Por Francisco Jueguen - El Gobierno se apresta
a presentar esta semana, según confirmaron fuentes oficiales a LA NACION esta noche, la oferta de canje a los
bonistas que tienen títulos de deuda emitidos bajo legislación extranjera. No
lo hará en cualquier momento, sino en medio de la reunión de ministros de
Finanzas del G-20 que se hará virtualmente, desde el miércoles, como
consecuencia de la pandemia.
En ese sentido, el
ministro de Economía, Martín Guzmán, aprovechará el impacto que el coronavirus
tiene en la economía y en el contexto político globales para dar a conocer los
detalles de la propuesta con un menú que incluirá quita de capital, intereses
rebajados y un período de gracia para empezar a pagar. Ya lo dijeron a fines de
marzo el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que en un
comunicado conjunto escribieron: "Es imperativo en este momento dar un
sentido global de alivio a los países en desarrollo así como una fuerte señal a
los mercados financieros".
En las próximas
horas (algunas versiones indican que podría ser el miércoles), Guzmán presentará formalmente su oferta ante la Comisión de
Valores de Estados Unidos (la SEC, por sus siglas en inglés). El
movimiento irá en sincronía con el lanzamiento de la oferta a los acreedores,
con los que el ministro mantuvo contactos directos en los últimos quince días,
según supo LA NACION . El saldo de deuda elegible para
reestructurar asciende a US$83.000 millones, según indica el último informe de
Economía presentado por Guzmán, pese a que el decreto 250/20, por el que se
estableció la operación de canje, estimó que alcanzaría los US$68.842.528.826.
En el mercado se
especula con que el Gobierno presentará una oferta hostil, dado que ya dijo que
buscaba una "contribución apreciable" de parte de los acreedores
privados en sintonía con los escenarios propuestos por el FMI, otro importante
acreedor de la Argentina. El organismo que conduce Kristalina Georgieva,
que buscará acordar un nuevo programa con el país que le
asegure la restitución de los US$44.000 desembolsados durante el gobierno de
Mauricio Macri, calculó que el alivio implicaría una
reducción de los pagos que iba de US$55.000 millones a US$85.000 millones en
diez años. Además, incluía un período de gracia de cinco años para el comienzo
de los pagos.
El 6 de abril
pasado, el Ministerio de Economía decidió unilateralmente la postergación del
pago de los bonos en dólares emitidos bajo legislación local hasta el año
próximo. Fueron US$10.000 millones. Los precios de esos bonos se derrumbaron en
los mercados, pero el riesgo país cayó, por el oxígeno fiscal que provocará ese
movimiento para hacer frente a los vencimientos de deuda bajo legislación de
Nueva York, Tokio y Londres. "Esta decisión es parte del plan que trazamos
para restaurar la sostenibilidad de la deuda. Un plan para sentar condiciones
para una Argentina que se desarrolle con inclusión social cuando dejemos atrás
estas durísimas circunstancias del Covid-19", escribió entonces el
ministro de Economía en su cuenta de Twitter.
Unas horas antes,
le dijo a Télam que el Gobierno apunta "a un tratamiento
equitativo para la deuda pública en dólares bajo la ley argentina y bajo las
leyes extranjeras".
"El siguiente
paso para el gobierno argentino será la interrupción de los pagos de
intereses de los bonos globales", que vencen el próximo 22 de abril, analizó
entonces Emmanuel Alvarez Agis, economista cercano al Gobierno, esa misma
mañana a la agencia Bloomberg. Tanto Guzmán como Alberto Fernández habían
anticipado semanas atrás que no podían seguir pagando intereses con reservas,
lo que se había interpretado entre los operadores del mercado como una forma de
presionar a los bonistas para sentarse en la mesa de negociación.
En su último
encuentro con la prensa, Guzmán alegó que podría haber "múltiples
combinaciones" entre períodos de gracia, reducción de cupones, extensiones
de vencimiento, entre otras opciones en las que sumó, por ejemplo, ofrecer
bonos atados a la variación del PBI del país "si los bonistas lo
valoran". No aseguró ni descartó que hubiera o no quitas en el capital
adeudado.
Entonces, el
ministro aseguró que están "mirando la información del mercado" con relación al exit yield para saber
"cuánto le va a costar a la Argentina acceder al mercado de crédito a
tasas sostenibles y converger a tasas más bajas rápidamente". En un
documento publicado esa noche se explayó: "Cualquier exit yield de referencia excesivamente alto
sugiere la necesidad de una combinación más fuerte de cupones más bajos,
períodos de gracia más largos, mayores extensiones de vencimiento o reducciones
en los valores nominales más importantes".
Más adelante, en
ese texto los técnicos incluyeron supuestos de deuda de corto plazo en pesos
(se refinancia anualmente a una tasa de entre 1,2% y 1,5% en términos reales),
nuevos mix de financiamiento a mediano y largo plazo (desde 2027, 40% en pesos
y 60% en moneda extranjera) y supuestos de financiamiento de deuda denominada
en moneda extranjera a mediano y largo plazo (a tasa promedio de 5% en términos
reales a 2034 y de 4,5% a partir de 2035, en instrumentos con vencimientos en
5, 10 y 15 años que se amortizan en tres cuotas).
|