Por Jorge Herrera - Si bien son tenues señales
en medio de la penumbra que proyecta la crisis de la pandemia global, no deja
de ser un dato alentador el hecho de que, según el Institute of International
Finance (IIF), el mes pasado hayan vuelto los capitales internacionales a
los mercados emergentes. Así lo señalan en
su último reporte de monitoreo de flujos de capitales internacionales los
economistas Jonathan Fortun y Benjamin Hilgenstock del IIF, quienes estiman que
los mercados
emergentes atrajeron alrededor de u$s17.100 millones en abril
pasado.
El dato parecería
una gota en un océano, pero teniendo en cuenta que en marzo pasado se registró,
de acuerdo con el relevamiento del IIF, una masiva salida récord de capitales
de no residentes del orden de los u$s83.200 millones, es sin duda una señal
auspiciosa. “La recuperación está respaldada principalmente por los flujos de
deuda y los flujos de capital de China”, explican los economistas del IIF. Y si
bien destacan que el impacto del Covid-19 se notó por primera vez en enero y se
concentró en China, recuerdan que en marzo hubo una expansión más amplia de la
pandemia que sacudió los mercados creando un shock (“sudden stop” o freno
inesperado del ingreso de capitales) para los emergentes. “Durante abril,
la naturaleza en cascada de la pandemia dejó a algunos mercados emergentes
deprimidos, mientras que otros se estabilizaron. Por lo tanto, vemos una clara
distinción entre los flujos de capital y deuda para este mes”, dicen los
hombres del IIF.
En particular,
señalan que los flujos de deuda aumentaron, alcanzando los u$s15.100 millones.
Mientras que por el lado de las acciones, la tendencia negativa que se observó
el mes anterior continuó. “Las salidas de las acciones de mercados
emergentes sin incluir a China ascendieron a u$s6.300 millones, mientras que
los flujos hacia las acciones de China se recuperaron parcialmente, registrando
una entrada neta de u$s8.200 millones, destacándose así la divergencia entre
China y el resto del complejo de mercados emergentes”.
A nivel regional,
el aumento en los flujos de deuda se distribuyó entre países emergentes de
Asia, que experimentaron una entrada de u$s7.300 millones, seguido de u$s3.000
millones en América Latina.
Sin embargo, los
economistas del IIF dan cuenta de que no todos son iguales y que la mejora para
algunos puede ser transitoria o bien no llegar ni en el mediano plazo. “A pesar
de la mejora de los flujos, creemos que la situación no está bien clara todavía
en todos los mercados emergentes, ya que la combinación de la persistente
incertidumbre en torno al Covid-19 y el espacio limitado de políticas es un
desafío para algunos”, advierten. Cabe recordar que Argentina lidera
lamentablemente este ranking de los más vulnerables, según informes del IIF y de
otras consultoras y entidades internacionales.
La huida masiva de
marzo (u$s52.300 M en acciones y u$s31.000 M en bonos) fue diferente a la de
enero y principios de febrero, cuando la mayoría de las salidas estaban
contenidas en Asia.
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