Por Pablo Wende - La
renegociación de la deuda que arrancó el Gobierno tiene un capítulo especialmente
complicado: el canje de los bonos Par y Discount. En realidad se trata de
reestructurar bonos que habían surgido de otra refinanciación, la de 2005. Por
eso tienen cláusulas mucho más duras para el deudor que los títulos emitidos
posteriormente. Básicamente, hace falta la aprobación del 85% de los
tenedores de estos bonos para que se pueda llevar adelante la transacción.
Ese 85% representa un porcentaje mucho más elevado que el 66% que tienen
como cláusula el resto de los bonos que ingresaron en la transacción. En
total son 21 títulos emitidos bajo ley extranjera los que entran en la
operación lanzada a fines de la semana pasada y que el 8 de mayo debería
concluir, de acuerdo al cronograma oficial establecido.
La oferta presentada el viernes no le dio, pese a la expectativa que
había en el mercado, ningún tratamiento especial a los bonos del canje 2005,
pese a que precisan un porcentaje mayor de aceptación. Si bien no hay
quitas de capital, como sucede con el resto, el plazo de pago se estira hasta
2047 y la tasa de interés no supera el 4% anual, menos de la mitad de los
cupones actuales. El valor de la propuesta para estos títulos se ubica en
niveles inferiores a los USD 35, teniendo en cuenta un rendimiento de 12% para
los futuros títulos.
Incluso en los meses previos a que se relanzara la negociación de la
deuda hubo fuertes cambios de mano de estos bonos. No fueron pocos los que
interpretaron que detrás de estas transacciones había fondos de inversión preparándose
para litigar contra la Argentina en caso de un impago. Pero esta
probabilidad de default es todavía más alta en los bonos Par y Discount.
En el canje de 2005, por ejemplo, se consiguió una aceptación de 76% y
en esta ocasión será difícil que se supere ese nivel, teniendo en cuenta que el
nivel de quita es bastante similar.
Los cinco nuevos bonos que se ofrecen en el canje de deuda van dirigidos
a distintos grupos de acreedores, por lo que cada serie debe ser analizada por
separado.
El objetivo de haber separado a los distintos tenedores en cinco grupos
es prevenir futuras acciones de “cross default”, es decir que la
cesación de pagos que pueda afectar a una serie de bonos no termine
contaminando al resto.
Tal como informó ayer Infobae, las condiciones de la renegociación
incluyen la cláusula RUFO, ya utilizada en 2005. Esto significa que los
bonistas que acepten el canje ofrecido por el Gobierno podrán suscribir nuevos
títulos con posterioridad si la oferta es mejorada respecto a la versión
original.
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