Economistas
heterodoxos de todo el mundo solicitaron a los acreedores de
Argentina que actúen "de buena fe" y acepten la propuesta de canje
de deuda al
considerarla "una resolución responsable" que "sentará un
precedente positivo" no solo para el país "sino para el sistema
financiero internacional en su conjunto".
El
texto lleva la firma de reconocidos economistas y académicos como Joseph Stiglitz; Edmund Phelps, Carmen
Reinhart; Jeffrey Sachs, Dani Rodrik, Thomas Piketty, Mariana Mazzucato,
Kenneth Rogoff, Brad Setser y Ricardo Hausmann, entre otras 130
personalidades.
En
una carta a los acreedores, sostienen que la pandemia de Covid-19 ha empujado a
la humanidad hacia la peor recesión mundial en los tiempos modernos y la
presión sobre las finanzas públicas se ha vuelto enorme, particularmente en los
países en desarrollo que ya estaban muy endeudados.
El
Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y las Naciones Unidas han
lanzado varias iniciativas para aliviar la carga de la deuda pública en esta
situación extraordinaria.
Como
primer paso, los países del G20 acordaron otorgar una moratoria sobre la deuda
bilateral oficial de las 76 economías más pobres del mundo.
Y
señalan que este momento plantea la prueba definitiva de la arquitectura
financiera internacional: "sostenibilidad" es un término
que ahora es omnipresente en las finanzas e inversiones mundiales, y por una
buena razón.
Los
principios que incorpora, como en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la
ONU, hablan de construir un mundo mejor; y esos principios son
profundamente relevantes cuando se trata de la deuda soberana de los países en
desarrollo con dificultades, dicen los economistas.
En el
contexto de esta emergencia global, Argentina encabeza su proceso de
reestructuración de la deuda pública "de manera constructiva, de
buena fe y con el apoyo de todos los sectores políticos nacionales".
Señala
que desde 2016, cuando el país recuperó el acceso a los mercados internacionales,
los acreedores externos hicieron una apuesta al adquirir deuda con cupones
altos, pero compatibles solo con tasas de crecimiento extremadamente sólidas
que no se materializaron. Y que en febrero, antes de que la crisis de Covid-19
se agudizara, el FMI concluyó que la deuda pública de Argentina es
"insostenible". Existe consenso en que la deuda es inasequible, y los
pagos de intereses se han duplicado como parte de los ingresos del gobierno.
"Para
ser franco, el costo de la refinanciación se ha vuelto excesivamente
alto", dice el texto y agrega que una renegociación requiere el compromiso
de todas las partes.
"Argentina
ha presentado a sus acreedores privados una oferta responsable que refleja
adecuadamente la capacidad de pago del país: un período de gracia de tres años
con un corte menor en el capital y un corte significativo en los
intereses", indica.
A veces los argentinos terminamos creyéndonos el
argumento de que somos locos o irresponsables: ¿qué pasa cuando 130 economistas
muy prestigiosos de todo el mundo, varios de ellos premios Nobel, apoyan la
propuesta argentina para
La
ONU ahora considera el impacto del shock en el país como uno de los peores en
su región, con el FMI proyectando una contracción del 5,7% en el PIB en 2020.
Por ello, estas personalidades pidieron a los acreedores que reduzcan el flujo
de ingresos, pero recibirían tasas de interés razonables en el futuro.
"Argentina
ha ratificado su disposición a pagar la deuda reestructurada, precisamente
porque será factible con la nueva tasa de interés propuesta. Solo una economía
que crece de manera sostenible puede cumplir con sus compromisos financieros
con el tiempo", añade la carta.
Y
asegura que la diferencia de trato entre capital e intereses está diseñada
precisamente para aliviar la carga del servicio de la deuda, mientras que el
país lucha contra Covid-19 y trabaja para restaurar el crecimiento.
De
hecho, la reducción del cupón de bonos promedio ofrecido por Argentina (del
promedio actual del 7% al 2,3%) es razonable, dado el entorno actual de tasas
de interés globales.
"En
este momento excepcional, la propuesta de Argentina también presenta una
oportunidad para que la comunidad financiera internacional demuestre que puede
resolver una crisis de deuda soberana de manera ordenada, eficiente y
sostenible", sostienen los economistas y académicos.
Y
entienden que la ausencia de un marco legal internacional para la
reestructuración de la deuda soberana no debería privar a los países endeudados
de la posibilidad de proteger a su pueblo y proporcionar una recuperación
económica durante la mayor crisis global en nuestra memoria.
"Creemos
que un acuerdo sostenible beneficia a ambas partes: una economía en
dificultades con 45 millones de personas y los propios acreedores. Ahora es el
momento para que los acreedores privados actúen de buena fe. Una resolución
responsable sentará un precedente positivo, no solo para Argentina, sino para
el sistema financiero internacional en su conjunto", dice.
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