Argentina llegó a
superar holgadamente los 2.000 puntos de riesgo país en los últimos meses,
y y surge la pregunta respecto a qué significa y cómo afecta nuestra
economía que este indicador se ubique en ese nivel.
El riesgo
país comenzó a utilizarse desde principios de la década del ´90 como
referencia para determinar el grado de peligro de que no se paguen las deudas
que hay en las distintas economías del mundo.
Esta referencia es elaborada por el banco de
inversión JP Morgan Chase bajo
la denominación de Embi (Emerging Bond Index Plus, o en
castellano, Indicador de Bonos de Mercados Emergentes), que mide cuál es la diferencia entre el rendimiento que
tiene un bono a determinado plazo de un país como Argentina, Brasil o de algún
otro país en vías de desarrollo, con respecto a un bono del Tesoro de Estados
Unidos, que son los que tienen menos riesgo de que no se vaya a pagar.
Es decir, su
objetivo es medir el diferencial de tasas de interés de los bonos de
determinados países con uno del Tesoro de los EE. UU. de igual plazo.
En la práctica, a
nivel local, establece cuánto más paga el título argentino por encima de los
bonos del Tesoro estadounidense. Esto es para el inversor una medida
del riesgo de default de la deuda soberana.
Los bonos que se
toman en cuenta deben ser en dólares, bajo ley de EE. UU., con emisiones
superiores a los u$s500 millones, y con una vida promedio de más de 2,5 años.
En el caso de
Argentina, el JP Morgan toma como referencia al Par y al Discount en
dólares, bajo legislación externa, y los bonos emitidos para el pago
de la deuda con los fondos buitre, a 10 años de plazo, como por ejemplo el
Bonar 2024.
¿Cómo influye la
tasa de interés en el Riesgo País?
En cuanto a
la tasa de interés o rendimiento del bono que se toma en cuenta para el
cálculo, es la que surge de comparar el precio actual del papel versus el flujo
de fondos futuros, incluyendo el pago de intereses y la devolución del capital
invertido y no se la debe confundir con la que se fija en las condiciones de
emisión del bono.
Así, por
ejemplo, si el conjunto de bonos
argentinos que conforman la canasta del Embi tiene un rendimiento del 10% y el
su par del Tesoro de EE.UU. paga el 2,5%, el riesgo país será del 7,5% o en su
acepción financiera de 750 puntos básicos (p.b.), debido a que un punto
porcentual equivale a 100 puntos básicos.
En resumen, el
riesgo país no se mide en porcentajes, sino en puntos básicos. Así, si el
riesgo país de un país es de 200 p.b., esto significa que un bono de este país
tiene que pagar una tasa de interés
2% por encima de la tasa de interés
que pagan los bonos de Estados Unidos.
Por lo
tanto, los bonos más riesgosos pagan un interés más alto, por lo tanto el
spread de estos bonos respecto a los bonos del Tesoro de Estados Unidos es
mayor. Esto implica que el mayor rendimiento que tiene un bono riesgoso es la
compensación por existir una probabilidad de incumplimiento.
En la práctica, el
valor que toma el riesgo país es importante para los gobiernos que emiten
deudas, pero también para las empresas que quieren pedir un préstamo en el
exterior. Y también es una referencia que impacta directamente en los créditos
que se brindan internamente en la misma nación para las líneas crediticias que
solicitan sus ciudadanos para comprar, por ejemplo, una vivienda.
Al evaluar el
riesgo país de Argentina registrado a comienzos de marzo, que se ubicaba
en los 2.300 puntos básicos, se puede concluir que es uno de los más
elevados no sólo de la región, sino del mundo.
En Latinoamérica sólo es superado, y por lejos, por Venezuela, que registra un
nivel de 12.400 puntos básicos.
De todas formas, el riesgo país de Argentina es más alto que los 1.700 p.b. de
Ecuador. Pero la distancia de estas naciones respecto al resto de la región es
notable, ya que la media es de 390 p.b., muy similar al promedio mundial, que
es de 350 puntos básicos.
En cuanto a los mejores países posicionados de América Latina se ubican
Perú (149 p.b.), Panamá (157 p.b.), Chile (180 p.b.) y Uruguay, con 186 puntos
básicos.
El Riesgo País en la historia argentina
En cuanto a la
propia historia de Argentina en materia de riesgo país, es interesante repasar
lo sucedido a partir de 1999 y hasta la actualidad.
En
estos últimos más de 20 años el promedio de riesgo país rondó los 1.600 puntos
básicos, con un mínimo de 185 puntos básicos en el gobierno de Néstor Kirchner
y un máximo de 7.220 p.b. tras declararse el default en 2002.
Entre 2007 y 2011,
es decir durante la primera presidencia de Cristina Kirchner, el promedio
fue de 851 p.b. con un mínimo de 357 p.b. y un máximo de casi 1.970 p.b., y en
su segundo mandato la media se mantuvo, con extremos, entre 466 p.b. y de 1.348
puntos básicos.
