Por Jorge Herrera
- Desde que se implementó la cuarentena y hasta el 3 de abril, último dato
disponible, el BCRA fue
neto comprador de divisas en el mercado de cambios
por un total de u$s333 millones. En lo que va del año acumula compras netas por
u$s772 millones y desde la asunción de Alberto Fernandez u$s1.875 millones. Las
reservas brutas así alcanzaron el 3 del corriente a u$s43.650 millones. Si bien
aún no se dispone de información sobre las jornadas previas al feriado de
Semana Santa, es plausible que hayan seguido las compras ya que las reservas
registran un aumento de u$s154 millones al 8 de abril.
El 2020 había
comenzado bien en este aspecto dado que en enero el BCRA compró u$s783
millones, luego de haber comprado u$s1.104 millones netos en diciembre
pos-Macri. Luego los comienzos de la crisis mundial hicieron que en febrero
vendiera u$s260 millones netos. Pero en marzo, ya con la crisis a pleno en el
mundo, se intensificaron las ventas netas, llegando a un máximo, en la previa
de la cuarentena, de u$s109 millones, el día 18. De ahí en más pareció comenzar
“otro mercado”. El juego cambió de nombre.
Lo que faltan son
pesos y “sobran” dólares.
Pese a la lluvia de pesos del BCRA, las tenencias de las familias y empresas,
junto con el efecto cuarentena y todas sus aristas, tanto la gente como las
empresas, sobre todo,pymes necesitan más pesos para afrontar el día a día. A
pesar de que el sector privado es reacio a desprenderse de sus dólares, menos
en medio de una crisis, entre las complicaciones operativas (como la menor
oferta de lugares para realizar cambio de moneda y/o el cierre de bancos) hasta
la sequía de ingresos diarios obligaron a muchos a comenzar un proceso de
“descanutaje”. De modo que lo que esperaba y apostaba el tándem
Sandleris-Cañonero en el BCRA se da unos años más tarde. A comienzos de octubre
2018 este diario explicaba que el Gobierno apostaba al “Plan Canuto”: una
agresiva política monetaria obligaría a los que venían atesorando dólares en
los últimos años a desprenderse de ellos para evitar pagar las altas tasas de
interés que impuso el BCRA. Pero no ocurrió.
Ahora la historia
parece tomar nota, si bien por un factor que escapa a todo análisis preventivo,
lo cierto es que gradualmente, el sector privado pasó a ser oferente neto de
divisas en el mercado de cambios y el BCRA, tímidamente, lo está aprovechando.
Ya que por un lado recompone su posición de reservas líquidas y a su vez
inyecta pesos. Más allá de los debates sobre el impacto futuro de la fuerte
emisión del BCRA, cabe señalar que aún hay un pequeño margen porque el nivel de
monetización y sobre todo la tenencia de circulante es uno de los bajos de las
últimas décadas. De ahí que se esperaba el año pasado cierta recuperación de la
demanda de dinero. Claro que no como “para tirar manteca al techo” como decía
el célebre “Macoco” Álzaga Unzué en sus noche parisinas en Maxims. Por eso se
está viendo en las últimas semanas un fuerte aumento de los agregados
monetarios M1 y M2 crecen al 69% y 76% interanual. El sector privado está
recomponiendo sus tenencias reales de dinero.
Pero la contracara
de las compras de divisas del BCRA es emisión. Poca pero emisión al fin. Es que
pensando en todo lo que tiene que emitir para el Tesoro, en el mercado temen
porque el BCRA tenga que emitir mucho más para comprar los dólares del
superávit comercial. Hasta el momento no había tenido que hacerlo.
Sin embargo, hasta
ahora no son las compras de dólares los protagonistas del tsunami de emisión.
Ya se adelantó que en marzo habían sido precisamente el Tesoro y las Leliq.
Ahora en abril también: hasta el 3 la base monetaria creció $141.411 millones,
de los cuales solo $7.305 M son por compra de dólares, el grueso son Adelantos
al Tesoro $50.000 M, $126.604 M de desarme de Leliq más $20.609 M de intereses.
Esto fue compensado por $83.877 M que el Tesoro dejó en el BCRA más $54.850 M
que los bancos dejaron en Pases.
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