Por Martín
Kanenguiser - Tan lejos y tan cerca. Si se diferencian las
declaraciones de los números, posiblemente el Gobierno y sus acreedores puedan
llegar a un acuerdo razonable para ambas partes. De lo contrario, inversores y
analistas creen que continuará la presión sobre el valor del dólar CCL y otras
variables financieras.
Esto implicaría
subir la oferta de los USD 30 que vale para el mercado a un piso de 40 dólares.
Diez o quince dólares: eso es lo que separa a la Argentina de un nuevo default,
frente a diferencias irreconciliables del pasado.
Los detalles del
prospecto publicado hoy no cambiaron el mal talante de los inversores y
analistas que siguen de cerca la cuestión de la deuda.
Creen que el
Ministerio de Economía priorizó hasta ahora los mensajes para la política
interna y que no toma dimensión de las consecuencias del default, que ya se
perciben en el valor del dólar CCL y podría afectar el stock de depósitos en
dólares.
Y aseguran que
Economía da por descontado un apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI)
para arrinconar a los acreedores que no es tal: la nota técnica que pidió una
alta quita a los bonistas no refleja el pensamiento de varios miembros del
directorio del grupo de los países del G7. Versiones bien fundadas afirman que
algunos de estos directores hicieron saber su enojo al respecto.
Ni el Tesoro norteamericano
ni sus pares europeos van a apoyar un acuerdo de un Gobierno que sigue sin
mostrar su plan económico, pese a los mensajes conciliadores de la directora
gerente, Kristalina Georgieva.
Ni siquiera,
aclararon, hay que pensar en si la Argentina puede acceder o no al mercado por
la pandemia, pese a que Perú salió la semana pasada con una colocación al 2,2%
anual.
Las consecuencias
ya están: el sistema financiero, sobre el que el Gobierno deposita muchas
expectativas para que aumente el nivel de crédito en medio de esta crisis
brutal, sufrirá las consecuencias de un default desordenado.
Para que se
destrabe, se necesita ingenio y voluntad de diálogo más que dinero: subir un
punto la tasa de los cupones que se pagan en tres años o reducir la quita de
capital de los bonos de largo plazo no afectarán la capacidad de repago del
país, aclaran.
“Si suben la tasa
del cupón que devenga desde 2022, ¿cuál es el estrés sobre el programa
financiero? Si el país crece, lo podrán pagar. Y, si no, lo volverán a
refinanciar, pero parece infantil no ofrecer algo mejor hoy y arriesgarse a un
default por tan escasa diferencia”, planteó, enojado, un hombre del sistema
financiero de muy buen diálogo con el Gobierno.
“De afuera no entra
nadie. No hay, en esta etapa, ningún incentivo para hacerlo”, sentenció.
Un ex negociador
agregó que “la propuesta es mala, pero se puede mejorar con poco. Si es el
último paso, es muy malo; si es solo el primero, es aceptable”
“El equipo del
ministro se encierra en su oferta sin hablar con gente que conozca del tema y
creen que si cierran el canje con una aceptación del 30% las consecuencias
serán menores”, expresó.
Sin embargo, acotó,
“el resultado de un default en este contexto espantoso será una crisis más
profunda, por la volatilidad financiera en términos del precio del dólar y de
la salida de los depósitos”.
“Deberían mirarlo
al revés: si solucionaran el problema de la deuda, van a tener ciertas líneas
de crédito abierto y mayor certidumbre financiera. Si no, la señal va a ser que
el país va hacia un mayor populismo. Y, aun con el mundo en crisis, no es lo
mismo una dirección que la otra”, advirtió.
En este sentido,
consideró que, aunque el staff del FMI haya respaldado la decisión de la
Argentina de proponer una fuerte quita a los bonistas, el organismo “no va a
estar a favor de un default, porque si la economía empeora, también le va a
costar cobrar” los USD 44.000 millones que le debe el Gobierno.
“Creo que el FMI se
equivocó nuevamente con la Argentina. Jugó un papel raro”, opinó.
“El arreglo que propone la Argentina es malo,
pero puede cambiar. Sobre todo, porque, en este contexto, lejos de perder
dólares, está acumulando reservas”, agregó el ex negociador.
Un colega agregó
que “es tonto y amateur desconocer los intereses devengados como lo hicieron en
la oferta”.
“¿Por qué un fondo
de inversión va a ceder derechos ahora por tres años a cambio de nada, si puede
esperar y ver si en 2023 le hacen una propuesta mejor?”, explicó la fuente.
Por su parte, el
banco Pactual indicó en un informe que la propuesta “es negativa desde la
perspectiva de los posibles juicios. Creemos que el FMI, que ha sido el campeón
de las nuevas cláusulas de acción colectiva en los últimos años, no apoyará un
canje que deje al país a mitad de camino en una renegociación, en la que el uso
de estas cláusulas pueda verse afectado”.
En este sentido, un
alto funcionario del Fondo dijo hoy que el organismo pretende que ambas partes
lleguen a un buen acuerdo.
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