Mauricio Macri, por
su parte, inició su gobierno con un riesgo de 500 p.b., que luego descendió
sensiblemente hasta los 346 p.b. a fines de 2017, precisamente el día anterior
al fatídico 28D, cuando el Gobierno anunció el cambio de metas inflacionarias
para 2018.
Si bien este nivel
comenzó a trepar en forma muy tenue y pausada, el primer salto significativo lo
dio en otro día clave: aquel en el que entró en vigencia el Impuesto a la Renta
Financiera para inversores extranjeros, que fue el puntapié inicial de una
masiva venta de bonos en dólares.
En la medida que la
oferta superaba ampliamente a la demanda el precio bajaba y por lo tanto el
rendimiento aumentaba y ello daba como
resultado natural un aumento del riesgo país.
En
definitiva, en diciembre de 2019, Macri dejó su Gobierno con un riesgo
país cercano a los 2.100 puntos.
Alberto Fernández
empezó su mandato con un nivel mínimo que llegó a un nivel cercano a los 1.700
p.b. y, luego, con la incertidumbre sobre la renegociación de la deuda externa
con los tenedores de bonos privados llegó a superar los 2.300 puntos básicos.
¿Cómo afecta el
Riesgo País a nuestra economía?
Para cualquier
nación, tener un riesgo país alto no sólo
influye en considerar su posible nivel elevado de peligro en incumplir una
deuda, sino que también puede repercutir negativamente en la
llegada de inversiones a largo plazo, clave para realizar obras.
Además, complica
las necesidades de financiamiento de un país, porque restringe las
posibilidades de obtener créditos internacionales y, a su vez, acrecienta
notoriamente su costo en base a la tasa resultante al riesgo país que refleja.
"El riesgo
país es todo riesgo inherente a operaciones transnacionales y, en particular, a
las financiaciones desde un país a otro. La importancia de tener en cuenta el
riesgo país, en las operaciones crediticias, creció rápidamente con el
desarrollo del comercio exterior, de las compañías multinacionales y, sobre
todo, de las operaciones bancarias internacionales", resume un informe de
Rava.
Para agregar que
los banqueros descubrieron que financiar a los clientes en otros países
significa enfrentar una serie de problemas nuevos y distintos. Por eso, deben
estudiar las características políticas, económicas, sociales e incluso
psicológicas de los países con los que intenta establecer relaciones. Asimismo
deben estudiar los aspectos legales y fiscales existentes en otras naciones.
"El
peligro más común de operaciones de crédito transnacional surge de la
posibilidad de que el deudor extranjero, en el momento del vencimiento de las
transacciones, le sea imposible, por razones reglamentarias u otras fuera de su
control o responsabilidad, transferir al prestamista los fondos
correspondientes",
completa el informe de Rava.
En vista de esto,
el término a veces se considera erróneamente sinónimo de riesgo de
transferencia. Este último, sin embargo, se refiere tan sólo a uno de los
aspectos del riesgo país. El concepto general incluye otros riesgos, como los
de expropiación y de nacionalización.
El riesgo país se
entiende que está relacionado con la eventualidad de que un estado
soberano se vea imposibilitado o incapacitado de cumplir con sus
obligaciones con algún agente extranjero, por razones fuera de los riesgos
usuales que surgen de cualquier relación crediticia.
También un riesgo país elevado afecta a las posibilidades y acceso al financiamiento
de las empresas privadas.
"El riesgo país, de algún modo, determina el nivel de tasas que hay en la
economía. Además del riesgo país también podés tener el riesgo
empresarial, que se supone es mayor al riesgo país. Entonces, normalmente una
empresa que se quiere endeudar va a tener que pagar tasa libre de
riesgo más la prima de riesgo país más la prima de riesgo de la empresa. Lo
normal es que una empresa sea más riesgosa que un país", dice
a iProfesional José Ignacio Bano, Gerente de Research de InvertirOnline.
Para agregar que
las tasas más altas hacen que los préstamos sean más caros,
entonces "menos proyectos son rentables. Como hay menos
proyectos rentables, se hacen menos proyectos, hay menos actividad y crece
menos la economía. Eso pasa cuando suben las tasas y lo
contrario cuando bajan".
En Argentina, finaliza Bano, cualquier valor de riesgo país arriba de 1000
puntos, "a los fines prácticos ya da más o menos lo mismo. Está bueno que
baje de 2.500 a 2.200, porque es una señal que la economía va mejorando, pero a
los fines prácticos está fuera del mercado, nadie emite
deuda con más de 1.000 puntos de riesgo país".
Con lo
cual, para lo que es Argentina, "hace rato estamos fuera del mercado,
hace un año y pico cuando el riesgo país cruzó los mil puntos".
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