Por Ariel Maciel - El Gobierno le
confirmó a distintos sectores que una
vez finalizada la segunda etapa del aislamiento obligatorio flexibilizará la
cuarentena a sectores que hasta el momento estaban paralizados por
el avance de la pandemia generada por el coronavirus. El objetivo es reactivar de a poco la economía. Habrá bancos, fue la decisión que
alivió a las entidades empresarias, pero también comenzarán a levantarse las
persianas de locales que no concentren masividad y las fábricas trabajarán con
protocolos de distanciamientos par evitar transmisión.
Según pudo saber BAE
Negocios, habrá nuevos
auxilios para que las empresas puedan pagar los salarios y financiar el capital
de trabajo que aliviará el bache que se generó por la falta de
actividad bancaria y la elevación de los cheques rechazados por falta de
fondos. También se pondrán en funcionamiento obras públicas de cercanía, como
lo había adelantado este diario, y también otras de mayor envergadura para
empezar a dinamizar un sector que se encuentra a la deriva.
Fuentes oficiales y del sector privado dieron por hecho una política de desahogo impositivo para las
empresas y comercios que mantengan la dotación de personal durante la crisis.
Y la emisión multiplicada servirá para asistir financieramente a las pymes,
ayudar socialmente a los sectores de menores recursos y llevar agua al desierto
de las cuentas provinciales.
Uno de los sectores a los que apuntalará será a los exportadores, como
la agricultura y otros que hasta el momento se encontraban exceptuados, pero
que tenían eslabones de la cadena productiva parada. "Había algunas producciones esenciales que no
tenían insumos, pero aún cuando elaboraban y entregaban sus productos,
al no haber ventas no cobraban", admitió un referente de la Unión
Industrial Argentina.
La entidad se vio con el presidente Alberto Fernández el viernes pasado y compartieron una
"visión de país industrial". Pero la crisis hizo trastabillar a los planes de reindustrialización.
"Ahora estamos en un plan de guerra. Necesitamos saber cómo hacemos para
llegar a la próxima quincena", confió una fuente de la reunión. Un rato
antes había estado con la Cámara Argentina de Comercio y Servicios para repasar la profunda crisis de un sector que
tiene persianas bajas y costos de operatividad más allá de los
salariales.
Lo cierto es que los empresarios venían advirtiendo dos cosas
fundamentales: la primera, que "los
salarios de marzo se podían pagar porque había habido días de actividad y
recaudación.", pero que "ya nadie piensa en abril sino en la
quincena". "Sin préstamos, no hay supervivencia", alertó una
fuente consultada. La segunda: "si las empresas no pueden pagar o se
comienza con reducciones, hay una crisis social a la vuelta de la esquina
porque la espalda de las empresas es chica, pero la de la gente que cobra un
salario es casi inexistente".
El planteo de las entidades es claro. Respaldaron dos medidas de gran
contundencia de parte del Gobierno: la planificación sanitaria y la asistencia social a los sectores que no
tienen nada. Ahora el problema está en las empresas porque afirman que
"si no hay una ayuda directa, habrá que pensar en auxiliar a más personas
que no van a tener sueldo ni alimentos, y cuando se salga de la cuarentena
tampoco habrá fábricas que poner en funcionamiento", alertaron.
|