En modo pánico por
el derrumbe generalizado en las plazas globales ante la propagación del coronavirus y el
desplome en los precios del petróleo, la bolsa porteña sufría una de sus
mayores caídas diarias de los últimos tiempos: perdía un 10,7% este lunes, con
acciones como YPF que
se hundían más de 16%.
El índice
accionario líder S&P Merval caída a 31.422,05 unidades, golpeado por la
merma en papeles del segmento energético y financiero. En el inicio de la
jornada, el panel líder llegó a anotar una baja superior al 13%.
"Estamos
viendo un pánico", dijo Gabriel Zelpo, director de la consultora
económica Seido de Buenos Aires.
Junto con la
estrepitosa caída de los papeles de YPF, además, las acciones de Comercial
del Plata y de Banco Macro cedían un 13,2%; las de BBVA perdían un 13%; al
igual que las de Galicia, entre los principales retrocesos del día.
"Es la crisis
del precio del petróleo además de la crisis del coronavirus, y no hay certeza
sobre la magnitud de la crisis y cómo afectará a las empresas", dijo la
consultora Elypsis. "Los mercados están en una posición defensiva,
alejándose de cualquier activo riesgoso, y nosotros somos uno de los más
riesgosos", sostuvo.
Para colmo de
males, este fin de semana, se confirmó en el país la muerte de un paciente
diagnosticado con coronavirus, la primera víctima fatal relacionada con el
virus en América Latina, lo que suma más dramatismo al mercado local.
"El
coronavirus ha desconfigurado el mapa mundial. Cuando se pensaba que el brote
estaba contenido en Asia, y el impacto económico sería de corto plazo, su
propagación fuera de China provocó altos niveles de volatilidad",
indicaron analistas de Portfolio Personal Inversiones.
Por su parte, Pablo
Castagna, director Wealth Management de Balanz sostuvo a Ámbito que "el
mundo está muy preocupado por los avances del virus y su efecto económico sobra
la economía real". "Los inversores están mirando cómo se están
complicando los números de las empresas y obviamente se van a ver reflejados en
los próximos balances, generando ventas masivas en las principales bolsas del
mundo".
En Brasil, la bolsa
de San Pablo cae más del 11%. A su vez, los principales mercados europeos se
hundieron hasta más de 11%. Para muchas se trató de su peor desempeño en
más de una década. En Milán, capital financiera de Italia aislada
para intentar frenar la epidemia, el índice perdió 11,2%; el CAC-40 de
París, un 8,3%, el Ibex-35 español un 8%; el Dax de Fráncfort, un 7,9%; y el
FTSE-100 de Londres, un 7,7%.
Wall Street, en
tanto, abrió con fuertes pérdidas, lo que llevó a una suspensión de los
intercambios por unos 15 minutos. El Dow Jones se hundía un 8,2%; el
Nasdaq bajaba 7,1%; y el S&P 500 cedía 7,9%.
La bolsa de Tokio
también se vio afectada, en particular por el aumento del valor del yen, que
afecta negativamente a las exportaciones, y el Nikkei cerró con una caída del
5,1%, un récord desde febrero de 2018. Las bolsas chinas también
terminaron a la baja, igual que las del Golfo.
En Riad, la bolsa
perdía cerca de un 8% a media jornada y las acciones de Saudi Aramco -la
petrolera nacional saudita que produce 9 millones de barriles al día-
continuaba hundiéndose. En dos días su valorización bursátil perdió
unos 320.000 millones de dólares.
El petróleo sufrió
este lunes una caída de cerca del 30% en Asia, la más importante desde la
Guerra del Golfo de 1991, consecuencia de la decisión de Arabia Saudita de
rebajar drásticamente sus precios tras el fracaso la semana pasada de sus
negociaciones con Rusia.
Bonos y riesgo país
El riesgo país de
Argentina, medido por el banco JP Morgan, se disparaba 335 unidades a 2.761
puntos básicos, tras alcanzar las 2.830 unidades en los primeros minutos de la
jornada.
Este índice cotiza
en los niveles más altos desde junio de 2005, cuando el banco realizó una
modificación en la conformación del índice por una reestructuración de deuda
soberana que llevó adelante Argentina, recordaron operadores.
Mientras
tanto, los principales bonos soberanos en dólares caían hasta 9,1%, en una
plaza oferente en momentos en que el Gobierno impulsa una millonaria
reestructuración de la deuda.
"La
insostenibilidad de la deuda argentina no es consecuencia de su tamaño, sino
reflejo de una incapacidad de pago que combina déficit fiscal, falta de
crecimiento, y falta de acceso a capitales de refinanciación", indicó
Elypsis. La consultora agregó que la falta de acceso a los mercados es
"consecuencia de una historia de defaults recurrentes y de un alto
cociente de dolarización de la deuda, que refleja el fracaso en el desarrollo
de un mercado doméstico en pesos".
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