Por Salvador Di
Stéfano - La Argentina volvió al círculo vicioso de déficit, emisión, inflación y
devaluación. El arbitraje de tasa de
interés es vital para poder ganar dinero en una economía que no respeta los
contratos. Las condiciones que el país impone con la emisión de los nuevos bonos
consisten en no pagar hasta el 15 de noviembre de 2022, el primer pago de renta es una tasa
de interés del 0,5% anual, y en los dos años posteriores se pagan tasas
irrelevantes, el primer pago de amortización de capital opera en el año 2026
para determinados bonos.
Estos
plazos de pago de renta y amortización invitan a no apurarse a cerrar un
acuerdo por parte de los bonistas, que esperaran una nueva propuesta, o bien
renegociar en otro momento, esperando la reapertura del proceso de
reestructuración. Si acuerdan no cobraran nada, y si no acuerdan tampoco.
La
mirada de algunos bonistas es muy clara: la secuencia de no pago de bonos bajo
ley argentina y extranjera podrían dejar al país expuesto a una rebaja de
calificaciones que perjudicara la toma de financiamiento de las empresas
privadas. La cesación de pagos y el efecto no deseado de la pandemia empujaran
al país a una recesión, que con el correr de los meses harán reflexionar
al gobierno que el único camino para mejorar es que llegue financiamiento externo,
y para ello tendrá que flexibilizar la propuesta de deuda.
En el
exterior, la mayoría de las empresas de inversión avizoran que la negociación
podría llegar a buen puerto hacia el tercer o cuarto trimestre del año, cuando
la crisis argentina llegue a un pico, y la necesidad tenga cara de hereje.
En el mientras tanto: ¿Qué
pasará con la economía local?
En él
mientras tanto el gobierno no desea que las provincias emitan monedas
secundarias, y trabaja en un financiamiento a tasas del 0% para que puedan
pagar la nómina salarial. Estas ayudas se extienden a los principales
municipios del conurbano. La regla es que nadie tiene el dinero necesario para
funcionar, cuando la cuarentena dejo sin flujo de fondos a muchos sectores no
esenciales de la economía.
En el
primer trimestre del año 2019 el resultado fiscal primario fue positivo en $
10.347 millones, el primer trimestre del año 2020 nos devuelve un déficit
fiscal primario de $ 155.991 millones. Pasó de positivo a negativo.
Si
comparamos el resultado financiero (le sumamos los intereses) en el primer
trimestre del año 2019 el déficit ascendía a $ 114.782 millones, mientras que
en el año 2020 suma $ 324.701 millones. La proyección final dependerá de la
duración de la cuarentena, y los efectos no deseados de la cesación de pagos
que se avecina.
El
déficit primario del gobierno podría ubicarse entre $ 1.500.000 millones y $
1.800.000 millones para el año 2020, y esto debería ser financiado con emisión
monetaria. El gobierno podría recurrir a remesar las utilidades del año 2019
del Banco Central, dichas ganancias son ficticias ya que surgieron del proceso
de devaluación de nuestro signo monetario, es una lisa y llana emisión espúrea
de dinero.
El
ministro es inflexible (por ahora) en mejorar la oferta a los bonistas, quiere
una tasa de interés en $ baja para financiar al presupuesto. Casi una propuesta
romántica a la luz de la luna llena.
En
Argentina la moneda de ahorro es el dólar, y el peso se utiliza para circular
por el país. Si la estrategia del gobierno es financiar el presupuesto con la
moneda local, y propone una tasa de interés por debajo de la inflación, el
camino es totalmente equivocado. Bajo estos parámetros estamos observando que
los depósitos en dólares siguen bajando, y los depósitos a plazo fijo en pesos
están estancados desde el mes de enero (caen en términos reales).
La
tasa de interés baja es una invitación a la compra de dólar bolsa. El 30 de
diciembre el dólar bolsa valía $ 76,00, hoy coquetea con los $ 110 lo que
representa una suba del 45% en pocos meses. En igual período el dólar oficial
subió el 10%, ubicándose en torno de $ 66,0. La brecha es del 66% y si persiste
la tasa baja, podría acrecentarse mucho más.
El
Banco Central esta devaluando nuestra moneda a una tasa del 38% anual
aproximadamente, tomando la media de la devaluación del año y la del último
mes. El dólar futuro descuenta una tasa del 48% anual, si arbitras tasas
deberías vender dólar futuro en este escenario, aunque nunca sabemos cuándo
aparece un nuevo cisne negro en la economía. Los bancos te prestan dinero a una
tasa del 24% anual, siempre que estés calificado, no tengas cheques devueltos y
muestres utilidad en tus balances, casi una misión imposible. Podes cambiar cheques
en bolsa avalados por una Sociedad de Garantía Recíproca a una tasa del 20%
anual.
Con
estas operaciones a la vista, los agentes económicos prefieren tomar deuda en
pesos, y postergar toda liquidación de dólares en el mercado. Te agregaría algo
más, con estas tasas de financiamiento el mercado prefiere endeudarse en pesos
y comprar dólar bolsa, esta presunción está avalada en el alto nivel de pesos
tomado en el mercado, y la suba del dólar bolsa desde fin de año a la fecha.
Conclusión
La
propuesta de reestructuración de la deuda no tiene ningún incentivo para
acordar en lo inmediato, y es una invitación a esperar que Argentina
flexibilice la propuesta, apremiada por la crisis en el segundo semestre. Si
ello no ocurre, como no hay ningún pago en los próximos 3 años, y el capital en
el mejor escenario se comenzaría a pagar en el año 2026, muchos esperarían a
que en algún momento haya una mejor propuesta.
El
elevado déficit fiscal que se avecina producto de la pandemia covid-19, sería
financiado vía emisión monetaria, lo que nos colocaría en el círculo vicioso de
déficit fiscal, emisión, inflación y devaluación.
En
los próximos meses argentina gozaría de un mayor ingreso de dólares producto de
una balanza comercial positiva, la reducción a cero del déficit de turismo y
menos pagos de intereses de la deuda, dicho ingreso de dólares podría generar
una apreciación del tipo de cambio oficial que complicaría la competitividad de
nuestras exportaciones futuras, ingresando en una dinámica nociva para
recuperar el crecimiento económico.
El
mix de falta de financiamiento externo, el circulo viciosos a los que no tiene
acostumbrado nuestro país, un tipo de cambio oficial atrasado y una brecha muy
alta con el dólar bolsa, nos coloca en una dinámica de alta desconfianza que
podría llevar al PBI a una caída entre el 6% y 8% anual, una inflación alta
pero atemperada por la gran recesión y desempleo, y un dólar bolsa despegándose
del dólar oficial, por faltas de alternativas de inversión en un país que no se
caracteriza por honrar los contratos.
Ganara
dinero el que sepa arbitrar tasas, acertar en la compra de activos, especular
con el dólar bolsa, tenga una empresa ligada a sectores esenciales que generen
un flujo de fondos positivos, y proyecte buenas perspectivas de producción para
exportar o colocar en el mercado interno. El resto la tendrá que remar en dulce
de leche…repostero.
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