Por Fernando Meaños - El Banco Central de la República Argentina
(BCRA) solicitó al Banco Central de China la renovación del swap de monedas
vigente entre ambas entidades por 130.000 millones de yuanes, una cifra
equivalente a USD 18.600 millones. De esa manera, el BCRA conseguirá sostener
el stock de sus reservas brutas, del que el swap representa un 41%, y
asegurarse una herramienta para intervenir en el mercado cambiario si las
condiciones de mercado así lo requiriesen.
Si bien las
negociaciones para cerrar esta clase de acuerdos suelen seguir ciertos pasos
formales que aún deben cumplirse, fuentes calificadas aseguraron que China no
pondrá objeciones para la renovación del acuerdo que vence a medidados de este
año y que la renovación se hará por el mismo monto del acuerdo actual. La
incertidumbre financiera internacional desatada por la pandemia del
coronavirus, pese a tener a China como uno de sus grandes protagonistas, no
generará obstáculos.
No obstante, los
encuentros personales entre las cúpulas de ambos bancos centrales están en un
impasse, dado que las cumbres financieras donde suelen ocurrir esta clase de
contactos están suspendidas. La asamblea de primavera del FMI y del Banco Mundial que debía realizarse
en Washington entre el 17 y el 19 de abril, fue reconvertida a un formato
virtual. En la reunión para banqueros centrales y ministros de
Hacienda del G-20, realizada el 22 de febrero en Riad, Arabia Saudita, estuvo
presente el titular del BCRA, Miguel Pesce, pero no así su par del Banco
Central chino, Yi Gang, quien faltó a la cita ante los problemas causados
por el coronavirus en su país.
Más allá de la
coyuntura financiera, el Banco Central de China mantiene su interés es
establecer swaps con otros bancos centrales, a los efectos de consolidar el
proceso para internacionalizar su moneda y que, de ese modo, el yuan se
transforme en una divisa de reserva de valor a nivel global. También tiene como
objetivo facilitar sus operaciones de comercio exterior.
Con ese fin, ya
cerró acuerdos de este tipo con más de 30 bancos centrales a lo largo del
mundo, incluyendo países como Rusia, Canadá, Sudáfrica o Hong Kong. Tiene
también un swap con el Banco Central Europeo por el equivalente a 45.000
millones de euros. En América Latina, además de la Argentina, el Banco Central
de China mantiene swaps de monedas con Brasil y Chile.
Si las reservas
brutas del Banco Central cerraron ayer en USD 44.775 millones, resulta evidente
la importancia que este swap por USD 18.600 implica desde el punto de vista
argentino. Con escasez de dólares, los mercados cerrados y el complejo proceso
de la reestructuración de la deuda por delante, sostener su nivel de reservas
es esencial.
Por otra parte, el
swap es un intercambio de monedas. No funciona como un préstamo, pero puede
transformarse en dólares tangibles para operar ante una crisis cambiaria. Su
gran ventaja es que genera costos únicamente cuando es “ejecutado”, es decir,
si la Argentina le pide a China canjear una parte de los yuanes por dólares. En
ese caso, pagará la tasa Shaibor (tasa promedio de los bancos de Shangai) que
hoy ronda el 3%, más un plus de 4%. Por lo tanto, si en algún momento el
BCRA decide “ejecutar” el swap, pagará un 7% de interés; mientras no lo
utilice, no pagará nada.
El BCRA “ejecutó”
el swap en diciembre de 2015, para incrementar su “poder de fuego” en el
mercado de cambios ante la salida de las restricciones cambiarias en el
comienzo del gobierno de Cambiemos. En ese momento, las reservas brutas no
variaron pero recibió USD 3.086 millones para mejorar su liquidez, devueltos
con posterioridad.
El primer swap de
reservas entre los bancos centrales de la Argentina y China fue firmado en 2009
por un plazo de tres años, bajo la presidencia del BCRA de Martín Redrado.
Ese acuerdo venció sin ser renovado. En 2014, para paliar la caída de reservas,
el entonces titular del BCRA, Juan Carlos Fábrega, cerró un nuevo acuerdo
que luego, con distintas variaciones, fue incrementándose hasta llegar a los
USD 18.600 millones actuales.
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