Por Mariano Martín - El Gobierno instrumentará un salvataje financiero para las obras
sociales sindicales, puestas a prueba al máximo por la doble
presión de la pandemia del coronavirus y la caída estrepitosa de su recaudación
por la cuarentena. El ministro de Salud,
Ginés González García, prepara un sistema de financiamiento integral que
contempla subsidios del orden de los 20 mil millones de pesos, antes de fin de
mes, para evitar el quebranto de un sistema que, entre todos sus actores,
brinda servicios de salud a unas 15 millones de personas.
El
salvavidas está planificado para ser lanzado en lo inmediato, antes del pago de
salarios por parte de las prestadoras. Y contemplará también la situación de
las clínicas y sanatorios, también con dificultades para afrontar sus nóminas
salariales. Aunque el sistema de salud de los gremios cuenta
con recursos, buena parte de ellos está distribuido en instrumentos cuya
liquidez puede resultar dificultosa por lo que se especulaba con un posible
préstamo del Tesoro nacional a ser repagado luego con el fondeo propio
destinado a las obras sociales.
La
puesta en marcha de este plan representaría, además, una tregua entre la CGT y
González García, quien en lo que lleva de gestión fue cuestionado por los
sindicatos por una supuesta indiferencia a ese subsector sanitario. En los
gremios le graficaron a este diario la urgencia: dijeron que desde el inicio
del aislamiento social obligatorio cayó a un tercio la recaudación de aportes y
contribuciones a las obras sociales, de los habituales 30 mil millones de pesos
mensuales a cerca de $10 mil millones.
La novedad
surgió durante una videoconferencia que la CGT mantuvo junto a la Unión
Industrial Argentina (UIA) con los ministros de Trabajo, Claudio Moroni, y de
Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. En ese encuentro virtual el dirigente
José Luis Lingeri (Obras Sanitarias, el especialista de la central obrera en la
problemática) dio cuenta de una situación dramática de las prestadoras de salud
de los gremios. Uno de los pedidos a los funcionarios fue para que el Gobierno
analizara la posibilidad de instrumentar un préstamo a tasa cero o accesible,
del orden de tres meses de recaudación para las obras sindicales para
permitirles financiar la demanda contingente que representará un eventual
aumento de casos de coronavirus en la Argentina.
Los
funcionarios contestaron que González García tiene en elaboración, para
ser anunciado en el corto plazo, un plan integral de financiamiento. Cerca
del ministro confirmaron esa pretensión y sólo adelantaron el criterio: volcar
la mayor cantidad de recursos disponibles del Fondo Solidario de Redistribución
(FSR) que administra la Superintendencia de Servicios de Salud. El FSR cuenta
con recursos obtenidos de la propia recaudación de la AFIP entre las obras
sociales sindicales, de la que separa un porcentaje para destinarlo a la atención
de las denominadas “enfermedades catastróficas” o tratamientos de alta
complejidad y baja incidencia.
Entre
las 300 obras sociales que componen el denominado sistema solidario de salud
está cubierto un tercio de la población argentina. En tanto que las obras
sociales provinciales (una por distrito, con IOMA como el principal actor)
atienden a otras 6 millones de personas; el PAMI, a 5,5 millones; las
prestadoras de universidades y las Fuerzas Armadas, a otro millón. Las
prepagas, en tanto, atienden a cerca de 5 millones de personas aunque sólo un
millón son afiliados directos; el resto llegan a esas prestadoras por
derivación de sus obras sociales de origen. El tercio restante de la población
depende del hospital público.
El
plan de Ginés González García apunta a salvaguardar todos los subsistemas. Cerca
suyo explicaron que la inyección de financiamiento a las obras sociales
sindicales también representará un alivio para el sector privado por nutrirse
de sus prestaciones como clientes. De todos modos para las clínicas y
sanatorios también se piensa en créditos a tasa cero o muy accesibles para
permitirles afrontar los sueldos de abril.
En la
reunión virtual de Kulfas y Moroni con la CGT y la UIA también se debatió
acerca del pago de salarios de abril en el sector privado. Los ministros
recordaron los nuevos instrumentos creados por decreto de necesidad y urgencia,
que contemplan la cobertura de la mitad de la nómina salarial de las empresas
en crisis, y la central obrera reclamó que el resto fuese cubierto de manera
integral por las empresas. Desde la UIA alegaron que hará falta un sistema
general de licenciamientos a menor salario para los trabajadores eximidos de
acudir a sus puestos por la vigencia de la cuarentena, una discusión que
algunos gremios grandes como Comercio, la UOM (metalúrgicos), el Smata
(mecánicos) y los textiles (AOT) ya arrancaron y tratarán de reconducir esta
semana.
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