Por Carlos
Burgueño - El “póker de mentirosos” marcha 40% contra 40%. Así está
hoy la foto entre los tenedores de deuda argentina con
legislación internacional que aceptarían la propuesta oficial de
reestructuración; y los que la rechazarían. El tiempo para dar, o no, el aval,
vence el viernes; según los estrictos pero potencialmente flexibles tiempos
autoimpuestos por Martín Guzmán. Si ese escore 40/40 se cumpliera, la propuesta
sería rechazada por no llegar al 75% de aval imprescindible para que pueda ser
aprobada. Sin embargo, cuanto más se acerquen los votos positivos a ese
porcentaje; más poder de maniobra tendrá el Gobierno para presionar sobre el
resto de los bonistas para
que tomen o dejen la idea oficial. Pero siempre, después del viernes. Según
fuentes oficiales, entre las tenencias de títulos públicos a renegociar en
poder de organismos del Estado (especialmente la ANSES y bancos públicos) y
algunos bonistas locales que le habrían prometido al ministro de Economía
Martín Guzmán; estaría garantizado el 40% de piso para el aval de la propuesta
oficial.
Desde el otro bando
en pugna, dos grupos de fondos de inversión y tenedores de deuda
institucionales; ya estarían en contacto cruzado y llamando a otros bonistas
para rechazar públicamente la propuesta. Afirman los dos grupos organizados,
que entre los dos superan el 40% de los bonistas, y llegarían al 45%. Entre
otros militan en este ATE Fidelity, BlackRock, Ashmore, Monarch, HBK Capital
Management, Cyrus Capital Partners LP and VR Capital Group Ltd. La esperanza oficial es que otros tenedores
de deuda que se ubicarían en el 20% restante, y que hasta ahora no hicieron
pública su posición de aceptación o rechazo formal (entre ellos el Pimco y el
Templeton), tomen la invitación de Martín Guzmán y hagan que el apoyo se
acerque al 60%. Si bien no sería un porcentaje aceptable, le permitiría al
ministerio de Economía pensar hacia el viernes en una extensión del plazo y una
eventual profundización de la estrategia negociadora. Si, por el contrario, el
mosaico al fin de semana resulta de un rechazo total de la mayoría de los
tenedores de deuda extranjeros; la posición de Guzmán sería difícil, salvo que
decida una mejora en la oferta. En ese caso la decisión excede al ministerio de
Economía, y pasará a ser responsabilidad de Alberto Fernández.
Hasta el viernes,
la estrategia de Guzmán fue la de presentar la oferta caso por caso, fondo por
fondo; intentando destruir la maniobra de los bonistas activos por el rechazo
de mostrar un bloque unido para hacer fracasar la propuesta del gobierno, y, en
consecuencia, presionar para una mejora. En Economía se cree que muchos de
estos esperarán hasta el final del tiempo reglamentario, para luego decidir
ingresar ante la aceptación que no habrá nada mejor por conseguir en cuanto a
lo que propone el país. Los tiempos del partido varían según el criterio con
que se analice la palabra oficial. La propuesta que se presentó lace dos
semanas ante la Security and Exchange Commission (SEC) menciona como la fecha
tope el 8 de mayo. Siguiendo esta línea editorial, el lunes 11 se conocería
oficialmente el porcentaje de aceptación (o rechazo) y se anunciaría así si
finalmente hay o no acuerdo con los bonistas. Para el 12 la historia
estaría terminada. Sin embargo, la propia presentación incluye la alternativa
de una prorroga, sin tiempos restrictivos. Sólo a petición oficial del
gobierno, a extensión se haría realidad. Ciertamente los tiempos para llegar o
no al default son otros. Para los privados, la verdadera fecha de cierre es la
del 22 de mayo, cuando termine de correr el tiempo de gracia que la ley le
permite a la Argentina para no pagar el Global 21, 26 y 46 por unos u$s503
millones sin entrar en default. Pero los mismos privados advierten una posible
situación que cambiaría el panorama: ¿qué sucedería si Guzmán paga el bono
antes del 22? El cronómetro, mágicamente, se extendería casi un mes más.
Por ahora los
bonistas son reacios a esperar y se organizan para que el llamado del viernes
termine con una aceptación lo más lejana posible al 75% y la posición de Guzmán
quede debilitada. Por lo que se sabe, los tenedores de desuda están agrupados
en dos bloques. El primero dice representar a más del 25% de los tenedores de
deuda y están encabezados por el poderoso BlackRock, quién sumó a su causa al
Fidelity, el mismo fondos que ya arruinó una propuesta de reestructuración de
Axel Kicillof en los tiempos anteriores a la pandemia.
En una comunicación
que ya tiene una semana, este sector aseguraba que “lamentablemente, a pesar de
los esfuerzos del Grupo y otras partes interesadas, las propuestas contenidas
en el comunicado de prensa recientemente publicado no son propuestas que el
Grupo pueda o vaya a apoyar”. Afirmaba también que “el Grupo considera que
todas las partes interesadas en la Argentina deberán contribuir a una solución
que ponga al país en el camino hacia el crecimiento sostenible y la estabilidad
financiera. Este fin de semana, apareció otra unión de tenedores de deuda
autodenominados “Grupo de Titulares de Bonos de Canje de Argentina”, que llamó
para hoy a las 14 horas de Buenos Aires “a un webcast para explicar a los
tenedores de bonos asuntos clave relacionados con la oferta de canje”.
El llamado incluye
a “inversores que estén considerando participar en la oferta de canje
recientemente anunciada por Argentina” con el objetivo de “garantizar que los
tenedores de bonos conozcan los hechos relevantes antes de decidir si
participan o no en la oferta de canje”. Por cuestiones legales se aclara
también que “los tenedores de bonos que ya han dado su consentimiento a la oferta,
pueden encontrar informativo el webcast para decidir si retirar o no sus
consentimientos antes de que la oferta finalice el 8 de mayo”. Este grupo
incluye a los fondos Monarch, HBK Capital Management, Cyrus Capital Partners LP
and VR Capital Group Ltd, y aseguran detentar al 15% del total de bonistas. Si
se sumaran los dos grupos, se superaría el 45% y la oferta de Guzmán sería
rechazada.
El panorama para el
Gobierno es complejo. Y dependerá de la capacidad de convencimiento vía road
show virtual y teleconferencia que pueda desarrollar Guzmán; quien, hasta aquí,
es el único autorizado por Alberto Fernández para defender su propuesta.
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