Por Liliana Franco - El Fondo Monetario Internacional
está “muy atento” a la marcha de la negociación de la deuda externa argentina,
señaló Alejandro Werner director del Departamento del Hemisferio
Occidental del organismo, en el marco de una conferencia de prensa que brindó
esta tarde desde Washington para referirse a la situación de Latinoamérica y
que debió ser interrumpida por problemas técnicos en la comunicación virtual.
Al ser consultado
sobre la situación argentina, el directivo no respondió sobre si el
Fondo podría aportar dinero para facilitar un acuerdo con los acreedores
privados y se limitó a señalar que las autoridades del organismo están
trabajando con el gobierno de Alberto Fernández.
Al respecto recordó
que el FMI publicó un análisis técnico sobre la sustentabilidad de la deuda y que “el
ministro Martín Guzmán anunció que seguiría estos trabajos”.
Precisó que “en la
actualidad el gobierno argentino está concentrado en la parte de manejo de su
deuda, en lanzar su oferta para la reestructuración de la deuda pública y
estamos muy atentos a eso”. Y agregó que “en la parte de contención de la
crisis, hemos visto medidas importantes por el lado de salud pública y también
dentro de los márgenes tan limitados que tiene la República
Argentina, hemos visto una reacción importante para cuidar a las familias
y a las empresas más afectadas”.
Efectos sobre la región
“Mientras la
pandemia continúa propagándose por la región, los países enfrentan la peor
recesión económica desde que se comenzaron a producir estadísticas de cuentas
nacionales los años cincuenta”, señaló.
Werner precisó que
suman 16 los países de Latinoamérica han solicitado ayuda al organismo
multilateral y aseguró que el FMI está “firmemente comprometido a
apoyar a los países miembros”.
“Hasta la fecha,
alrededor de 3.000 personas han fallecido a causa del virus Covid-19 en América
Latina y el Caribe”, comienza el FMI blog donde se analiza la “Política
Económica en América Latina y el Caribe en tiempo de Covid-10.
Para Werner las
condiciones externas a lo que se suman “las muy necesarias medidas de
contención de la pandemia” provocaron una importante caída de la actividad
económica en toda América Latina.
Se estima que este
año se enfrentará una contracción de 5,2% en 2020. Si bien, el FMI calcula una
“una marcada recuperación en 2021” advierte que aun en este escenario de rápida
recuperación, “la región tiene ante sí el espectro de otra «década perdida»
durante 2015–25”.
En el trabajo de 8
páginas resulta llamativo que no hay ni una sola mención a la situación de
Argentina, solo se consignan datos en los cuadros.
Así en materia de
los paquetes de ayuda Argentina destinó menos de dos puntos del
PBI, siendo uno de los países que menos recursos asignó, le siguen
Honduras, Costa Rica, Jamaca, Belize, México y Bahamas.
En sentido
contrario Perú fue el país que afecto casi 12 puntos del PBI, seguido por
Brasil y luego Chile.
Se destaca que la
mayoría de los países de la región han adoptado medidas sanitarias importantes
para contener la propagación del virus, como entre otras, restricción de las
actividades no esenciales. Y, que la prioridad ha sido prepararse para hacer
frente a la peor etapa de la pandemia.
Dado el nivel de
informalidad de la región indica que los países han recurrido a
transferencias directas a los hogares vulnerables (incluida la ampliación
de programas existentes), expansión de los sistemas de seguro de desempleo,
subsidios al empleo, desgravaciones y prórrogas tributarias temporales y
garantías de crédito.
También señala la
dificultad de hacer llegar la asistencia a las empresas más pequeñas y las del
sector informal y recomienda que los países deberían “usar todos los
registros disponibles y métodos posibles para llegar a las empresas más
pequeñas y los trabajadores informales”.
En otro punto,
advierte que la pandemia y la recesión sumada a las ayudas estatales
“provocarán considerables aumentos del déficit público y la deuda”.
En este sentido
afirma Werner que se “tendrán que crear espacio fiscal reduciendo el gasto
no prioritario y mejorando la eficiencia del gasto”.
Una recomendación
llamativa y que podría basarse en el ejemplo de Argentina, aunque no hace
mención, es cuando indica que los países “tendrán que cerciorarse de que las
políticas adoptadas en respuesta a la crisis no sean percibidas como
permanentes para que no se perpetúen y generen distorsiones, en especial la
asistencia focalizada a ciertos sectores”.
Impuestos al
petróleo
Para dotar a los
países de los recursos necesarios, Werner propone que “podría ser apropiado
incrementar la tributación de los productos petroleros en un momento en que los
precios mundiales están en niveles más bajos, siempre que no suban los precios
internos que pagan los consumidores finales”.
Advierte que “los
bancos comerciales pueden mostrarse renuentes a prestar a sectores riesgosos durante
una recesión profunda, de modo que el riesgo de crédito podría mitigarse con
préstamos directos o garantías explícitas proporcionadas por el gobierno”.
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