Por Juan
Manuel Barca - El Gobierno dispuso un mecanismo express para autorizar las
suspensiones con rebajas salariales del 25% en el personal sin tareas. A través
de la resolución 397 que será publicada en las próximas horas, el Ministerio de
Trabajo encabezado por Claudio Moroni habilitó un trámite abreviado en función
del acuerdo alcanzado el martes por la UIA y CGT para licenciar personal sin
tareas con el pago del 75% del salario neto por abril y mayo.
"Las
presentaciones que, en conjunto, efectúen las entidades sindicales con
personería gremial y las empresas, para la aplicación de suspensiones conforme
al artículo 223 bis de la Ley N° 20.744 (t.o. 1976) y sus modificatorias, que se
ajusten íntegramente al acuerdo adjunto a la presente Resolución y acompañen el
listado de personal afectado, serán homologadas, previo control de legalidad de
esta Autoridad de Aplicación. Igual criterio se seguirá en aquellos casos en
que el acuerdo sea más beneficioso para los trabajadores", reza la
normativa en su primer artículo.
Así, se busca
agilizar los convenios de crisis que se habían demorado por diferencias con los
sindicatos, pero también darle "legalidad" a un esquema que en las
últimas horas despertó algunos cuestionamientos en diferentes ámbitos.
Los cambios
establecen además un procedimiento especial para las empresas que implementen
medidas similares. En ese caso, las presentaciones "serán remitidas
en vista a la entidad sindical con personería gremial correspondiente por el
plazo de 3 días, pudiendo ser prorrogado por 2 días adicionales a solicitud de
la representación gremial".
"Vencido el
plazo indicado, el silencio de la entidad sindical la tendrá por conforme
respecto del acuerdo sugerido por la representación empleadora. La oposición de
la entidad sindical a los términos del acuerdo sugerido por la representación
empleadora, vigentes los plazos indicados en el primer párrafo del presente
artículo, importará para las partes la apertura de una instancia de diálogo y negociación",
indica la resolución.
Los acuerdos que, en cambio, no se ajusten íntegramente al acuerdo marco serán
sometidos al control previo del Ministerio de Trabajo, por lo que el trámite se realizará en los plazos
habituales. Por último, la resolución precisa que "las partes deberán
consignar en su presentación inicial una declaración jurada acerca de la autenticidad
de las firmas allí insertas en los términos previstos por el artículo 109 del
Decreto N° 1759/72 (t.o. 2017)".
En sus fundamentos, la resolución explica que mediante un acuerdo los
representantes de la UIA y la CGT "solicitaron a la Autoridad Administrativa,
certidumbre respecto de la situación de aquellas personas que no pueden prestar
sus servicios habituales". Y afirma que el entendimiento "permite
contar con un marco producto de la voluntad de los representantes de los
empleadores y de los trabajadores que garantiza una adecuada protección de los
derechos de estos últimos".
En esas condiciones, se decidió "agilizar los trámites, ante la necesidad
impostergable de lograr que trabajadores, trabajadoras y el sector empleador,
puedan acceder a medidas que tiendan a paliar la situación socioeconómica
actual, evitando de esta manera que el No, nos parece un pelotazo en contra
para los trabajadores que va a generar un pésimo precedente para el
restoretardo en su implementación, lo torne ineficaz o frustre un derecho o una
necesidad impostergable o produzca un daño de difícil reparación".
Un paraguas legal
La idea es generar
un "paraguas" durante los próximos 60 días para los convenios
alineados con la pauta acordada entre la UIA y CGT y el Ejecutivo. La reunión
contró con el aval de Moroni y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías
Kulfas, quienes firmaron el entendimiento para darle un "contenido
político".
"Esto le da un marco de celeridad y legalidad a los acuerdos entre las
partes con el piso del 75% (del salario neto)", explicaron fuentes oficiales. De ese
modo, todos los acuerdos por empresa sellados sobre esa base o un porcentaje
superior obtendrán una homologación rápida en un plazo de entre 48 y 72
horas.
Frente a la ola de
despidos y suspensiones unilaterales, el Gobierno prohibió por decreto las
cesantías y licenciamientos por fuerza mayor, a la vez que habilitó acuerdos
entre empresas y sindicatos para implementar la reducción de la jornada laboral
y salarios mediante el artículo 223 bis. Pero también dispuso en el DNU 297 que
durante el aislamiento los trabajadores del sector privado tendrán derecho al
"goce íntegro" de sus ingresos habituales.
Tanto los
empresarios como la cúpula de la CGT coincidían en que era necesario establecer
una "compensación" inferior al salario normal para los trabajadores suspendidos. Con la
nueva resolución, el Gobierno terminó de instrumentar una diferenciación en las
remuneraciones del personal con tareas y aquellos que se ven impedidos de
retomar su actividad por decisión de la empresa.
