El
ministro de Economía, Martín Guzmán ,
reiteró hoy que la Argentina no
mejorará la propuesta a los acreedores
extranjeros por el canje de
la deuda.
"No
estamos pidiendo a nuestros acreedores que pierdan, sino que ganen menos.
Forzar una mayor austeridad para pagar más no solo sería económicamente
desastroso ,
sino también inaceptable política y moralmente y, en última instancia,
insostenible", indicó.
En una
columna que publicó en el diario británico Financial
Times , Guzmán advirtió que "las demandas
insostenibles solo pueden generar resultados insostenibles" y
señaló que la resolución de la crisis de la deuda en el marco de la pandemia
"requiere sentido común, colaboración e ideas frescas en interés tanto de
los acreedores internacionales como de la Argentina".
Según
el ministro, "a los acreedores les conviene evitar los patrones
destructivos del pasado de promesas imposibles y crisis repetidas". "Se acabó el tiempo de las ilusiones. En el nuevo mundo de
Covid-19, no podemos seguir gastando el 20% de los ingresos del gobierno o más
en pagos de deuda, como algunos acreedores han preguntado efectivamente. Es
simplemente imposible", remarcó.
El
funcionario sostuvo que "incluso antes de que el
Covid-19 golpeara, la trayectoria de la deuda del país estaba fuera de
control". Y remarcó que el coronavirus "ha
devastado las exportaciones y los ingresos fiscales".
"Como
en cualquier otro lugar, la enfermedad ha obligado a la adopción de medidas de
emergencia destinadas a mantener un sustento mínimo para los desempleados y
evitar un colapso económico total", agregó el titular del Palacio de
Hacienda.
La
oferta del Gobierno implica una
reducción en la carga de intereses de 62% (US$37.900 millones),
un alivio en el stock de capital (5,4%, o sea, US$3600 millones) y un período
de gracia de tres años. Eso significa que el presidente Alberto Fernández
propone no pagar hasta 2023. Ese año el país empezaría a abonar un cupón
promedio -una tasa de interés- de 0,5%. Las tasas irían luego creciendo a
niveles "sostenibles". El cupón promedio rondaría el 2,33%.
Guzmán
recordó que la Argentina sufrió "una larga historia de auges, caídas y
reformas económicas fallidas". "Ha incumplido su deuda
ocho veces, sufrió hiperinflación dos veces y atravesó múltiples crisis de
balanza de pagos, así como 20 programas económicos respaldados por el FMI en 60
años", apuntó.
"Esa
historia proporciona el principio rector con el que hemos construido el proceso
de reestructuración de la deuda: proponer, de buena fe, un rediseño de nuestros
compromisos de deuda para crear sostenibilidad económica a largo plazo, para
que Argentina pueda cumplir y cumpla las promesas hechas a sus
acreedores", continuó.
Luego,
lanzó una advertencia: "Estos son tiempos muy difíciles para
los tenedores de bonos, y la Argentina es un anticipo de lo que vendrá para los
países deudores en dificultades en todo el mundo". "Pero los
tenedores de bonos tienen una opción: reconocer los desafíos históricos y
buscar nuevas formas de avanzar, o insistir obstinadamente en términos de
reembolso miopes que parecen proporcionar retornos rápidos pero solo degradan a
los países deudores y socavan su capacidad de reembolso", subrayó.
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