Por Natalia Vaccarezza - Las
prioridades de Alberto Fernández cambiaron cuando faltan pocos días para
cumplirse los tres meses de Gobierno. En diciembre, el Presidente hablaba de
tres objetivos: la lucha contra el hambre, la deuda y poner en marcha la
economía. Ahora plantea cinco objetivos próximos. En la cabeza del jefe de
Estado hay varios temas. Aprobar las leyes que presentó el domingo: la reforma
judicial, el aborto, y los cambios en hidrocarburos. Para lograr las sanciones
necesita seguir manteniendo la coalición de gobierno con Cristina Kirchner, a quien
le aducen el manejo de algunas decisiones del Gobierno. Esa es más una meta
política. Y por último, anunciar un ambicioso plan de obras públicas. “Será el
próximo paso”, adelantaron fuentes oficiales.
Los primeros 100 días de
gestión son fundamentales para medir el termómetro de las medidas que se
tomaron para frenar la crisis. Sin hacer mención a la herencia recibida, el
Ejecutivo buscará poner en marcha las obras paralizadas, que se estiman en un
60 por ciento. La reactivación de los planes de infraestructura serviránpara
movilizar la economía y generar puestos de trabajo.
En la Casa Rosada hay clima de
esperanza porque todo lo planificado hasta ahora viene ejecutándose de manera
positiva. Dos de los primeros ejes que se fijó el Gobierno están en proceso de
avance. Hay una satisfacción por la puesta en marcha de los programas para
contener a los sectores más afectados por la crisis con la implementación de
una batería de “medidas urgentes”.
Entre ellas se enumeran al
incremento del salario mínimo del sector privado, la suba salarial de 4000
pesos a los estatales, el bono de emergencia de 5000 pesos, la doble
indemnización en caso de despidos, el relanzamiento de Precios Cuidados, la
renovación del “Ahora 12”, el congelamiento de las tarifas de los servicios
públicos y combustibles, el aumento a las jubilaciones mínimas, y la
distribución de la tarjeta Alimentar. Todas estas medidas apuntan a mejorar la
situación de los sectores más golpeados por la situación económica. En paralelo
enfrentar la pelea por los precios.
En Balcarce 50 esperan mejores
números de inflación con una tendencia a la desaceleración en febrero. “Creemos
que este año vamos a estar entre 24 y 25 por ciento de inflación”, pronosticó
un funcionario con despacho en la Rosada. “Vamos a bajar al índice a la mitad
de lo que lo dejó Macri”, festejó al resaltar el 54% con el que cerró 2019.
En cuanto a la deuda, existe
un sentimiento de alivio por el estado de las negociaciones. “Vamos a estar
cerrando el acuerdo con una restructuración a varios años”, pronosticaron
fuentes oficiales. Si bien hay un estado de nerviosismo por anunciar un nuevo
acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, los negociadores llevan calma al
entorno presidencial. Esta semana llegó una nueva misión al país para dialogar
con el equipo económico que encabeza Martín Guzmán. En cuanto a la puesta en
marcha de la economía, todo comenzará a definirse cuando a fines de mes cuando
se haga la presentación formal a los tenedores de títulos de deuda.
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