicio de los llamados “fondos buitre”.
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