En el último
mes, casi 300.000 trabajadores fueron afectados por recortes salariales o
la interrupción del pago de haberes y más de 12.000 despidos, según un estudio
de CEPA mostró que desde la cuarentena. El malestar se tradujo en protestas en
la industria alimenticia, frigoríficos y el sector minero. En algunos casos,
incluso, derivó en ocupaciones de planta, como ocurrió la semana pasada en la
fábrica de colchones BedTime en Tigre.
Fue necesario el pacto UIA-CGT para acelerar las negociaciones que habían
entrado en crisis tras la entrega de subidios estatales a las empresas para
pagar sueldos. La jugada permitió cerrar convenios de "emergencia" en
comercio, metalúrgicos y gastronómicos. "El acuerdo fue este martes y ya
rápidamente se firmaron acuerdos sectoriales que se adelantan a situación de
abril y mayo, y esta resolución del Ministerio de Trabajo va a ayudar a concretar rapidamente esos
beneficios", dijo el abogado Juan Carlos Cerutti.
Pero la decisión fue rechazada por algunos sectores sindicales. Ese fue el caso
de las dos CTA, el sindicato del neumático y algunos referentes de la
corrientes federal cercana al kirchnerismo. El titular de la CTA de los
Argentinos, Hugo Yasky, señaló a iProfesional que el acuerdo "es un
pelotazo en contra para los trabajadores que va a generar un pésimo precedente
para el resto" y sostuvo que "los sindicatos tendremos que hacer lo
imposible para defender el salario".
"La CTAA
rechaza de forma absoluta ese acuerdo, que tiende a la negociación colectiva a
la baja y sin condiciones y a producir el estado de indefensión del trabajador.
Se procura universalizar una quita del 25 por ciento de los haberes, a lo que
se suma un sistema de subvenciones en el que sectores de empresas concentradas
transfieren el pago al erario público", puntualizó en un comunicado la CTA
Autónoma encabezada por Ricardo Peidró y Hugo Godoy.
Desde el sector empresario, en tanto, algunas cámaras ven con desconfianza una
normativa que podría demorar la autorización de rebajas salariales superiores
al 25%. La preocupación está instalada en el rubro turismo y hotelería, donde
no ven la posibilidad de retomar la actividad al menos hasta fin de año. El
Gobierno le garantizó subsidios y la reducción de las contribuciones
patronales, pero algunas empresas ya avanzaron a su vez en reducciones
salariales del 50%.
Piden más medidas
Desde el inicio del aislamiento obligatorio, el Gobierno
tomó una serie de medidas para amortiguar el impacto económico por las
restricciones a la circulación. Pero el avance de planes de reestructuración en
el sector privado aceleró el malestar entre los asalariados. "En los
últimos días, asistimos a un aumento cada vez mayor de denuncias en todos los
lugares del país, en los que se manifiestan pérdidas de fuentes laborales y
reducciones salariales", señala un informe del observatorio de Derecho
Social de la CTA Autonónoma.
El documento indica
en ese sentido que "el esfuerzo realizado por el conjunto de la población
y por el sector público no ha sido acompañado por las grandes empresas, quienes
en
términos generales han impulsado estrategias para descargar rápidamente el
costo de la caída de la actividad económica sobre las espaldas de trabajadores
y trabajadoras". Esto, según la central alternativa, se reflejó en
despidos, suspensiones, falta de pago de las remuneraciones, así como la falta
de condiciones de seguridad e higiene en el trabajo.
"Esta reacción no se ha reducido a pequeñas empresas que previsiblemente
han sido las más afectadas por la retracción de la actividad económica. Por el
contrario, en muchos casos han sido algunas de las empresas de mayor tamaño del
país, y por ende con mayor capacidad de soportar financiera y económicamente la
situación actual, quienes han recurrido a todos los mecanismos a su disposición
para reducir sus costos a expensas de los derechos de los trabajadores y trabajadoras",
indicó el estudio.
En paralelo, en aquellas actividades que continúan funcionando durante el
aislamiento social, preventivo y obligatorio, el observatorio señaló que
"muchos empleadores se han negado a reforzar las medidas de seguridad
sanitaria, incrementando el riesgo no solo de sus dependientes sino del
conjunto de la sociedad". Las denuncias se registraron tanto en la
industria como en el sector público. El personal de salud realizó este martes
protestas en todos los hospitales porteños en reclamo de equipos de protección.
En ese marco, la central alternativa sostuvo que "la respuesta estatal
frente a estas conductas patronales debería ser más contundente aún, a fin de
garantizar no solo la efectividad de la política sanitaria sino también de
impedir que los empleadores desnaturalicen los mecanismos de protección que el
propio Estado ha ido impulsando desde la declaración de la emergencia".
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