Tal como anticipó
hoy Ámbito, los tres principales grupos de bonistas que concentran
cerca del 50% de las tenencias de los bonos que el Gobierno
pretende reestructurar rechazaron la oferta por la deuda, según informaron en
forma conjunta en un comunicado.
Las tres
agrupaciones se formaron alrededor de asesores legales para conducir las
charlas con el Gobierno argentino a principios de este año. Hasta ahora, cada
uno de esos grupos actuaba en forma independiente, dado que concentraban
distintas necesidades y fondos con estrategias diferentes.
Son día clave para
el Gobierno por la reestructuración de la deuda. En 4 días vence el plazo
fijado por el ministro de Economía Martín Guzmán para que los tenedores de
bonos soberanos de la Argentina decidan si aceptan la oferta.
De hecho, hoy
mismo Guzmán
publicó en el Finantial Times una columna en la que expresó: "No estamos
pidiendo a nuestros acreedores que pierdan, sino que ganen menos".
Con el rechazo de
este conjunto de bonistas, ahora se descuenta que la adhesión será muy baja.
Por lo tanto, si la participación en el canje es baja, el Gobierno tendrá la
pelota en sus manos. De modo que tiene 24 a 48 horas antes del cierre como para
reaccionar. O bien, esperar y aprovechar el período hasta el próximo 22, cuando
vencen los 30 días, luego de no haber pagado el vencimiento de los u$s500
millones de los Globales.
No deja de ser
relevante que los bonistas y sus asesores concuerdan en que hay espacio para
mejorar la oferta sin que ello signifique una derrota oficial. Ellos consideran
factible aumentar unos dólares (los cálculos van desde 5 a 8 dólares) sin que
ello implique modificar sustancialmente el espíritu y flujos de caja en los
próximos años. Pero en ese caso la pregunta es, cuánta flexibilidad tiene el
Gobierno a la hora de negociar. Es decir, los límites económicos reales podrían
ser respetados con las alternativas de mejora que barajan los acreedores, pero
los limitantes políticos, son los que generan dudas.
Por tal motivo, y
dado cómo está la mesa del juego, es que se ve como la opción más factible,
ante el fracaso de la operación, que el Gobierno en vez de un default proponga
una votación de “standstill” por un período de 9 meses a un año utilizando
algún mecanismo de ingeniería financiera (pago de intereses o colaterales,
etc.), lo que significa en buen romance “parar la pelota y patearla para
adelante”. El Gobierno pediría espacio y condiciones, y mientras tanto obtiene
espacio fiscal para atender la pandemia, y sigue negociando. O sea, una
negociación más razonable, a los ojos de los bonistas, lo cual hoy no parece
estar en la agenda oficial.
Cabe señalar que la
opción “standstill” ya fue puesta en la mesa de negociación, antes de lanzar la
oferta. Pero según testigos de esos encuentros los representantes argentinos la
rechazaron porque dijeron que quería terminar con este tema lo antes posible.
Entonces, hay que entender que los acreedores, que explícitamente reconocieron,
en las pocas conversaciones que tuvieron previo a la oferta, que era una locura
negociar en el actual contexto y condiciones y que no tenía sentido para
ninguna de las partes, lo mejor era un “standstill” por algunos meses hasta que
disminuyera la incertidumbre. Ahora bien, para algunos expertos locales esta
opción ya pasó, se perdió.
El comunicado de
los bonistas:
El Grupo Ad Hoc de
Tenedores de Bonos, el Comité de Acreedores de Argentina y el Grupo Ad Hoc de
Tenedores de Bonos de Cambio de Argentina representan colectivamente un amplio
y diverso espectro de tenedores de bonos soberanos de Argentina. Cada grupo ya
ha rechazado públicamente los términos comerciales propuestos por Argentina
para la reestructuración de su deuda externa.
Cada uno de los
tres grupos de tenedores de bonos y las instituciones que representan, junto
con varios otros inversores, desean reiterar y dejar en claro que no pueden
respaldar la oferta de intercambio recientemente anunciada por la República, y
no entregarán sus bonos en dicha oferta, porque, entre otras razones, los
términos requieren que los tenedores de bonos argentinos sufran pérdidas
desproporcionadas que no son justificadas ni necesarias.
Sin embargo, cada
uno de los tres grupos de tenedores de bonos está preparados para discutir constructivamente
con Argentina cuando su gobierno esté listo para hacerlo, con el objetivo común
de encontrar una solución viable a los desafíos financieros actuales de la
República.
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