En un tira y afloje
que debería entrar en la recta final, pero que por momentos da muestras de que
se va a estirar, los bonistas con papeles ley extranjera y el ministro de
Economía Martín Guzmán vivieron ayer otra rueda de mesa de póquer, que no
mostró grandes avances, pero que ofreció alguna luz.
Se sabe, este
viernes 8 es la fecha final que Guzmán le puso a los bonistas para que acepten
los 10 bonos (5 en dólares y 5 en euros) para rescatar 27 papeles que Argentina
considera que por plazos y tasas de interés son totalmente impagables.
Y la semana se
inició con una dura posición de los acreedores. Sobre el documento entregado
por Argentina ante la Security Exchange Commission, los bonistas se pusieron a
leer la letra chica de lo presentado por Guzmán, y llegaron a una dura
conclusión: los nuevos bonos no ofrecen ninguna garantía y presentan una quita
mucha más grande que la presentada ante la sociedad.
En números
concretos, los acreedores afirmaron que en el planteo inicial el FMI se dijo
que la quita de la deuda con esta reestructuración iba a ser de entre US$
50.000 y US$ 85.000 millones, pero con la letra chica y las cláusulas de
protección escritas en los nuevos bonos, llegaron a la conclusión de que la
quita busca recortar entre US$ 85.000 y US$ 114.000 millones.
Además, eludiendo
este tipo de presentaciones que se hace ante cada reestructuración, los
bonistas detallaron que Argentina tampoco presentó un plan que muestre que la
economía será, desde ahora, más sustentable. O sea, no se pagará nada por tres
años, se abonarán intereses bajos después. Y no hay nada que garantice que el
país vaya a una posición de superávit fiscal, que posibilite pagar alguna vez.
En conclusión, los
bonistas llegaron a la conclusión que los nuevos bonos ofrecen a los acreedores
menor protección que lo escrito en los bonos actuales. Y, frente a eso, desde
Buenos Aires, el Gobierno reiteró que no puede pagar más y que el viernes
cierra la propuesta, pero hubo una novedad de Guzmán: “Si no aceptan esto,
hagan una contraoferta, estamos dispuestos a escuchar una réplica”.
Esta pulseada, por
una pequeña parte de lo que debe Argentina (ya que los bonos ley extranjera son
una quinta parte de la deuda total), se desarrolló con otro día muy intenso en
el mercado local, con el Banco Central y la Comisión Nacional de Valores
ajustando más las clavijas del cepo cambiario, poniendo todo tipo de trabas
para que se termine la compra del dólar turista, y que el BCRA deje de perder
reservas ( redujo sus tenencias en casi US$ 2.000 millones en los últimos dos
meses).
En la city, por
supuesto, amantes de la libertad económica, de quejaron de que las autoridades
buscan ajustar más el cepo cambiario pidiendo listas de nombres de personas y
empresas, para impedir operar con libertad en lo que cada inversor quiere.
Detrás de eso, los
resultados efectivos en los números del mercado fueron en general negativos,
aunque no tanto como se esperaba. Los dólares vigilados, MEP y CCL, bajaron,
pero el blue volvió a subir. Mientras que los bonos argentinos volvieron a
perder precio, el riesgo país volvió a subir. Y las acciones retrocedieron en
Buenos Aires, pero de manera sorprendente subieron en Nueva York.
Por supuesto,
detrás de esos números financieros, la actividad económica sigue muerta por el
Covid-19 y la cuarentena. Entre los mil números que se conocieron ayer el Iaraf
dijo que en abril la recaudación de IVA cayó 27% real y la de Ganancias 31%. Y
los concesionarios que venden motos anunciaron que el patentamientos se
desplomaron 85% en abril y que se llegó al peor primer cuatrimestre en décadas.
Con todo eso de
fondo, el mercado cambiario mostró al blue firme, y al resto trabado. El dólar
turista no tuvo cambios, siguió en $89,91, casi sin operar. El dólar oficial no
cambió y siguió a $69,16, el dólar blue saltó $2 y volvió a $120. El dólar
mayorista subió 9 centavos, hasta $66,93. Con una suba de US$ 6 millones en las
reservas del BCRA al que le quedan US$ 43.575 millones. El dólar MEP bajó $2,12
hasta $110,19. El contado con liquidación bajó $2,09, hasta $112,56. Y la
brecha entre el dólar oficial y el blue subió al 73,5% y la brecha entre el CCL
y el mayorista bajó al 68,1%. Y, particularmente, medidos en pesos, el real
oficial bajó 10 centavos hasta 12,07, el euro oficial bajó 23 centavos hasta
72,91 y la libra oficial cayó 93 centavos hasta 83,20. Y detrás de este freno
en los tipos de cambio oficiales llegó otro número que asusta: con el cepo, y
el dólar oficial atrasado, el comercio entre Argentina y Brasil tuvo en abril
su peor caída desde 2009.
