Por Mariano Martín - El Gobierno destinará unos 35 mil millones de pesos para subsidiar parte
de la nómina salarial de las empresas afectadas por la cuarentena. Lo hará a
través de un sistema que intentará resolver de manera inmediata los pedidos
para liquidar sueldos de este mes (a pagar los primeros días de mayo) plasmado
en el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 332, publicado ayer en el Boletín
Oficial y adelantado de manera integral por este diario.
Entre
ese programa y el freno por decreto a los despidos y las suspensiones por 60
días, resuelto anoche a última hora, el Ejecutivo espera prevenir una sangría
en el mercado laboral. La distribución de los beneficios estará a cargo de un
comité especialmente organizado para evaluar caso por caso y que integrarán
funcionarios del Gabinete económico.
En el
equipo de Alberto Fernández admiten que deberán afrontar un aluvión
inédito en la historia argentina de pedidos para ser incorporados al denominado
plan de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) por parte de compañías
pyme y también grandes imposibilitadas de afrontar el pago completo de los
salarios como consecuencia de la cuarentena obligatoria resuelta por el
Ejecutivo como mecanismo de contención de la pandemia del coronavirus. El
programa contempla para firmas de menos de 25 empleados el pago a cargo del
Estado de una asignación de hasta un salario mínimo, vital y móvil (SMVyM, hoy
en 16.875 pesos) por cada uno, y otros mecanismos como un Repro reforzado para
empresas de mayor magnitud y reducción drástica de las contribuciones
patronales.
Para
abordar la previsible demanda extraordinaria de ayuda ayer se reunieron el jefe
de Gabinete, Santiago Cafiero, y la vicejefa, Cecilia Todesca, con
los ministros de Economía, Martín Guzmán; de Trabajo, Claudio Moroni,
y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y los titulares de la
AFIP, Mercedes Marcó del Pont y del Banco Central, Miguel Pesce.
Esas áreas y la Anses formarán un comité, coordinado por la Jefatura de
Gabinete, que tendrá a su cargo analizar los pedidos de asistencia mediante un
sistema de evaluación y aprobación acelerado, denominado “fast track”.
Según
los instrumentos contemplados en el DNU será la división de tareas: la
Anses encabezará los trámites para el pago de la denominada “asignación
complementaria al salario” de hasta un SMVyM por cada empleado, y con valores
decrecientes según el volumen del empleador; del 75% por trabajador para las de
entre 26 y 60 asalariados, y del 50% para las de entre 61 y 100. En tanto
que el manejo de los Repro reforzados, de entre 6 mil y 10 mil pesos por
cada trabajador para empresas con más de 100 empleados, seguirá en cabeza del
Ministerio de Trabajo.
La
AFIP, por su parte, conducirá los trámites relacionados con la reducción de hasta
95% de las contribuciones patronales de abril así como la reprogramación de los
vencimientos de ese tributo. En el diseño del comité está previsto que el
pronto despacho de expedientes priorizará los casos de empresas con menos de 25
empleados por sobre las compañías de mayor magnitud.
Los
alcances del programa eran hasta ayer difusos. Aunque el presupuesto calculado
de arranque oscilaba los 35 mil millones de pesos, en el Ejecutivo había dudas
acerca de cuántas empresas y trabajadores podrían ser alcanzados por los
beneficios. Por lo pronto, los funcionarios a cargo de la ejecución de los
planes recordaron ayer que las restricciones a la circulación alcanzan al 90%
de la población y que de unos 6 millones de trabajadores que se desempeñan en
el sector formal de la economía, unos 5 millones permanecen en sus casas
mientras cumplen la cuarentena u poco más de un millón está alcanzado por las
excepciones previstas en el decreto de aislamiento social por desempeñar tareas
esenciales.
Otra
de las medidas, el aumento del seguro por desempleo del rango actual, que va de
$1.875 a 3.000 pesos, a un mínimo de 6 mil y un máximo de 10 mil pesos,
continuará como hasta ahora a cargo de la Anses con la cobertura de unas 120
mil personas.
Entre
hoy y mañana el Gobierno prevé tener lista la reglamentación del DNU 332 con el
sistema de evaluación de expedientes y tramitación de subsidios. Esa
expectativa puede chocar contra un obstáculo de coyuntura: el colapso de las
redes. Sobre este punto, en la tarde del martes el Gabinete tenía resuelto
publicar en simultáneo ese decreto y el que frenó despidos y suspensiones hasta
fin de mayo pero la segunda norma debió esperar hasta la tarde de ayer por la
caída del sistema de Gestión Documental Electrónica (GDE) con el que opera la
administración pública desde las casas de cada funcionario.
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