Por Pablo Wende - La decisión
de la Comisión Nacional de Valores (CNV) que obliga a la industria de fondos
comunes a vender el 75% de sus tenencias en activos dolarizados generó un
verdadero descalabro en el sector. La medida involucra alrededor de USD
1.000 millones que las distintas administradoras tienen en cartera, incluyendo
títulos públicos, bonos provinciales y Obligaciones Negociables emitidas por
las empresas. La mayoría de los jugadores del sector decidió suspender el
rescate de cuotapartes de los fondos dolarizados. El objetivo fue preservar a
los inversores de grandes pérdidas que hubieran tenido que asumir si se avanza
con la desinversión de estas posiciones.
La resolución 836
que emitió la CNV busca acelerar la venta de bonos dolarizados y así impulsar
una reducción del dólar financiero, ya sea su versión “MEP” y también “contado
con liquidación”. La medida provocó al menos en el corto plazo el efecto
esperado y ayer estas cotizaciones cayeron alrededor del 8%, por debajo de los
$108.
La medida cayó como
una verdadera “bomba” en la industria de fondos. Y obligó a la decisión
drástica e indeseada de suspender los rescates. “Tal como fue redactada, la
medida nos obliga a vender en los próximos días desde títulos provinciales a
deuda corporativa y hasta pagarés emitidos por las pymes. Todo asumiendo
enormes pérdidas, porque además es un momento pésimo del mercado”, explicó ayer
a Infobae uno de los principales administradores de cartera. Los
fondos comunes tienen tiempo -al menos según lo resuelto- hasta el 15 de mayo
para adecuarse.
En esta situación
se encuentran prácticamente todos los fondos comunes que invierten en renta
fija en dólares. Se trata de uno de los productos más populares, tanto para
pequeños y medianos ahorristas como para inversores como para inversores
institucionales como compañías de seguros. Éstas últimas se verían
especialmente afectadas, con grandes pérdidas de capital si se avanza en esta
dirección.
Desde la CNV, a
cargo de Adrián Cosentino, defendieron el espíritu de la normativa. “Queremos
tener un mercado de capitales dinámico y valoramos a la industria de fondos
comunes. Pero queremos que haya espacio para volcar financiamiento genuino y no
que algunos productos escondan otro tipo de operaciones”, en referencia a la
posibilidad de comprar dólares a través del mercado de “contado con
liquidación”.
Sin embargo, en
el organismo dejaron trascender que estarán discutiendo con las administradoras
los inconvenientes que puede haber en la transición. Básicamente se afectaría a
una gran cantidad de empresas que en los últimos dos o tres años se financió en
el mercado local a través de la emisión de títulos públicos en dólares. Pero
también perderían las provincias que han utilizado la deuda en dólares para
financiar sus agujeros fiscales.
¿Por dónde podrían
pasar las modificaciones? En principio la lógica indica que a partir de un
determinado momento quienes suscriban una cuotaparte en pesos sólo puedan
comprar instrumentos en la misma moneda. La esperanza oficial es impulsar la
“desdolarización” de las inversiones. El Tesoro, de hecho, empezará a colocar
deuda bajo ley local, especialmente a los bancos pero también a todos aquellos
que tengan resto para invertir en pesos. El problema que de todas formas
presenta el mercado en moneda local es que la tasa de interés se ubica
ampliamente por debajo de la inflación, es decir que se pagan tasas de interés
reales muy negativas, desalentando el ahorro doméstico. Los fondos comunes
sólo podrían invertir en dólares si el inversor aporta divisas, pero ya no
hacerlo más partiendo de pesos.
Todavía sigue sin
resolverse qué sucederá con los bonos en dólares que deberían malvender los
fondos comunes si no hay un cambio en la reglamentación. El mercado espera
que haya más tiempo para la adecuación a la norma, pero además que no se
obligue de manera intempestiva a la venta de estos activos, lo que generaría
una caída mayor de las cotizaciones, pero además grandes pérdidas para los
inversores.
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