Hoy vencen US$ 500
millones en intereses correspondientes a los bonos 2021, 2026 y 2046, los
cuales rigen bajo ley extranjera. Estos bonos hacen parte de la deuda que el
Gobierno busca reestructurar y que la semana pasada presentó su oferta de
canje, la cual fue rechazada por parte de los acreedores privados, por lo que
el país se encuentra en “default virtual”, según admitió el Presidente.
Sin embargo, tal
como lo había anticipado este diario, el Gobierno no prevé realizar el pago de
este vencimiento. Así lo confirmó ayer durante una entrevista radial el
ministro de Economía, Martín Guzmán, que aseguró que el país “no podrá hacer
frente a los pagos de deuda de los próximos días”. Pero, al mismo tiempo, el
Gobierno dispuso ayer la emisión de Letras del Tesoro Nacional en dólares por
un monto de US$ 400 millones, lo cual fue leído por algunos analistas del
mercado como una señal de pago, aunque no hoy.
En caso de no pagar
hoy, el Gobierno dispone de un plazo de hasta treinta días para hacerlo y no
caer en default. Este lapso transcurrirá casi en paralelo con el tiempo que
tienen los acreedores privados para definir su postura frente a la propuesta de
reestructuración de deuda anunciada por el Gobierno la semana pasada.
“La emisión de una
letra para hacerse de reservas puede llevar a pensar a que el Gobierno se hace
de los dólares con anticipación para evitar caer en default si la oferta no
logra la aceptación de los bonistas y se tiene que negociar”, señaló ante El
Economista Matías Carugati, director ejecutivo de la consultora Seido. “De
todos modos, no está claro aún para que se tomaron esos US$ 400 millones”,
agregó.
De acuerdo con el
especialista, si el objetivo del Gobierno con esta nueva emisión en dólares es
tener un respaldo para poder pagar el vencimiento antes del plazo máximo en
caso de que no haya un acuerdo entre las partes, “ciertamente reduce la
credibilidad de su ‘amenaza’ de no ceder en la negociación de la deuda”.
No obstante, desde
el entorno de Guzmán le aseguraron a este diario que la emisión de esta nueva
letra no tiene ninguna relación con negociación de la deuda externa, sino con
el reperfilamiento que impuso el Gobierno el 5 de abril sobre bonos en dólares emitidos
bajo ley local por US$ 10.000 millones, cuyo pago quedó postergado para 2021.
Al tratarse de un
monto no muy abultado, probablemente la decisión del titular de la cartera
económica de no pagar este vencimiento hoy obedezca a su estrategia de mostrarse
firme frente a los acreedores en cuanto a que el país no está en condiciones de
pago y que por lo tanto necesita reestructurar su deuda externa.
“La oferta es la
que es”, afirmó Guzmán ayer durante la misma entrevista, en la que aseguró que
si bien “los acreedores aspiran a otras cosas”, el Gobierno no presentará otra
propuesta. “Nosotros proponemos algo absolutamente serio, razonable, en base de
la buena fe, porque tomamos un compromiso que podemos cumplir, a la vez que
cumplimos el compromiso más importante, que es proteger a los argentinos”,
resaltó el ministro.
Según aseguró el
jefe del Palacio de Hacienda, hubo conversaciones previas con los acreedores,
pero que nunca lograron ponerse de acuerdo porque “la otra parte presiona para
que Argentina ofrezca más pero no se puede, no es sostenible”.
Guzmán indicó que
los acreedores señalan que el país debería profundizar el sistema de austeridad
fiscal y de contracciones, ya que eso les generará confianza y “va a permitirle
a Argentina acceder a un financiamiento más barato”. Pero, en línea contraria,
el funcionario aseveró: “Pero eso nunca ocurre. Por el contrario, la economía
colapsó, fue lo que ocurrió bajo el Gobierno anterior”.
“Apostamos a que en
algún momento se irá el coronavirus, se resolverá esto en el mundo y se podrá
pagar. Pero tiene que estar alineado con la idea de que la economía argentina
se ponga de pie, se recupere y la recuperación no se vea ahogada por el pago de
deuda. Lo que proponemos es algo sostenible y responsable, porque es algo que
efectivamente se puede cumplir”, aseguró.
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