Por supuesto, todo
esto se da con un mundo que sigue en ebullición, con economías que van abriendo
sus cuarentenas y con el dólar como casi única moneda con respaldo, porque la
Reserva Federal tiene el 5,2% del oro que hay en el mundo. Así, en el exterior,
el dólar subió 1,1% contra la libra, 1% contra el real y 0,4% contra el euro y
el chileno, pero bajó 0,3% contra el yen y el mexicano.
En los bancos, la
gente estuvo desde temprano intentando entrar a los homebanking, que estuvieron
colapsados. La movida era sencilla: los bancos siguieron pagando 26,6% anual
por los plazos fijos, los inversores quieren huir de esa posición. El BCRA dice
que se duplicó el crecimiento de plazos fijos UVA precancelables, pero el flujo
del movimiento es tratar de salir del peso de alguna manera.
Mientras tanto, con
economías en problemas en todos lados, hubo una baja para los bonos de Francia,
Portugal y España, con suba para los de Nueva Zelanda. Y, mientras Guzmán
quiere canjear los bonos en dólares ley nacional por bonos en pesos, los
títulos públicos locales tampoco tuvieron un buen día.
El 80% de lo
operado en bonos se transó en siete papeles: AY24 19%, AY24X 18%, TX22X 13%,
TX21X 11%, TC21X 10%, TX21 5% y AF20 4%. Así, con un volumen operado cada vez
más alto, hubo una nueva caída para los títulos públicos argentinos. En los
extremos se vieron saltos del 14% al 24% para los bonos TX22Z, TX21Z y DICPD,
con subas del 3% al 8% para los bonos TX22X, PARAD, TC25P, AF20D y AF20. Y un
desplome del 4% al 15% para los bonos TX21Y, DICYC, A2E7C, PARY, A2E8D, A2E7,
DICY, AA37, PAY0D y A2E2.
En las bolsas
mundiales el clima es bajista, sobre todo en las europeas. El único mercado que
tiene sostén, por ahora, es Wall Street, sostenido por la Fed, por lo que los
índices de la Bolsa de Nueva York tuvieron una suba del 0,1 al 1,2%. Pero hubo
bajas del 2% en la Bolsa de San Pablo y del 0,3% en la de México.
En la Bolsa porteña
había bajas de más del 3,5%, pero cuando se vio que Guzmán pedía una
contraoferta, los precios recuperaron, aunque terminaron en negativo. Con $734
millones operados, la Bolsa de Buenos Aires bajó 1,1%. El 80% de lo operado en
acciones se transó en siete papeles: Grupo Valores 46%, Morixe 12%, Mirgor 10%,
Cablevision 3%, Carboclor 3%, Semino 3% y Boldt 2%. En los extremos hubo suba
del 17% para Patagonia y alzas del 3% al 7,4% para Transener, Costanera,
Esmeralda, Richmond, Santander Río, Juramento y Francés. Y bajas del 3,5% al
6,8% para Loma Negra, Morixe, Boldt, Celulosa, Grimoldi, Central Puerto, TGS y
Banco Hipotecario.
Y la flexibilidad
que mostró Guzmán hizo que los ADR argentinos que operan en Nueva York
terminaran en positivo, con subas de entre el 1% y el 6,5% para Galicia, Macro,
Pampa E, YPF, Cresud, Ternium, Tenaris, IRSA I, IRSA P, TGS, Globant y Edenor.
Por último, el
panel de commodities siguió mostrando una economía global desquiciada. Con un
nuevo repunte, del 10,7%, el petróleo WRI volvió a los US$ 21,16. Los metales
preciosos estuvieron mixtos: el oro subió 1,1%, pero la onza de plata bajó
1,1%. Los metales básicos actuaron en descenso: el aluminio cedió 0,7%, el
cobre bajó 1% y el níquel cayó 2,7%. En Chicago el trigo subió 0,5%, el maíz
bajó 0,5% y la soja cayó 1,6%. En Rosario: baja del 3,4% para el maíz, merma
del 1,9% para el trigo y descenso del 1% para la soja. Y hubo una nueva suba
del 1,2% para el bitcoin, con iota y ripple firmes, pero el resto en baja.
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