Por Juan Gasalla - Después del
sacudón alcista que registraron las valuaciones alternativas del dólar, es
decir aquellas ajenas al “cepo” cambiario del circuito formal, este viernes la
divisa norteamericana se negoció con cierta estabilidad en todas las
franjas del mercado, excepto el mercado paralelo, donde subió 3
pesos.
En la
plaza mayorista ascendió marginales 12 centavos, a $65,86, en
una rueda en la que las monedas emergentes presentaron escasas variantes. El
dólar en Brasil subió un 0,4%, a 5,25 reales.
Por otra parte,
las cotizaciones alternativas que presenta el dólar en el mercado
doméstico, debido al extendido control de cambios que comenzó el 1° de septiembre
en forma parcial y se profundizó a partir del 28 de octubre del año pasado, se
mantuvieron cerca de los 100 pesos en el cierre de la semana.
El dólar libre o blue,
con mínimos negocios debido al aislamiento social obligatorio,
cerró ofrecido a 103 pesos, con alza de 3 por ciento.
Las paridades
bursátiles, el “contado con liquidación” y el dólar MEP, se transan al
cierre en los 102,66 y los 99,86 pesos, respectivamente.
El Banco
Central implementó a partir de este viernes una serie de
medidas para reducir las operaciones de contado con liquidación y MEP,
muchas apalancadas en el financiamiento con costo mínimo que permitían las tasas de caución, en torno a
10% y negativas en términos reales, en un escenario de sobreabundancia de
liquidez por la expansión monetaria récord.
Este viernes la
tasa de caución a 7 días en pesos rebotaba hacia la zona de 14% anual
tras decisión del BCRA, mientras que a un día sigue cerca del 10 por ciento.
La entidad que
preside Miguel Pesce estableció que los bancos no podrán operar
en cauciones y los grandes exportadores deben elegir si se financian con
cauciones o con créditos, un segmento del mercado que la autoridad monetaria
quiere incentivar, a través del desarme del stock de Letras de Liquidez (Leliq)
y Pases pasivos en tenencia de los bancos.
POR QUÉ EN EL MERCADO SE PAGAN $100 POR
DÓLAR
Los inversores
financieros ya están pagando un dólar por encima de los 100 pesos, implícitos
en la operatoria con acciones y bonos argentinos, que se negocian en simultáneo
en la Argentina y el exterior, y también en el mercado paralelo. En pocas
palabras, la economía nacional completa un ciclo de destrucción de su
moneda, el peso argentino, que desde el colapso de la convertibilidad perdió
el 99% de su valor en menos de dos décadas.
Los analistas
financieros reconocen tres motivos centrales para este repentino
salto del tipo de cambio bursátil, una referencia fehaciente del valor que el
mundo financiero le asigna al peso argentino.
1) EXPLOSIÓN MONETARIA. El excedente de pesos en la plaza financiera, debido a la
amplia expansión monetaria aplicada por el Banco Central para sostener las
necesidades fiscales en el marco de la cuarentena.
La Base
Monetaria creció unos $1.123.000 millones u 87% en el último año, de los
$1.288.954 millones del 8 de abril de 2019 a $2,44 billones el 13 de abril
pasado. Este $1,13 billón de expansión equivale, al tipo de cambio oficial a
unos USD 17.200 millones, aproximadamente 4% del PBI.
Nery Persichini,
gerente de Research de GMA Capital, comentó que “Argentina marcó otro triste
récord: hoy tenemos el peso más débil contra el dólar en 17 años.
Corregido por el Tipo de Cambio Real Bilateral con los EEUU, este dólar
libre de $102,20 es similar al valor de marzo de 2003. Pero por el
cepo -con brecha de 57% versus el oficial-, el sector exportador no lo puede
aprovechar”.
“La ‘maquinita’ del Banco Central empezó
a funcionar a pleno, y es probable que la base monetaria esté superando la
variación del 100 por ciento interanual en el transcurso de estos días”,
advirtió el economista Jorge Vasconcelos, del IERAL de la Fundación
Mediterránea.
En este
punto, Jorge Fedio, analista técnico de Clave Bursátil, advirtió sobre
otro factor expuesto, el del piso de la tasas de caución: “Los bancos no prestan y
la liquidez de la fábrica de emisión descontrolada la volcaron a la
caución, que quedó prácticamente en cero: tocó 2% anual, que es lo mismo,
cuando por los préstamos se arranca diez veces más arriba. El Gobierno se ocupó
de concentrar los poderes y no consulta, opera a destajo con Decretos de
Necesidad y Urgencia. A falta de alternativas, es el billete (verde) el
que se calienta”.
2) TASAS NEGATIVAS. La abundancia de pesos, frente a tasas
de interés en zona negativa, es decir, por debajo de la inflación, impulsa
estos negocios para hacerse de divisas por fuera de las restricciones
cambiarias impuestas en el mercado formal.
El apuro del Banco
Central por recortarlas sas de referencia de las Letras de Liquidez
(LeIiq). El stock de Leliq y Pases pasivos se redujo en casi $500.000
millones en el último mes. Son fondos que por ahora están disponibles
dentro de los bancos, integran la Base Monetaria, pero no están todavía en circulación.
No obstante, pueden empezar a hacerlo y ponerle más presión a la inflación en
la medida en que se inyecten a través de líneas de crédito y también en caso
que se se desarmen depósitos a plazo fijo.
La caída de la tasa
de Leliq tuvo como natural consecuencia la baja de los retornos por
colocaciones a plazo fijo, próximos al 20% anual, cuando se proyecta una
inflación mayor al 40% en doce meses.
Es por eso que el
Central dispuso este jueves que la tasa minorista que ofrecen los
bancos para depósitos inferiores al millón de pesos no podrá ser menor al
70% de las Leliq. Por lo tanto, el porcentaje mínimo del rendimiento de los
plazos fijos deberá ser el 26,6%, ya que la tasa de referencia actual es
del 38 por ciento.
El analista
financiero Christian Buteler refirió que “habría que buscar en
el derrumbe de las tasas uno de los motivos principales de la suba
del dólar libre. El desarme de las Leliq derrumbó la tasa de plazos fijos: hoy
con suerte se puede obtener un 20%, cuando la inflación será el doble. No
es raro que quien tenga pesos se dolarice”.
3) EXPECTATIVAS DE INFLACIÓN. Queda claro que el Banco Central
procura que el tipo de cambio oficial se mueva al ritmo de la inflación
presente, pero para los operadores financieros es la expectativa de
inflación futura la que mueve la demanda de la divisa norteamericana, por
la que se está dispuesto a pagar más de 100 pesos, frente a un dólar mayorista
debajo de los 66 pesos.
La divisa de EEUU
en el circuito formal acumula un incremento de 10% en 2020. En el promedio
de bancos del microcentro porteño el dólar terminó ofrecido al público a
88,35 pesos.
Un aspecto saliente
de esta semana es que la brecha cambiaria entre el dólar mayorista y
el “liqui” otra vez por encima del 50%, es la más amplia desde 2015,
cuando la tensión política y financiera de aquel año electoral potenció la
demanda del dólar “blue” y también a través del canal bursátil, con la vigencia
del anterior “cepo” de la administración de Cristina Kirchner.
Según el
economista Gustavo Ber, “las brechas siguen actuando como los
verdaderos ‘termómetros’ del apetito por la dolarización y, en dicho
sentido, continúan firmes alrededor del 50%, con el dólar MEP y 'contado
con liquidación’ arribando a los $100, al ritmo que crecen las preocupaciones que
tendría la acelerada expansión monetaria”.
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