Por Jorge Herrera - Si algo despertó la
cuarentena fue el apetito por los pesos. Sea por necesidad o por precaución, lo
cierto es que el público se está llenando los bolsillos de pesos. Desde que se
implementó la cuarentena el 20 de marzo pasado, la tenencia de billetes y monedas
en poder del público creció en $118.500 millones, esto es un 11,5% más. En ese
ínterin la base monetaria aumentó $413.400 millones, un 20,4%.
Pero este aluvión
de pesos, inmerso en una economía en recesión, acuarentenada y bajo la espada
de Damocles de los bonistas, comenzó a repercutir en los precios domésticos.
Así, no solo las expectativas inflacionarias han registrado un salto sino
también emergieron otras señales como la cotización del dólar libre, en sus
diferentes versiones.
Al respecto, sobre
mediados de la semana pasada se observó que cierta “racha” positiva que estaba
viviendo el BCRA se había interrumpido. Es
que luego de doce jornadas consecutivas de ser neto comprador en el mercado de
cambios, el BCRA volvió el miércoles pasado a vender reservas.
Fueron u$s66 millones y luego otros u$s34 millones un día después, último dato
disponible (ahí el stock de reservas brutas era de u$s43.852 millones).
De esta manera, el
BCRA parece enfrentar otro escenario, ahora ya contaminado con el lanzamiento
oficial de la oferta de canje de deuda. Vale recordar que entre el 25 de marzo
y el 14 de abril pasado el BCRA compró en el mercado u$s526 millones, llevando
el stock de reservas brutas a u$s43.886 millones. Desde el inicio de la cuarentena
el BCRA llevaba comprados u$s475 millones. Ahora, tras esas dos últimas ventas,
las reservas ganadas suman u$s375 millones. Si bien aún no se dispone de
información oficial sobre la intervención del BCRA en las últimas jornadas, el
comportamiento del stock de reservas brutas permite aventurar que hubieron más
ventas ya que al 21 de abril ha bajado a u$s43.787 millones. Por el momento, el
impacto monetario es poco significativo, dado que en lo que va de abril la
expansión por compras netas es inferior a los $10.000 millones y en marzo
apenas fueron $8.600 millones.
Auxilio
Lo que sí está
pegando fuerte en la expansión de la base monetaria es la creciente asistencia
al Tesoro y el desarme de las Letras de Liquidez del BCRA (Leliq).
Con datos a 16 de abril pasado la base monetaria registra un crecimiento de
$133.950 millones.
La emisión está
explicada por el financiamiento al Tesoro por $210.000 millones ($80.000
millones de Adelantos Transitorios más $130.000 millones de Transferencia de
Utilidades) y el fuerte aumento de la posición de Pases Pasivos (son
colocaciones de los bancos en el BCRA a uno o 7 días de plazo) por $35.100
millones lo que está vinculado con la caída de $47.300 millones de Leliq. Esto
fue compensado por un aumento de depósitos del Tesoro en el BCRA por $81.600
millones ya que el pago de intereses por Leliq y Pases generó una emisión de
$32.700 millones.
En la actualidad el
stock de Leliq aún es enorme, ya que supera los $1,32 billones mientras que el
de Pases se elevó a $533.700 millones. O sea, el BCRA tiene un stock de
deuda con los bancos de $1,85 billones. Claro que detrás de esto está la
contraparte de los depósitos del sistema. Pero eso es otro tema. Por lo pronto
el balance de lo que va de 2020 arroja un aumento de la base monetaria de
$530.700 millones donde la asistencia al Tesoro es determinante para esta
expansión ya que por la vía de los Adelantos y la Transferencia de Utilidades
el BCRA ya le envió al Palacio de Hacienda $522.000 millones ($312.000 M de AT
y $210.000 M de TU). La compra de divisas apenas explica menos de $50.000
millones mientras que el pago de intereses suma $176.800 millones. El desarme
de Leliq casi se compensa con el aumento de Pases (-$532.400 M y $421.800 M
respectivamente), y el resto es absorción vía Sector Público por $78.300
millones.
Tsunami
Pero volviendo al
tsunami de pesos que se potenció con la crisis del coronavirus vale señalar que
por un lado, si bien la base ha aumentado $543.500 millones (¡llegando a nada
menos que $2,439 billones!, un año atrás era de $1,3 billones, o sea, ya casi
se duplicó) la mayor parte de la emisión está “encajada” en los bancos bajo la
forma de encajes pues aumentó $352.600 millones en ese lapso. El resto de la
emisión de pesos está en manos de la gente y los bancos. Dado que la tenencia
de pesos de la gente aumentó en $139.800 millones y la de los bancos en $51.100
millones en lo que va del año. Se tiene así que la base creció en 2020,
punta a punta, un 28,7% mientras el circulante en poder del público lo hizo en
13,8%, el de los bancos en 35,6% y los encajes un 47,5%. Los últimos datos
dan cuenta que el circulante en poder del público asciende ya a $1,15 billones,
el que está en manos de los bancos en $195.600 millones y los depósitos de los
bancos en el BCRA (encajes) a $1,08 billones. Esto a cuenta de lo que se
avecina en materia monetaria, en virtud del creciente déficit fiscal sin ningún
tipo de financiamiento genuino.
Al analizar la
evolución reciente de los agregados monetarios resulta insoslayable el repunte
de la demanda de dinero (tanto M1 como M2, crecen al 80% anual). Pero, claro,
también hay que tener en cuenta que se viene de bajísimos niveles de
monetización, producto de las últimas crisis y saltos inflacionarios. Lo cual,
en realidad, le daba cierto plafón al BCRA al asumir el Gobierno de Fernández
para emitir, algo más. Pero la pandemia y sus efectos colaterales impusieron
otra realidad más allá de las especulaciones monetarias de la academia y el
mercado. Entre el ánimo mellado por la crisis, el encierro cuarentenador y el
miedo a lo desconocido, la demanda de circulante creció fuerte, en particular
entre las familias y empresas. Solo basta con señalar que en marzo el efectivo
en manos de la gente creció $45.100 millones (un 4,5%) y en lo que va de abril
$97.300 millones ( 9,2%) mientras que la base lo hizo en $575.900 millones
( 33,6%) y $146.800 millones ( 6,4%) respectivamente.
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