Por David Cayón - La pendamia
del coronavirus ya logró básicamente el confinamiento de la mitad de la
población del mundo. Más de 3.000 millones de personas están en sus
casas en busca de protegerse de un enemigo invisible hasta que la ciencia
logra visibilizarlo y controlarlo. Semejante acto histórico tendrá
consecuencias y seguramente generará cambios en la sociedad.
En el caso de la
Argentina ya se puede observar algunos de ellos. Si hay una palabra que
generó urticaria en el mundo de los economistas ortodoxos y de los empresarios
es emisión. La “maquinita” como se la denomina desde hace años no es otra cosa
que la impresión de pesos e inundar la plaza de billetes.
La mayoría de los
países desarrollados ya anunciaron que enfrentarán las consecuencias del freno
de sus economías con una expansión monetaria. Países como los Estados Unidos harán uso de mayores dólares aprovechando
que casi no tienen inflación.
En la Argentina en
donde la emisión no es una novedad, la crisis está haciendo que aquellos
que preferirían ser quemados en la hoguera antes de pronunciarla, están
señalando que es la única salida que se presenta en el corto plazo para lograr
una reactivación del consumo en un mercado que ya venía muy castigado y
que el aislamiento que impuso la pandemia del coronavirus lo dejó en estado de
coma y casi sin respirador.
Un ejemplo es el
economista y ex candidato a presidente, José Luis Espert quien hace
unos días atrás dijo en una reportaje a una señal televisiva que “la recaudación va a caer 8 puntos” y que frente a esa situación “no va a
quedar otra salida que emitir”.
Un trabajo de
Quanton Finanzas destaca: "en lo que va de 2020 y hasta el 27 de marzo
-con apenas siete días de cuarentena- la base monetaria se expandió 17% en
términos nominales. Durante enero y febrero de este año, el BCRA contrajo la
oferta de base siguiendo el ciclo. En marzo, como reacción a los efectos de la
pandemia COVID-19, está expandiendo significativamente la oferta y hay razones
para pensar que esto probablemente continúe y se acelere”.
La contracción de
la base monetaria en los primeros dos meses del año fue de $180.000 millones.
En marzo hubo una expansión de $500.000 millones, explicado por $205.000
millones para asistir al Tesoro; $300.000 millones por reducción de Leliqs para
que los bancos tuvieran liquidez para prestar al sector privado y el resto por
el pago de intereses de pasivos del BCRA.
Para el
economista Matías Carugati, director ejecutivo de la consultora Seido “es
cierto que ahora hay mucha gente que está teniendo una opinión favoable
respecto de que la emisión monetaria no es tan mala, pero hay que verlo en un
contexto en donde pasan varias cosas: la recaudación está cayendo fuerte,
el gobierno va a gastar más de lo que estaba pensado o presupuestado por el
impacto del coronavirus y el déficit fiscal va a ser más importante de lo
que se había pensando inicialmente, no sería raro ver un déficit primario de
cinco puntos para este año. Es en ese contexto en donde lo que hay que resolver
es cómo se financia. Tomar deuda para financiar esa cantidad, incluso
cuando Martín Guzmán logre una renegociación exitosa de la deuda,
sería muy raro que pueda financiar cinco puntos del PBI de déficit primario y
frente a esto la emisión es la única salida".
Para Carugati el
problema que se puede presentar de emitir 5% del PBI o más si el BCRA empieza a
comprar dólares, no va a ser en el corto plazo. “No creemos que la emisión
para financiar al Tesoro vaya ser un problema en el corto plazo, porque todo lo
que el gobierno emita va a terminar como liquidez bancaria. No creemos que se
vaya a ir a los agregados monetarios más amplios porque no vamos a tener
créditos, en ese sentido, hay un margen extra más allá del cepo para empujar un
poco la oferta de dinero, más el extra que impone la situación particular del
coronavirus”.
“El asunto a
definir va a ser que pase una vez que salgamos de esta situación anómala de
la cuarentena, ese va a ser el verdadero problema porque el Banco Central va a
tener que decidir que hace con todo ese exceso que va a imprimir en los
próximos meses cuando la economía empiece a normalizarse. No hay que ponerse
mal, y es hasta la herramienta que hay que utilizar”, finalizó
El ex presidente
del Banco Central de la gestión de Cambiemos, Guido Sandleris, dijo
hace unos pocos días atrás que entendía que este era “el momento de financiar
el Tesoro via emisión monetaria”, aunque pidió prudencia porque pasar un límite
puede ser muy complejo.
Pero no solo los
economistas, los empresarios que históricamente pidieron prudencia y un mejor
manejo de la emisión, hoy le dicen al Gobierno que tome ese camino. Y así se lo
hicieron saber ayer en el encuentro entre empresarios y el presidente Alberto
Fernández en la Quinta de Olivos.
Uno de los
reclamos, posiciones, que llevaron los hombres de negocios de la Cámara
Argentina de Comercio es que se emita dinero. Los empresarios llevaron el
ejemplo de los Estados Unidos y de Francia y le pidieron a Fernández que el
Banco Central utilice “todas las herramientas disponibles, incluyendo la
monetización”.
Hasta desde
sectores desde donde históricamente han avitado tener definiciones tajantes
respecto de las políticas económicas de los gobiernos miran la “maquinata” y la
señalan como una de las posibles salidas.
En medio de un
crecimiento de la pobreza que se profundizaría con el parate del
coronavirus, Agustín Salvia del Observatorio de la Deuda Social de la UCA dijo
que la emisión “será necesaria” para poder salir de una situación “muy
crítica”. El especialista fue lapidario al señalar que “tantas veces se emitió
para financiar el déficit, hoy es necesario para poder reactivar la economía,
en especial la economía social”.
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