Por Matías
Barbería - El aumento del gasto necesario para paliar los efectos
sobre la economía de la pandemia de coronavirus COVID-19 no tuvo otra forma de
financiarse más que con la emisión monetaria del Banco Central (BCRA). Ese
crecimiento del dinero en circulación hizo caer las tasas del mercado y generó
un efecto no deseado: terminó generando una ventana para financiar la suba del
dólar contado con liquidación y del dólar MEP, que se operan en la Bolsa.
Empresas llegaron a tomar créditos al 4% con los que pudieron sumar billetes
verdes a sus arcas.
La ingeniería
financiera que intenta conducir el titular de la autoridad
monetaria, Miguel Pesce, no es para nada sencilla. Necesitado de generar
crédito barato para que las empresas puedan pagar sueldos, se vio obligado a
liberar pesos que estaban inmovilizados en Leliq. Además, para solventar el
aumento del gasto del Gobierno -como el Ingreso Familiar de Emergencia,
asistencia a empresas, mayores gastos en salud y otros rubros- lo forzaron a
volcar más pesos a la calle por la vía de la emisión monetaria para financiar
al fisco.
El aumento en la
cantidad de pesos en circulación hizo desplomar a las tasas de interés del
sistema, las de plazos fijos pero también las del resto del mercado. En la
marejada de pesos, aumentada por la búsqueda de rendimientos de empresas que
reciben cada vez menos por sus ahorros, un rendimiento marginal para el sistema
se destacó por sus bajas. Y, si bien es sólo uno de los elementos que explican
la suba de los dólares paralelos, jugó un rol importante en la última escalada.
Se trata de la tasa
de la caución bursátil. La caución es un préstamo que se negocia en le Bolsa,
con el que los inversores toman pesos para invertir en bonos, acciones y otros
activos. Es una operatoria habitual, que consiste en entregar un bono u acción
en forma de garantía para, a cambio, recibir hasta el 90% del valor en pesos de
ese activo.
Los plazos
permitidos para las cauciones van de 1 a 180 días, aunque en los hechos se
operan en plazos bien cortos de un par de ruedas. Casi toda la operación se
hace a menos de 30 días. Las empresas que tienen saldos ociosos en pesos suelen
colocar su dinero en esos préstamos cortos para inversores, porque generalmente
es una buena forma de poner a trabajar el dinero en plazos menores a los 30
días.
Con cada vez más
pesos en el sistema, tasas a la baja y empresas cansadas de invertir en plazos
fijos o fondos comunes que rinden cada vez menos, la oferta pesos para prestar
en forma de caución explotó. Y con un mercado local y global cada vez más
incierto para bonos y acciones, la demanda de inversores tradicionales también
se resintió.
Más pesos en oferta
y menos operadores demandando dieron como resultado una caída en picada de la
tasa de la caución. Y así, nuevas formas de inversión quedaron habilitadas.
“Ahora la tasa está
en 16%, que no es nada. Pero a medida que avanza la rueda se empieza a pactar
más y puede caer al 13%, en estos días la vimos en algunos momentos en 3% o
4%”, dijo Rubén Pasquali de Mayoral Bursátil.
La tasa de la
caución a 7 días cotizaba hoy cerca del mediodía por debajo del 9%, en mínimos
de varios años.
“El gran tema son las empresas, que colocan
sus pesos excedentes en fondos comunes de inversión de corto plazo
habitualmente, pero ante la baja de tasa y la incertidumbre empezaron a pensar
en dólares. Como las empresas pueden comprar dólar MEP o contado con
liquidación sin demoras como las que hay para personas físicas, pueden destinar
sus pesos a dólares o tomar estos préstamos para dolarizarse", agregó
Pasquali.
¿Cómo funciona el
mecanismo?
Invertir tomando un
préstamo, a través de una caución bursátil, no es un procedimiento muy
complicado. Aunque dado el poco acceso al mercado de capitales igual quede en
manos de empresas e inversores experimentados.
Cualquier inversor
con acciones, bonos u obligaciones negociables (bonos corporativos) puede tomar
una caución en su sociedad de Bolsa al ofrecer como garantía un activo que
tenga en su cartera, por ejemplo un acción.
Supongamos que una
firma invirtió $100.000 en bonos, los entrega como garantía y -según las normas
del mercado- pueden recibir hasta el 90% de ese valor en préstamo a cambio de
depositar ese activo. En los hechos, se prestan márgenes mucho menores, de
hasta el 50% del valor de la garantía, para dar margen al movimiento de los
precios (si el bono en garantía bajara mucho de valor en un día, el que tomó el
préstamo estaría en problema).
Con ese dinero, lo
habitual es que los inversores compren acciones y bonos en el mercado,
aumentando su cartera más allá de sus capacidades, lo que sí implica un riesgo.
La operación es habitual.
Pero esa operatoria
se tiñó de verde en los últimos días.
“Cuanto más
postergues la cuarentena, el mercado sabe que vas a necesitar aumentar la
emisión monetaria. Así que a 3% como llegó a estar ayer apareció como una buena
opción para dolarizarse”, dijo Diego Falcone de Cohen. “Lo llamativo
es que al haber tantos bonos en pesos con buenas tasas, es raro que el dinero
no vaya hacia allá y haga subir la tasa de caución, pero es parte de la
desconfianza por la situación de la deuda”, agregó.
Al final del plazo
del préstamo, ya sea unos pocos días o un mes, los que utilizan estos préstamos
para dolarizarse tienen dos opciones. Uno, cancelar el préstamo, ya sea con la
venta de los dólares comprados o con pesos obtenidos de otra manera. O,
también, pueden renovar el préstamo y conservar la posición en moneda
extranjera. Mientras la tasa sigue baja, muchos optan por esta última
alternativa.
La operatoria, sin
embargo, no está exenta de riesgo. No es ganar o ganar.
“Cuando el contado
con liquidación llegó a $114 y de inmediato bajó hasta cerca de $100 los que
hacían esta estrategia anotaron pérdidas”, dijo Pasquali.
Ante el avance de
los dólares financieros, que superaron los $100 por unidad y arrastraron con
ellos al dólar blue, el Banco Central intentó reaccionar. Fijó la semana pasada
una tasa mínima para los plazos fijos de menos de $1 millón, estableciéndola en
el 75% de la tasa de Leliq. El promedio del sistema saltó así en un día del
19,1% al 25,4%. También prohibió que los bancos operen cauciones, pero el
rol de las entidades financieras no era importante en ese mercado. Todo eso
generó un repunte del costo de la caución, pero todavía no logra sacarla de
mínimos.
|