El prospecto para la oferta de deuda presentando en la SEC,
la comisión de valores de los Estados Unidos, comienza con un sinceramiento: el
país “podría incumplir futuros pagos de intereses de deuda y puede tener que
recurrir a financiamiento adicional del mercado doméstico e internacional. Si
se incumplen los pagos, “puede no tener acceso a esos mercados o fuentes de
financiamiento y puede requerirse reestructurar la deuda, impactando
negativamente en el valor de mercado y liquidez de los títulos”. La información
provista al regulador bursátil por el secretario de Finanzas Diego Bastourre,
bajo el ala de Martín Guzmán, marca que el Gobierno analizó el impacto de
la deuda con el Fondo Monetario Internacional, que consideró que la deuda no
era sustentable. También advierte que las medidas implementadas hasta ahora
para hacer frente al coronavirus “resultaron en una desaceleración de la
actividad económica que afectará negativamente el crecimiento en 2020 y 2021”,
aunque señalan que todavía no se puede establecer la magnitud. El
texto que enumera los "desarrollos recientes" y que ingresó hoy
al regulador bursátil recuerda que “La República defaulteó y reestructuró deuda
externa y doméstica y tiene acceso restringido al financiamiento”. Y si no hay
acuerdo con los bonistas, “el riesgo de refinanciamiento es alto”. Qué es
el default técnico y cómo afecta a la economía local El 5 de abril se reperfilaron
el capital y los intereses de la deuda emitida en dólares pero bajo ley
argetina, recuerda también la presentación del Ministerio de Economía. “Si la
invitación (a reestructurar deuda) no se completa, La República no puede
predecir cuándo o si será posible implementar un programa de manejo de deuda
exitoso”, advierte la presentación ante la comisión de valores. “No hay
certezas de que se pueda obtener financiamiento”, es el mensaje del ministro
Guzmán a los acreedores que, por ahora, no aceptaron la oferta. Ayer el grupo
de Acreedores de Argentina rechazó la oferta y hoy hizo lo propio el grupo de
titulares de bonos de los canjes de 2005 y 2010, integrado por Monarch, HBK
Capital Management, Cyrus Capital Partners LP y VR Capital Group Ltd y asesorado
por Dennis Hranitzky, un ex abogado del fondo Elliott Management, de Paul
Singer, quien encabezó los litigios contra la Argentina en los tribunales de
Nueva York. Tampoco hay certezas de que la calificación argentina pueda
mejorar. Los títulos de deuda pública del país son de alto riesgo. “Invertir en
un país en desarrollo implica riesgos inherentes”, remarca el prospecto. Pueden
ser políticos, sociales y económicos, desde factores externos a políticas
monetarias y fiscales inconsistentes, alta inflación, cambios bruscos en la
valuación de la moneda, tensiones sociales, políticas, shocks comerciales y
pandemias. Crecimiento. Si la economía no se recupera y el crecimiento no
acelera, el país no estará en condiciones de cumplir con su deuda de largo
plazo, concede el informe del Palacio de Hacienda. A eso se suma “el desafío
del coronavirus”. “No podemos predecir el impacto en la Argentina pero
anticipamos que el Covid-19 tendrá un efecto adverso significativo en la
economía mundial, lo que impactará negativamente en la Argentina, entre otras
cosas, por la menor demanda de sus exportaciones”. El PBI será negativo en
2020, predice el Gobierno. El déficit fiscal aumentará y deteriorará aún más el
rojo financiero. La principal víctima de un default es el crecimiento económico
También admiten que si la inflación no baja, la economía se verá afectada,
aunque también impactará la posibilidad de pagar la deuda. Para el gasto
público prevé un aumento, con la posibilidad de shocks externos y la caída
de los precios de los principales commodities de exportación, con impacto en la
recaudación. Los controles de capital, en tanto, pueden afectar a la actividad
del sector público mientras que las fluctuaciones del tipo de cambio pueden
erosionar la capacidad de pago. Con todas esas aclaraciones, se da paso a
la propuesta de canje en los términos que se presentaron el jueves pasado: 62%
de quita de intereses, 5% de capital, la emisión de 5 nuevos títulos, en
dólares y euros y la posibilidad de dilatar pagos desde 2030 a 2047.
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