Por Natalia Donato - A menos
de una semana de haber publicado la oferta de reestructuración de deuda bajo
ley extranjera en la Securities & Exchange Commission (SEC) de los Estados
Unidos, que fue inicialmente rechazada por los tres grupos de
acreedores, el Ministerio de Economía inició hoy la ronda de contactos
tendientes a acercar posiciones con los bonistas y poder cerrar el mejor canje
posible el 8 de mayo.
Fuentes
de la cartera de Hacienda afirmaron a Infobae que las
videoconferencias se desarrollan con los representantes de los grandes fondos de
inversión, agrupados en comités, para ir viendo si aceptan la oferta argentina
durante las próximas dos semanas. Los acreedores ya adelantaron que
no aceptarán el planteo inicial, pero se descuenta que la oferta sufrirá
modificaciones (enmiendas).
Incluso,
el propio Gobierno lo habilitó en el documento presentado en la comisión de
valores norteamericana. También habilitó a que la reestructuración sea parcial
y que haya bonos que queden afuera del canje por no lograr las mayorías
requeridas en las Cláusulas de Acción Colectivas (CAC).
Los
tres grupos de acreedores –el Comité de Acreedores de la Argentina; el
Grupo de Titulares de Bonos del Canje; y el conformado por BlackRock, Templeton
y Fidelity– remarcaron hace una semana que el Gobierno no está negociando
de buena fe y que eso depende del intercambio de información económica y
financiera que ellos consideran sustancial. Además, indicaron que la propuesta
"debe estar anclada en políticas concretas y factibles”, según un
comunicado del primer grupo.
Uno de
los principales puntos de rechazo de la propuesta es el período de gracia de
tres años sin pagar absolutamente nada. Los principales acreedores creen
que, de esa forma, las autoridades no tienen incentivos para ahorrar y pagar
efectivamente en 2023. Además, podría incluso haber otro gobierno en ese
momento. También consideran que el cupón promedio de 2,33% de la oferta es
demasiado bajo.
Frente
a esta oferta, propusieron lo siguiente: en primer lugar, que lo que el país se
ahorra por intereses no pagados hasta 2023 sea abonado al principio, lo que
mejoraría la oferta en 2 dólares; que los intereses comiencen a pagarse el año
próximo, con una tasa anual de 0,5% anual hasta 2022 y luego mantener el
esquema de “step up” propuesto por las autoridades; y que los bonos más largos
no tengan quita de capital y que el recorte sea de 5% para los títulos que
vencen en 2030.
Las
reuniones virtuales –que en Economía llaman zoom show en lugar
de road show, en alusión a la plataforma de video tan usual en
épocas de cuarentena– tienen lugar en un salón de videoconferencias que se
ubica dentro del área privada del ministro Martín Guzmán, en el quinto piso del
Palacio de Hacienda.
Pero
habrá otras que mantendrá directamente el equipo de funcionarios de la Unidad
de Reestructuración de la la Deuda desde las oficinas de la Secretaría de
Finanzas, en el décimo piso. En algunos encuentros participa Guzmán, pero en
otros no, indicaron fuentes oficiales. Las reuniones se desarrollan con
los representantes de los bonistas, con los bancos asesores (Bank of America y
HSBC) y los abogados de la Argentina, del estudio Cleary Gottlieb Steen
& Hamilton.
El
Gobierno se fijó el 8 de mayo como plazo para el cierre de la oferta,
pero así como el documento presentado ante la SEC habilitó posibles
enmiendas a la propuesta y un canje parcial, también dejó en claro
que podría extenderse este plazo algunos días más, si es que el Gobierno
considera que tiene posibilidades de llegar a un arreglo.
Tiene
tiempo hasta el 22 de mayo para no caer en default, ya que el 22 de abril
vencieron cupones por USD 503 millones y las autoridades se tomaron los 30 días
de gracia, con el objetivo de seguir negociando.
Por
ahora, las expectativas en el mercado no son alentadoras. Y en Economía ya
anticipan que quienes queden afuera del canje podrían, eventualmente, sumarse
en un futuro canje, aunque con las limitaciones que impone la cláusula RUFO
(prevé que si existiera un nuevo llamado con una mejor oferta en el futuro, las
ventajas deberán extenderse a quienes ingresen a la reestructuración actual).
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