Por Claudio
Zlotnik - Tras la decisión de extender la cuarentena hasta el domingo 26, el
Gobierno cree que esta semana será
crucial en materia económica y social. En términos de asistencia social,
la clave pasará por la acreditación de los $10.000 del Ingreso Familiar de
Emergencia (IFE) a cientos de miles que se inscribieron para tener esa
mínima asistencia del Estado en plena cuarentena.
También comenzará a
definirse la situación de millares de empresas micro y pequeñas que, también,
por las severas restricciones, se ven impedidas de operar.
Para
tener una idea del impacto de la crisis: unas 220.000 Pymes ya pidieron una prórroga de dos
meses en el pago de aportes patronales en apenas 48 horas. Y, como publicó iProfesional, la página web de la AFIP fue
"bombardeada" por más de 100.000 pymes que reclaman auxilio
para pagar los sueldos.
Y a este severo
escenario, solamente comparable con el terremoto económico y social de
2001-2002, hay que agregarle a los micro, pequeños y medianos empresarios que,
desde hoy lunes, se agolparán en los bancos en plan de rescatar los cheques que
quedaron atrapados en las entidades financieras antes del cierre obligado.
Según denuncian las
propias cámaras que agrupan a las Pymes, uno de cada cuatro cheques de esas
empresas fueron rechazados por el quiebre de la cadena de pagos.
"Esta
semana es decisiva. Las empresas están cada vez peor, y la gente muy
angustiada. Durante estos días que vienen, sí o sí tenemos que llegar con la
asistencia a esas pequeñas compañías". Sin disimular su enorme preocupación,
uno de los funcionarios clave del equipo económico comparte su diagnóstico, en
diálogo con iProfesional.
El funcionario
plantea, sin vueltas, los límites que tiene el Estado para afrontar el
escenario. "El Estado no está preparado para estas situaciones límites.
Con excepción de los Estados Unidos, al resto de los países -en mayor o
menor medida- les pasa lo mismo. No existe una automaticidad para
llegar rápido con la asistencia", asegura.
"Y acá, encima
tenemos serios limitantes fiscales", añade.
Esos límites fueron
puestos a prueba la última semana, y seguramente esas tensiones volverán desde
hoy.
La pulseada por las
garantías
Un dato clave que
ilustra ese estrés: en los últimos días, los bancos le comunicaron al titular
del Banco Central, Miguel Pesce, que sólo les prestarían a las Pymes
si el Estado garantizaba la totalidad de esos créditos. En otras
palabras: no estaban dispuestos a correr el riesgo de incrementar su morosidad
en medio de la debacle.
El argumento de los
banqueros es atendible. Lo expresa así el gerente financiero de un banco líder de capital extranjero: "¿Por qué
deberíamos ir a pérdida dándole asistencia a empresas que, sabemos, no podrán
devolver ese dinero en el corto plazo? ¿A qué tasa de interés deberíamos dar
esos préstamos? ¿Y si las compañías quiebran? Nuestros balances se resentirían
y, entonces, nosotros empezaríamos a arriesgar nuestra subsistencia".
Esta situación
obligó al Tesoro a financiar de manera providencial con $35.000 millones
al FOGAR (Fondo de Garantías Argentino), que servirá para garantizar los
préstamos bancarios a las Pymes.
La
idea del Gobierno era que esos $35.000 millones apalancaran créditos totales
por $90.000 millones. Los bancos se negaron: plantearon que sólo otorgarán
líneas exclusivamente por lo que el Estado garantice.
Por
ahora, del total garantizado, los bancos desembolsaron $29.545 millones, con la
línea especial de crédito a micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) a
una tasa de interés anual máxima del 24%, de acuerdo a la información oficial.
En el equipo
económico admiten que habrá sectores a los que esos créditos tardarán en
llegar. Al menos hasta que la Casa Rosada defina si, como reclaman los bancos,
habrá una ampliación de los avales.
Los funcionarios
consultados ponían como ejemplo al sector turístico. Hay empresas pequeñas que,
en medio del boom de argentinos viajando al extranjero, se habían sumado a la
ola. Y que, primero por la devaluación y la aparición del "dólar
turismo", y ahora por la pandemia, corren serios riesgos para subsistir.
"Los bancos no querrán prestarles", afirman voces oficiales.
Según el BCRA, la
línea de financiamiento a MiPyMEs aprobada alcanza "al menos a $220.000
millones", dinero que fue "liberado" de las Leliq.
Sin embargo, la
posición de los bancos privados es que prefieren dejar ese dinero encajado en
el Banco Central (a tasa cero) antes que prestarles a
empresas en problemas.
"El
gran desafío que tenemos es que el dinero llegue esta semana para completar el
pago de los sueldos de marzo. Necesitamos que el lunes 20 (dentro de una
semana), esos sueldos sean acreditados. Tenemos un verdadero test",
insisten desde el equipo económico.
Los funcionarios no
lo admiten todavía, pero por lo bajo dan por cierta la posibilidad de que el
fondo de garantías sea ampliado para el caso de que los banqueros mantengan la
resistencia.
Habrá una fuerte
presión del Banco Central en las próximas horas. Como adelantó iProfesional, Alberto Fernández en persona
se puso al frente de la cruzada: dio la orden de castigar con sanciones a los
bancos que no cumplan con las últimas medidas y no les presten a las pequeñas y
medianas empresas que lo requieran. Le pidió expresamente al titular del Banco Central que prepare acciones contra las entidades
díscolas.
"No puede ser.
Es el único sector que no pone el hombro", lo escucharon decir al jefe de
Estado.
Desde
el Banco Central aseguran: "Vamos a poner en juego todo
el margen que nos da la Carta Orgánica para sancionar a los bancos
incumplidores".
Los reclamos de
pequeños empresarios y de clientes bancarios vienen inundando las redes
sociales. Unos se quejan de que, a pesar de los últimos anuncios, los bancos se
niegan a prestarles dinero en medio de la cuarentena.
A la espera del
salvataje fiscal
Frente a este
panorama, hay voces en el equipo económico que -justamente- reclaman, puertas
adentro, que mejore la gestión del Gobierno. Que se pongan en práctica
"medidas fuertes y audaces" para atender a los más necesitados.
Esos funcionarios
aseguran que, así como el Ejecutivo aparece con determinación para llegar a los
ciudadanos más postergados (con planes sociales, incrementos en la AUH y en las
jubilaciones mínimas y reparto directo de alimentos a través de los intendentes
del conurbano), la misma dirección debe prevalecer hacia las micro y pequeñas
empresas, que dan empleo formal.
Concretamente, y
más allá de las medidas que puedan tomarse con los bancos, en el equipo
económico hay quienes plantean que también la audacia debe llegar al plano
fiscal. Piensan que el ministro Martín Guzmán se comporta muy cauto
ante la gravedad de la crisis.
Lo que está en
juego es, ni más ni menos, sostienen esos funcionarios, es que ante la decisión
política de extender la cuarentena, al Gobierno no le queda otro camino que
respaldar esa determinación con medidas que estén a la altura.
"Después
ya habrá tiempo de analizar cómo seguimos. Cómo hacemos para volver al camino
de la sostenibilidad de largo plazo. Pero ahora, la emergencia obliga a ser contundentes. El peor escenario es si las empresas se quedan en
el camino. Hay que salvarlas como sea", piden.
El debate, como
puede apreciarse, fluye afuera, entre empresarios y trabajadores angustiados,
pero también dentro mismo de los despachos oficiales.
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