Por Daniel Sticco - Emmanuel
Álvarez Agis: “en el corto plazo una ampliación de la brecha no representa un
riesgo mayor, pero de ampliarse la diferencia entre el tipo de cambio oficial y
el paralelo y sostenerse en el tiempo se empiezan a generar distorsiones que
son riesgosas para le economía real" (Maximiliano Luna)
El Gobierno ha
logrado reducir a la décima parte el movimiento de compra y venta de dólares
para turismo, y también la formación de “activos externos”, fuga de capitales. Sin
embargo, en los últimos días, a partir de las reacciones negativas de un
conjunto de bonistas a la propuesta de reestructuración de la deuda que hiciera el ministro
Martín Guzmán, los tipos de cambio alternativos, como el contado con
liqui, MEP y libre, se dispararon, acumulando subas de más del 60% en los
primeros cuatro meses de año, en contraste con poco más de 8% en el canal
minorista con el recargo de Impuesto PAIS del 30%; y de 11% el mayorista,
donde se liquidan las operaciones de comercio exterior. De ahí surgieron brechas
que se ampliaron hasta 70% respecto del mayorista, o 35% si se comparara el
oficial con el agregado del Impuesto PAIS para el público general con límite de compra de USD
200 por mes.
Al respecto, Emmanuel
Álvarez Agis, ex viceministro de Economía de Axel Kicillof en la
segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, y director de la
consultora PxQ, destaca en su informe semanal: “En el corto plazo una
ampliación de la brecha no representa un riesgo mayor, pero de ampliarse la
diferencia entre el tipo de cambio oficial y el paralelo y sostenerse en el
tiempo se empiezan a generar distorsiones que son riesgosas para le economía
real”.
Si bien el ahora
consultor de empresas y profesor en universidades nacionales ponderó las medidas de contención adoptadas por Banco Central para
absorber el exceso de liquidez que había quedado en las
entidades financieras por el desarme de Leliq de fines de marzo último, al
tiempo que subió la tasa de pases con el objetivo de que los bancos aumenten la
remuneración que pagan a los ahorristas mayoristas; así como las regulaciones a
la financiación que los grandes exportadores pueden tomar en pesos, para evitar
que utilicen las tasas bajas para financiarse y retrasar la liquidación de
exportaciones; y los nuevos límites que impuso la Comisión Nacional de
Valores para la tenencia de dólares en las carteras de los Fondos Comunes de
Inversión, alertó sobre que la disminución de las tensiones en el mercado
de cambios dependerán de otros factores.
Álvarez Agis le
asigna especial atención a “la evolución de la negociación soberana, las tasas
de interés internas y, sobre todo, a la aparición de algún tipo de fuente de
oferta en el mercado de la brecha. Una resolución satisfactoria en materia de deuda soberana tendría un efecto
positivo y la brecha debería acortarse, permitiendo al BCRA acumular
divisas derivadas del superávit comercial”.
Pero aún en ese
hipotético escenario, a la luz de las primeras reacciones de los bonistas a las
propuestas de canje del ministro Guzmán, para el caso de la deuda nacional en
dólares bajo legislación extranjera, y también a la iniciativa algo más ventajosa que hiciera el gobernador Axel Kicillof
para el caso de la deuda de la provincia de Buenos Aires, el
recorte de la brecha entre los diferentes tipos de cambio no sería inmediata,
el economista considera en su informe semanal: “resulta necesario contar con
mecanismos de intervención directos sobre el mercado de Contado Con
Liquidación, para evitar que la brecha suba a niveles que impactan sobre la
actividad agregada y sobre la sostenibilidad externa de la economía”, de modo
de evitar el traslado a precios.
El agregado de la
COVID-19
El director de PxQ
agrega como un factor adicional a los factores de presión hacia la ampliación
de la brecha cambiaria es la concurrencia de “baja en la tasa de interés pasiva
(para los depósitos) en un momento clave de la negociación con acreedores
privados por la deuda pública en moneda extranjera, con la crisis de la COVID-19
que generó una devaluación de todas las monedas emergentes en relación con el dólar”.
Para Álvarez Agis si bien la pandemia afectó severamente a muchos sectores de la
producción y el comercio, “otros sectores tienen liquidez y
ante la mayor incertidumbre sobre la deuda soberana están en condiciones de
tomar cobertura sobre una posible devaluación. Dado el esquema de control de
cambios que no permite a las empresas acceder a divisas en el mercado oficial
para motivos que no sean pago de importaciones o servicios de deuda, la demanda
por cobertura se traduce en un aumento de la demanda de dólar CCL o MEP”.
Pese a que el
volumen operado en esos mercados no parece determinante sobre el movimiento de
reservas monetarias internacionales, el ex viceministro de Economía observa: “La
importancia de la brecha viene asociada a sus efectos sobre el comercio
exterior y sobre el tipo de cambio nominal, el que a su vez tiene influencia
sobre los precios de la economía. Por tanto, mantener la brecha cambiaria
acotada es un objetivo de política económica”, de ahí las medidas de contención
instrumentadas en los últimos días las cuales permitieron frenar la ampliación
de la brecha, pero aún no resultan suficientes para volver atrás, por las
asignaturas pendientes en los frentes de deuda pública, política monetaria,
financiera y fiscal, derivados de los efectos de la pandemia.
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