Por Liliana
Franco - La Argentina se apresta a presentar
una “agresiva” propuesta a los acreedores externos,
de acuerdo con versiones que circularon en fuentes del Palacio de Hacienda y
según surge de las primeras repercusiones sobre estos trascendidos que
recogió Ámbito entre analistas de los fondos que tienen bonos de
la deuda argentina.
En lo esencial, la iniciativa elaborada por el ministro de
Economía, Martín Guzmán, contempla el reconocimiento de 38 a 40
centavos por cada dólar de los títulos soberanos y el no pago de intereses
hasta 2024.
De esta forma, no
se pagarían los cupones por cuatro años. Desde 2024 se ofrecería un
interés de 1% que aumentaría a razón de 0,5% cada año hasta llegar a 4,5% en el
año 2031. Asimismo, se contempla comenzar con la amortización de
capital en 2025.
Como parte de la
estrategia negociadora del gobierno argentino, y
tal como anticipó Ámbito, la decisión oficial sería no pagar el
cupón del bono global que vence el próximo 22 de abril y aprovechar
el período de gracia de 30 días contemplado en la emisión para llegar a un
acuerdo con los acreedores.
Las primeras
reacciones de representantes de bonistas del exterior fueron negativas ya que
se consideran que estas condiciones son “inaceptables”. Desde el exterior
se cuestiona el ofrecimiento, toda vez que evalúan que la paridad de los
bonos no debería estar por debajo de 55 a 60 centavos. Asimismo, es rechazada
la idea de postergar por cuatro años el pago de intereses y por cinco la
amortización de capital. “Con estos plazos es preferible ir a juicio”, señaló
un analista del exterior recordando el éxito que lograron los fondos buitre tan
sólo unos años atrás en su disputa con la Argentina.
En medios del
mercado de cambios explican que el repunte de la cotización del dólar mediante
la operación de contado con liquidación está reflejando esta tensión entre el
gobierno y los acreedores.
Aunque otros
acreedores creen que esta “dura propuesta” es una estrategia para llegar a un
acuerdo más aceptable. Este diagnóstico se basa en que confían en que el
presidente Alberto Fernández “no quiere ir a un default”.
La propuesta
argentina se encuentra en línea con lo señalado por el Fondo Monetario
Internacional en cuanto a que los acreedores privados deben hacer un
esfuerzo sustancial para que el repago de la deuda soberana sea sustentable.
Sin embargo, en medios del gobierno se espera que en las próximas semanas los
acreedores externos desplieguen todo su poder de lobby ante el gobierno de los
Estados Unidos – el principal aportante del FMI – con el propósito de
lograr una mejora en la oferta argentina.
En paralelo, el
gobierno cierra filas en torno de su propuesta. Así, fuentes de la
Casa Rosada anticipan que el presidente Alberto Fernández convocó a
los gobernadores provinciales para mañana en la quinta de Olivos con el
propósito de informar sobre la iniciativa y lograr apoyo político.
Dado que las
diferencias entre la oferta argentina y las expectativas de los acreedores se
presentan distantes, todo indica que en las próximas semanas tendrán lugar
negociaciones tensas que previsiblemente deberían ser resueltas a medida que se
acerque el fin de mayo por las máximas autoridades políticas del país.
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