Por Juan Strasnoy
Peyre - Pese a que la dura oferta oficial de canje de deuda superó
las expectativas previas del mercado e hizo rebotar a los bonos soberanos, tal
como era de esperarse los grandes
fondos salieron a la carga. Los tres principales grupos de tenedores de
los bonos a reestructurar rechazaron
la propuesta y reclamaron una menor quita. Sin acuerdo a la vista y
como parte de la pulseada, la presentación formal del Gobierno que publicó este
lunes la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC) buscó mostrar que se trata
de la versión definitiva: planteó que si no hay acuerdo rápido, hay grandes
chances de default.
Tres grupos de
bonistas con presunto poder veto, ya que juntos superarían el 25% de las tenencias que se necesita para
bloquear, se alinearon para repudiar el canje ofertado. Se trata
del Comité de Acreedores de Argentina, que encabeza
Greylock Capital y que en el primer tramo de la negociación se había mostrado
más dialógico; del Grupo de Titulares de Bonos del Canje, liderado por Monarch
y asesorados por Dennis Hranitzky,
el abogado de los fondos buitres famoso por impulsar el embargo a la
fragata Libertad en
2012; y de un tercer nucleamiento conformado por varios de los mayores fondos
de inversión del mundo: Blackrock, Fidelity, Ashmore y Alliance Bernstein,
entre otros.
"Buscan
colocar una parte desproporcionada de los esfuerzos de ajuste a largo plazo de
la Argentina sobre
los hombros de los tenedores de bonos internacionales", señaló el
comunicado de este último grupo. Justamente un ejecutivo de Blackrock, el
mexicano Gerardo Rodríguez, se había retirado con amenazas de una de las
últimas videoconferencias organizadas por Guzmán antes de lanzar la
oferta, como reveló este diario.
Son los chispazos
propios de una multimillonaria negociación. "Es parte del bombardeo del mercado cuando se encara una negociación.
El deudor pone una oferta que suele
ser agresiva y el acreedor rechaza para obtener mejores términos",
explicó Gustavo Neffa,
director de Research for Traders.
La presentación que
hizo el Gobierno ante la SEC en la que formalizó su propuesta de quita del 62%
en los intereses y del 5,4% en el capital más un período de gracia de tres
años, buscó transmitir inflexibilidad. Bajo el precepto de que "el límite
de lo que Argentina puede
pagar es la oferta", como afirmó Guzmán la semana pasada, el documento
firmado por el secretario de Finanzas, Diego Bastourre, aseguró que si no hay un acuerdo rápido, existe un "riesgo significativo de
default, lo que perjudicaría aún más el valor de los títulos de deuda
pendientes". También advirtió a los bonistas que, para quienes no adhieran
a la propuesta, las ofertas alternativas "podrían ser menos favorables que
los ofrecidos en la invitación".
De fondo, el argumento oficial es que el país ya está
en un virtual default por lo que el plan económico no contempla el
acceso a los mercados durante varios años.
Además, el texto
deslizó qe el Gobierno no pagará
el vencimiento de USD503 millones de este miércoles, como se preveía,
por lo que el límite para ver si habrá o no cesación de pago será el 22 de
mayo. Así, pese a mostrarse inflexible, Guzmán se guardó casi dos semanas de
negociación entre el fin del plazo de 20 días para la aceptación de la oferta y
el deadline.
Con todo, predomina
en el mercado la expectativa de que habrá una segunda oferta con algún
"endulzante". Por eso, los
bonos volvieron a subir este lunes, aunque a un ritmo menor que el
viernes.
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